Safari de 'piazzas'
Paseando bajo soportales se accede a la plaza Broletto, más pequeña y adornada por delicados adoquines. Representa el período comunal de Mantua, antes del ascenso de los Gonzaga. La rodean el Palacio del Podestà y la Torre Comunal o de las Horas, que proyecta su sombra sobre las terrazas de los bares. Aquí, o en otras cafeterías, se puede probar un helado o postres típicos de Mantua, como el pastel de almendras –la sbrisolona–, el hojaldre anello di monaco o el rosco bussolano.
De la época medieval quedan huellas en múltiples torres pe-ro la Torre dell’Orologio (del Reloj), la más famosa, es renacentista. Situada en la plaza delle Erbe, o del mercado, entre el Palacio della Ragione y la Rotonda de San Lorenzo, cautiva por su arquitectura bien proporcionada y un reloj que también indica las fases lunares y el paso del Sol a través de los signos del Zodiaco.
La cuarta plaza esencial es la de Mantegna, en una zona de osterie, restaurantes que sirven tortelli di zucca (de calabaza), embutido salamelle o queso grana padano. En ella se erige la basílica de San Andrés, obra maestra del Renacimiento, iniciada en 1462 por encargo de Ludovico II de Gonzaga, quien consideraba que la iglesia que ocupaba el lugar no reflejaba la grandeza de su ducado. Bajo su cúpula de 80 m de alto hay frescos de Mantegna, cuyo sepulcro se halla en el interior del templo.