Suspendido a divinis el párroco de la iglesia del Espíritu Santo de Barcelona - Alfa y Omega

Suspendido a divinis el párroco de la iglesia del Espíritu Santo de Barcelona

El Arzobispado ha asegurado en un comunicado que la pena es consecuencia de la actitud del párroco. La actual parroquia va a ser sustituida por un nuevo templo más pequeño para construir al lado un centro de estudios

Ester Medina
Interior de la parroquia del Espíritu Santo de Barcelona
Interior de la parroquia del Espíritu Santo de Barcelona. Foto: Arzobispado de Barcelona.

El Arzobispado de Barcelona emitió el pasado miércoles un comunicado de prensa en el que decreta la suspensión a divinis de Josep Maria Llorca Albero, hasta ahora al frente de la iglesia del Espíritu Santo. Esta suspensión viene acompañada de la orden del cardenal Juan José Omella por la que desacraliza la parroquia del Espíritu Santo, «perdiendo el carácter sagrado en su totalidad». La decisión se debe al próximo derribo del templo para construir uno más pequeño que el actual. En el resto del terreno se alzará la nueva Facultad de Ciencias de la Salud promovida por la Fundación Blanquerna, una entidad diocesana que ofrece un proyecto integrador de formación universitaria de inspiración cristiana.

El Arzobispado justifica la suspensión a divinis de Llorca Albero «como consecuencia de la actitud mantenida», dando a entender que se opuso de alguna manera a los planes previstos. Este tipo de pena canónica, cuya traducción es «de los misterios divinos», impide al clérigo ejercer sus funciones sacerdotales. De esta manera, la nota de prensa corrobora que «es suspendido del ejercicio de todo acto de potestad de orden». En su lugar, el obispo pone al frente de la comunidad parroquial a Melcior Trèmols Capo, que ya era vicario del nuevo emplazamiento.

Para llevar a cabo la construcción de la facultad, el Arzobispado tiene prevista la cesión de esa parte concreta del terreno y no su venta. De este modo, aseguran que no perderán en ningún momento la propiedad del suelo y que en unos años serán propietarios del edificio que sobre él se construya.

Este proyecto, cuyo objetivo «es potenciar la acción educadora y evangelizadora de la archidiócesis de Barcelona», fue inicialmente planeado por el difunto obispo auxiliar Antoni Vadell y cuenta con la aprobación del resto de órganos diocesanos como el Consejo Episcopal, de Asuntos Económicos o Presbiteral. Ha obtenido incluso la preceptiva autorización de la Santa Sede.

A partir de ahora, y con motivo de estos decretos, las funciones parroquiales de la iglesia del Espíritu Santo se ejercerán en la iglesia del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, a menos de un kilómetro de la parroquia y en pleno centro de la ciudad. Una vez termine la reforma, se volverá a la normalidad y la comunidad del Espíritu Santo volverá al nuevo templo parroquial que se construya. «La parroquia no se extingue», aclaran desde el Arzobispado.