Redención de la Creación: otras visiones - Protestante Digital

Redención de la Creación: otras visiones

Una mirada a las posiciones judía y católica.

02 DE MARZO DE 2012 · 23:00

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El mensaje evangélico novotestamentario debió enfrentarse, hasta la Reforma, inicialmente con la férrea oposición judía y posteriormente con el poder Imperial instalado desde el 313 en la iglesia oficializada por decreto. Desde los reformadores y hasta nuestros días el tema de la Redención de la Creación ha sido enarbolado por diversas corrientes de pensamiento, no siempre basados en la Biblia cristiana a la hora de definir el vínculo entre responsabilidad y fe. Para no desviarnos del tema, pero con intención de saber dónde estamos hoy a la luz de la Revelación divina, me ha parecido oportuno echar una mirada a las posiciones judía y católica. VISIÓN JUDÍA ORTODOXA Martin Buber(1878-1965) austríaco-israelí, filósofo, teólogo y escritor judío, conocido por su filosofía del diálogo, defensor de la partición de Palestina entre palestinos e israelíes y de su pacífica convivencia, gran amigo de muchos cristianos, definió así el pensamiento judío sobre la redención de la creación. “La Iglesia está en la creencia de que la llegada de Cristo supuso la redención de la humanidad. Nosotros, Israel, no podemos creerlo. A un nivel más profundo, más auténtico, sabemos que la historia mundial no se ha agotado, que el mundo no está aún redimido. Sentimos el irredentismo del mundo. La Iglesia podrá o tendrá que interpretar este sentir nuestro como la conciencia de nuestro irredentismo; pero nosotros lo entendemos de otro modo. La redención del mundo, para nosotros, va unida indisolublemente al perfeccionamiento de la creación, a la instauración de la unidad realizada sin traba alguna, sin contradicciones, en toda la complejidad del mundo; va unida a la consumación del reino de Dios. No logramos percibir un anticipo de la redención efectiva del mundo por mucho que se nos anuncie en nuestras horas mortales la redención activa y pasiva. No percibimos ningún corte en la historia. No conocemos en ella ningún punto medio, sino tan sólo una meta, la meta del Dios que no se detiene en su camino.”1 Schalom Ben-Chorin,nacido como Fritz Rosenthal (1906-1999) alemán-israelí, considerado uno de los pensadores judíos más grandes en el idioma alemán, fundador de la primera sinagoga reformada de Israel en 1985. “El judío conoce profundamente este irredentismo del mundo y no ve ningún enclave de redención en medio de este irredentismo. La concepción del alma redimida en medio de un mundo irredento le es ajena, muy ajena, inaccesible desde el abismo de su existencia. En esto consiste el núcleo del rechazo de Jesús por Israel, y no en una concepción del mesianismo meramente externa, nacional. Redención significa, en perspectiva judía, redención de todo mal. Mal de cuerpo y de alma, mal de la creación y de la cultura. Cuando nosotros decimos redención, nos referimos a la redención integral. Entre creación y redención sólo conocemos un corte: la revelación de la voluntad de Dios.”2 Gershom Scholem1897-1992 alemán-israelí, filólogo, historiador y experto en cabalística, repite este argumento: “El judaísmo ha mantenido siempre, en todas sus formas y figuras, un concepto de redención que la presenta como un evento que se realiza públicamente, en el teatro de la historia y en el elemento de la comunidad; que se realiza, en suma, en la esfera de lo visible; y no es pensable sin esa presencia de lo visible. El cristianismo, en cambio, concibe la redención como un proceso que acontece en el ámbito espiritual e invisible, que se realiza en el alma, en el mundo de cada individuo, y produce una transformación misteriosa no comparable a nada del mundo exterior... La reinterpretación de las promesas proféticas de la Biblia en el ámbito de la interioridad... ha sido siempre para los pensadores religiosos del judaísmo una anticipación ilegítima de algo que, en el mejor de los casos, podía ser la cara interna de un proceso que se realiza en el exterior, pero nunca sin este proceso mismo.”3 VISIÓN CATÓLICO-ROMANA Joseph A. Ratzinger(1927) alemán, teólogo y cabeza de la ICAR desde 2005. Donde la palabra del Creador se ha entendido de modo correcto, donde ha habido vida con el Creador redentor, allí las personas se han comprometido