Cuando pensamos en Salto de Altura (Salto Alto), a la mayoría nos viene a la cabeza el mismo tipo de imagen. Un saltador o saltadora, cogiendo carrera en una trayectoria de arco, con pasos largos, girándose justo delante del listón y saltando de espaldas.
¿Te imaginas que se pueda hacer de otra manera? Pues te diré que esta técnica, denominada Salto Fosbury (Fosbury Flop), no apareció hasta 1968. ¿Te apetece conocer la historia del Salto de Altura? Pues vamos allá…
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El Salto de Tijera
Se considera que el primer Salto de Altura se realizó en Escocia en el siglo XIX. Pero en 1793 ya se mencionaba en un libro alemán sobre gimnasia. Tanto en un caso como en el otro la práctica era tan sencilla como saltar sobre una cuerda tendida.
Aquellos primeros saltadores tenían una técnica muy distinta a la actual. Algo tan simple como saltar de frente o costado, doblando las piernas bajo su cuerpo y con el torso prácticamente en posición vertical. Con esta técnica se marcó el primer Récord Mundial del Salto de Altura, establecido por el inglés Marshall Brooks en 1874: 1,89 metros.
La técnica no tardó en evolucionar al conocido como Estilo Tijera. En él, el saltador se colocaba de manera paralela al listón y pasaba primero la pierna más cercana a este y a continuación la otra. El torso se inclinaba ligeramente hacia adelante para facilitar el salto.
Ambos estilos podían practicarse con carrera previa o sin ella. De hecho, en algunas ediciones de los primeros Juegos Olímpicos Modernos se recogían ambas modalidades «con impulso» y «sin impulso». Poco a poco fue imponiéndose la primera.
A fines del siglo XIX, el estadounidense Michael Sweeney marcó el primer punto de inflexión en el Salto de Altura. Por un lado, empezó a prestar atención a la carrera de acercamiento, una parte del salto desatendida hasta entonces. Y por otro, comenzó a practicar el Salto de Tijera inclinando la espalda ligeramente hacia atrás al cruzar el listón. En 1895 saltó 1,97 metros.
Rodillo Costal y Salto Rodillo Ventral
Fue George Horine quien dio el siguiente paso en la evolución del Salto de Altura. En 1912 superó la barrera de los 2 metros por primera vez. Lo hizo con una técnica que se denominó Rodillo Californiano o Rodillo Costal.
Similar a la técnica de Sweeney, Horine añadió un pequeño giro del cuerpo tras el salto. Esto facilitaba el franqueo del listón. Con este estilo, Harold Osborn superó los 2,03 metros en 1924. Para los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 esta era la técnica predominante en el Salto de Altura.
Durante los siguientes 40 años, estadounidenses y soviéticos dominaron y evolucionaron el deporte. Ya en la década de 1940 se produjo la siguiente mejora. En esa época, Lester Steers popularizó una nueva técnica que se denominó Rodillo Ventral.
En realidad, era parecido al Rodillo Costal, pero en este caso el saltador franqueaba el listón boca abajo, pasando alrededor de este casi a horcajadas. Con esta nueva técnica los récords empezaron a superarse poco a poco y en 1960 ya estaba en 2,23 metros.
Rodillo Costal y Ventral coexistieron durante años y tuvieron distintas variantes. Hasta que a finales de los 50 Valery Brumel volvió a revolucionar el Salto de Altura.
Los soviéticos empezaron a estudiar los aspectos del deporte y mejorar puntos que hasta entonces no habían recibido atención. Uno de ellos fue la carrera de acercamiento que aceleraron como nunca antes se había hecho. También el salto empezó a ser menos lateral y la parte superior del cuerpo pasaba ligeramente antes por el listón. Esta nueva variante del Salto Ventral se denominó Técnica Straddle.
Fue la que permitió que Brumel alcanzase los 2,28 metros en 1963 y ganase el Oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. A partir de aquel momento los entrenadores estadounidenses acudieron en masa a la Unión Soviética para aprender esta nueva técnica con el propio Brumel, retirado tras un accidente en moto. Acabó imponiéndose a todas las anteriores.
El Salto de Altura Fosbury
A lo largo de la historia y a medida que las técnicas evolucionaron, el área de caída del saltador también lo hizo. Para los años 60 los montones de viruta y arena habían desaparecido para ser sustituidos por superficies altas y blandas.
Esta evolución permitió que Dick Fosbury marcase el último gran punto de inflexión de este deporte hasta ahora.
Dick Fosbury practicaba Salto de Altura desde muy joven, pero tenía serios problemas para aplicar la técnica del momento, que le parecía demasiado complicada. Cuando tenía 16 años se propuso experimentar otras para encontrar la mejor para él.
Así fue como, mientras estudiaba en la universidad, probó una nueva técnica basada en el Rodillo Costal. Igual que en aquella, debía acercarse al listón de manera transversal, pero a la hora de franquearlo añadía un nuevo giro. En lugar de saltar de manera lateral, Fosbury se colocaba de espaldas al listón y pasaba primero la cabeza y los hombros.
Aunque en aquel momento no lo sabía, había encontrado la forma más eficiente de realizar el salto, dejando menos espacio entre el centro de gravedad del cuerpo y la propia barra. Había nacido el Salto Fosbury.
Al principio su nuevo estilo parecía rudimentario, poco sofisticado e incluso tuvo que aguantar ciertas burlas. Pero cuando en México 1968 ganó el Oro, las cosas empezaron a cambiar. Otros saltadores comenzaron a fijarse en aquella técnica y practicarla. En 1973, Dwight Stones superó los 2,30 metros con esta técnica.
Todavía coexistió durante varios años con la Técnica Straddle, que los soviéticos se resistían a abandonar. Con ella, en 1977 y 1978, Vladimir Yashchenko aún estableció dos nuevos Récords Mundiales: 2,33 y 2,34 metros respectivamente.
Sin embargo, el Salto Fosbury era imparable y terminó por imponerse. A día de hoy, es la que se utiliza de manera habitual en el Salto de Altura y parece poco probable que pueda mejorarse. Pero, ¿Quién sabe? Seguramente Sweeney, Horine, Steers o Brumel también pensaron que sus técnicas eran inmejorables.
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