Viola Davis, una actriz por encima de sus oportunidades

Suma y sigue, el Premio del Sindicato de Actores, diversos galardones de la crítica, y el BAFTA, que es como el hermano pequeño de los Oscar. Viola Davis camina por la alfombra roja con la seguridad de ser la gran favorita de la Academia de Hollywood.

En Hollywood, cuando se adquiere cierto estatus, uno ya está listo para (tratar de) dignificar las películas se superhéroes. Así Davis entró a formar parte del cine de hombres con mallas, facción DC, en 'Escuadrón Suicida' (2016).

En 2015, fue la primera afroamericana en recibir el Emmy a la Mejor Actriz, por su papel de Annalise Keating en la serie 'Cómo defender a un asesino', y lo agradeció citando a la activista Harriet Tubman: 'Lo único que diferencia a una mujer de color de cualquier otra son las oportunidades'.

Formó parte de 'Prisioneros', el tenso thriller con desaparición de niña que el canadiense Denis Villeneuve dirigió en 2013.

Apareció junto a Jessica Chastain en el megadramón indie 'La desaparición de Eleanor Rigby' (Ned Benson, 2013), que produjo la pelirroja.

Gracias a 'Criadas y señoras' (Tate Taylor, 2011), se convirtió en la segunda afroamericana, después de Whoopi Goldberg, que sumaba una nominación a la Mejor Secundaria (por 'La duda') y a la Mejor Actriz (en este caso), pero la dorada estatuilla se la llevó una compungida Octavia Spencer.

La obra de August Wilson 'Fences', que protagonizó en Broadway junto a Denzel Washington, le valió su segundo premio Tony.

En 2009, le contaba su vida a Jay Leno, y este admiraba sus piernas.

A pesar de sus cinco minutos de gloria por 'La duda', los roles que le deparaba Hollywood en películas como en 'Come reza ama' (Ryan Murphy, 2010), donde aparece junto a Julia Roberts, eran siempre de segunda fila.

Figurar junto a monstruos de la actuación como Amy Adams, Meryl Streep y el malogrado Philip Seymour Hoffman en 'La duda' (John Patrick Shanley, 2008) supuso su consagración definitiva. Así cosechó su primera nominación al Oscar y al Globo de Oro. Y todo por una escena de menos de cinco minutos.

Enfermera, sirvienta y también mujer policía. Encarnar a la autoridad siempre le ha sentado bien a Viola Davis. Aquí la vemos como la Detective Parker en 'Disturbia' (D.J. Caruso, 2007), aquella película en la que Shia LaBeouf estaba convencido de que su vecino era un asesino en serie. Viola ya había vestido uniforme en 'Kate & Leopold' (2001), rom-com versus viajes en el tiempo en la que se topaba con un duque del Siglo XIX en las calles del Manhattan actual (Hugh Jackman), aunque este no se enamoraba de ella, sino de Meg Ryan.

Aquí la vemos muy contenta en el Festival de Tribeca, junto al pequeño Matt Tauber, el realizador que la dirigió en 'The Architect' (2006), film que protagonizó junto a Anthony Lapaglia e Isabella Rossellini. Siempre combativa, Viola Davis encarna a una activista en lucha contra la implantación de viviendas oficiales, un rol para el que pudo inspirarse de su propia madre, que estuvo implicada en la lucha por los Derechos Civiles.

En 2005, con 40 años estupendos, ya le tocó hacer de abuela. Una abuela de muy buen ver, eso sí. Fue en 'Get Rich or Die Tryin' (Jim Sheridan, 2005), el pseudobiopic de 50 Cent protagonizado por él mismo. Ya saben, las rimas le salvaron de las calles.

Desde 2003, está casada con el también actor Julius Tennon, un secundario al que hemos visto en films variopintos, de 'Movida del 76' (R. Linklater, 1993) a 'Batman v. Superman: El amanecer de la justicia' (Z. Snyder, 2016). Pasaron la luna de miel en casa de George Clooney, a orillas del lago Como y en 2011 adoptaron a la pequeña Genesis Tennon. Monísima. Julius tiene hijos de una relación anterior y todos se llevan estupendamente.

Como a la mayoría de actrices afroamericanas, además de la bata blanca, también le tocó lucir el delantal de la servidumbre, aunque fue en la extraordinaria 'Lejos del cielo' (Todd Haynes, 2002), drama suburbial cheeveriano en el que era testigo de la deriva hacia amores prohibidos de los señores de la casa, Dennis Quaid y Julianne Moore.

La sintonía entre Denzel Washington y Viola Davis viene de largo. En 2002, ya participó, junto a Derek Luke, en 'Antwone Fisher', el debut tras la cámara de Denzel.

Su pasión por el teatro también la ha llevado a aventurarse fuera de Broadway, como en esta obra de Lynn Nottage, 'Intimate Apparel', por la que recibió numerosos premios.

En 2001, se llevó un primer Premio Tony por su segunda incursión en Broadway por 'King Hedley II' (2001), obra pro-abortista de nuevo firmada por August Wilson, autor de 'Seven Guitars' y 'Fences', con quien aparece en la foto.

Su primera película importante, aunque con un papel muy pequeño, fue 'Un romance muy peligroso' (1998), de Steven Soderbergh -aquel romance entre George Clooney y Jennifer Lopez-, que volvería a llamarla para 'Traffic' (2000) y 'Solaris' (2002). Según ha declarado, "Steve fue el que me enseñó a relajarme".