en la tutela de la creación y no en su destrucción. La creación gime -lo percibimos, casi lo sentimos- y espera personas humanas que la miren desde Dios. El consumo brutal de la creación comienza donde no está Dios, donde la materia es sólo material para nosotros, donde nosotros somos las últimas instancias, donde el conjunto es simplemente una propiedad nuestra y el consumo es sólo para nosotros mismos. El derroche de la creación comienza donde no reconocemos ya ninguna instancia por encima de nosotros, sino que sólo nos vemos a nosotros mismos; comienza donde no existe ya ninguna dimensión de la vida más allá de la muerte, donde en esta vida debemos acapararlo todo y poseer la vida de la forma más intensa posible, donde debemos poseer todo lo que es posible poseer. Así, yo creo que debemos esforzarnos con todos los medios que tenemos por presentar la fe en público, especialmente donde ya hay sensibilidad respecto de ella. Y pienso que la sensación de que el mundo se nos está escapando -porque somos nosotros mismos los que lo estamos expulsando- y el sentirnos agobiados por los problemas de la creación, precisamente esto nos brinda una ocasión propicia para hablar públicamente de nuestra fe y hacer que se la considere como una instancia que propone. En efecto, no se trata sólo de encontrar técnicas que prevengan los daños, aunque es importante descubrir energías alternativas y otras cosas. Todo eso no bastará si nosotros mismos no asumimos una disciplina, hecha también de renuncias;una disciplina que nos obligue a reconocer a los demás, a los que pertenece la creación tanto como a nosotros, los que más fácilmente podemos disponer de ella; una disciplina de la responsabilidad con respecto al futuro de los demás y a nuestro mismo futuro, porque es responsabilidad ante Aquel que es nuestro Juez y, en cuanto Juez, también nuestro Redentor. Por consiguiente, creo que es necesario poner siempre juntas las dos dimensiones -la Creación y la Redención, la vida terrena y la vida eterna, la responsabilidad con respecto a la creación y la responsabilidad con respecto a los demás y con respecto al futuro-, y que tenemos la tarea de intervenir así, de manera clara y decidida, en la opinión pública. Para que se nos escuche, al mismo tiempo debemos demostrar con nuestro ejemplo, con nuestro propio estilo de vida, que estamos hablando de un mensaje en el que nosotros mismos creemos y según el cual se puede vivir. Y pedimos al Señor que nos ayude a todos a vivir la fe, la responsabilidad de la fe, y que nos ayude a hablar de tal manera que nuestras palabras transmitan de modo creíble la fe como orientación en nuestro tiempo.”4 LA VISIÓN BÍBLICA Antes de volver a las Sagradas Escrituras para seguir nuestra búsqueda de más luz sobre la redención de la creación, resulta poco menos que imposible abstraerse de comentar lo que acabamos de leer, aunque quede más tela por cortar. Una vez más, el sentido lineal de la historia que es propio del judaísmo se ha evidenciado. Confiesan no poder creer que la redención ya se esté produciendo en el mundo, aquí y ahora, sólo porque no la ven. Como en los tiempos de Jesús, necesitan ver para creer. El velo que Dios ha puesto en los judíos se percibe en estos tres ilustres representantes del Israel pensante y sufriente. Pero, a diferencia de muchos cristianos, esperan la redención integral de la creación. Y el comentario del jefe de la ICAR es propio de un religioso conciliador hacia adentro del cristianismo ampliado. Sabe que él es parte de una organización que ha sido acusada –y todavía lo es– de ostentación y pompa, cuando el hambre, la desnutrición y el analfabetismo causan daños inimaginables en el mundo. Sin embargo, la noción de dar testimonio de una fe responsable la tiene bien clara. ¿Por qué se demorarán tantos creyentes evangélicos en tenerla? En la próxima nota concluiremos con la visión bíblica de la redención de la creación, si el Señor lo permite. __________________ 1 (Der Jude und sein Judentum, Koln 1963, p.562). 2(Die Antwort des lona, Hamburg 1956, p.99, con referencia a su escrito Die Christusfrage an die luden, Jerusalern 1941, p.25). 3(Zur Verständnis der messianischen Idee. JudaicaI, Frankfurt 1963, 7-8. 4Centro de Cultura Teológica - Creación y Redenciónwww.cctmadrid.org/content/view/199/160, 26 Agosto de 2008

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