Los lugares clave en el polémico portazo de las monjas de Burgos al Papa

Los lugares clave en el polémico portazo de las monjas de Burgos al Papa

Mapa para seguir el caso: desde del monasterio burgalés de Belorado en el que viven en clausura, al de Orduña en el que también están asentadas, el de Derio que quieren vender...

¿Quién es quién en la rebelión de las monjas de Burgos que reniegan del Papa?

Monasterio de las clarisas en Belorado (Burgos) IVÁN TOMÉ
Isabel Jimeno

Isabel Jimeno

Valladolid

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Seguir el caso de las clarisas de Belorado (Burgos) que han decido dar portazo al Papa y sumarse a la Pía Unión de San Pablo Apóstol, liderada por el excomulgado y falso obispo Pablo de Rojas, para muchos una secta, no es fácil. Con diversos protagonistas que han puesto en el foco a estas monjas de clausura, casi hay que echar migas de pan para seguir la pista en un mapa que afecta directamente a tres provincias.

Y es que el monasterio burgalés, al límite con La Rioja, es el centro, pero con derivadas en una compleja red en la que no falta el componente económico, las deudas y hasta los tribunales. Aunque las hermanas no lo han vinculado directamente, en el fondo, aflora una operación inmobiliaria que no han logrado fraguar y que tiene en una complicada situación económica a las monjas y unos negocios que hasta ahora permitían autofinanciarse a las religiosas, pero que ya no son tan boyantes -como sus afamados chocolates- o incluso ya no cuentan con ellos.

«Esto de las propiedades debe ser muy goloso para algunos, ya que aparece como telón de fondo de artimañas de las que hemos sido objeto estos años. Es un modus operandi, desmontar comunidades 'de línea tradicional', y quedarse con sus inmuebles para venderlos. Hemos conocido ya bastantes casos», sostiene la abadesa, sor Isabel de la Trinidad, en la carta fechada el 13 de mayo en la que comunica ese portazo, que trata de desligar del dinero, pero sobre el que incide en su misiva.

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Convento de las clarisas en Belorado (Burgos) IVÁN TOMÉ

Convento de Belorado

El cenobio burgalés en el que permanecen las monjas rebeldes

En Belorado, la localidad burgalesa cercana al límite con La Rioja hito en el Camino de Santiago que no sale de su asombro, se enclava el convento de las clarisas que ahora, dicen, reniegan del Papa. Es el centro en el que permanecen en su clausura las quince religiosas -una se marchó el martes al no estar de acuerdo con la maniobra- protagonistas del cisma en la Iglesia, liderado por su madre abadesa, sor Isabel de la Trinidad, que es quien firma los documentos en los que anuncia esa 'espantada'.

Tras los muros en los que está su afamado obrador de chocolates y unas trufas que se sirven en restaurantes con estrella Michelin, también se han encerrado el falso obispo excomulgado Pablo de Rojas Sánchez-Franco, máximo responsable de la Pía Unión de San Pablo Apóstol, para muchos una secta, y su más fiel seguir, el también impostado cura que se hace llamar «Don José» y asegura ejercer de «asesor espiritual» de las hermanas.

Algunos familiares también se encuentran junto a las religiosas y, aseguran, les están ayudando en las labores diarias de unas hermanas que han cerrado el torno en el que hasta ahora despachaban los pedidos de sus chocolates y también con los pedidos on-line que sí siguen atendiendo desde sus nuevos perfiles en redes sociales e internet. Además, aquí tienen una huerta de productos ecológicos que vende y un criadero de perros, según los vecinos.

Dedicado a Nuestra Señora de Bretonera, el origen del actual cenobio se remonta al siglo XI, cuando sobre las ruinas de una antigua iglesias se levantó una pequeña basílica. Aunque es en el siglo XIV cuando un grupo de piadosas mujeres levantaron estancias para vivir alejadas.

Desde 2012, las clarisas de Belorado forman una única comunidad con dos sedes, pues también es suyo el monasterio de Artebakarra, ubicado en la localidad vasca de Derio, donde en principio se habían algunas de las hermanas desde el cenobio burgalés. Un convento que también vivió su crisis de vocaciones en los años 90 del pasado siglo y consiguió repuntar con el traslado de monjas clarisas de la también localidad burgalesa de Lerma.

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Convento de Orduña, en el País Vasco ABC

Monasterio de Orduña

Un compromiso de compra-venta que ha acabado en los tribunales

En octubre de 2020, la comunidad de clarisas de Belorado firma un acuerdo con sus hermanas de Vitoria para la compra-venta del monasterio vasco de Orduña (Vizcaya), en venta desde 2002 al estar extinguido. Fijan un precio de 1,2 millones de euros, con una mora de dos años para empezar los pagos de 75.000 euros al semestre, por lo que el primero debía realizarse el 1 de noviembre de 2022. Sin embargo, según ha informado el arzobispado de Burgos, «nunca se ha hecho ningún pago», más allá de la aportación inicial de 100.000 euros.

La madre abadesa de Belorado, sor Isabel de la Trinidad, manifestó a principios de marzo de este año tener «un benefactor» para hacerse con este monasterio, al que daría su nombre y que lo revenderá a las burgalesas cuando ellas logren vender a su vez el de Derio. Nunca ha desvelado el nombre de ese supuesto interesado y las sospechas de que Pablo de Rojas esté detrás cogen fuerza y cuerpo.

Dado que las clarisas de Belorado no pagan, el 7 de mayo son convocadas por las de Vitoria ante notaria para rescindir el acuerdo. Ahí, la primera sorpresa: sor Isabel de la Trinidad presenta un pliego en el que reclama 1,6 millones a sus hermanas vitorianas como pago por las obras realizdas y un 30 por ciento a mayores por daños y perjuicios.

El asunto se encamina a los tribunales al no estar de acuerdo. Y este jueves, en mitad del culebrón, las clarisas Vitoria-Gasteiz anunciaban que presentarán la próxima semana una demanda judicial para reclamar la anulación de la venta del monasterio de Orduña por «incumplimiento» del contrato ya que no han hecho frente a los pagos comprometidos.

A este monasterio se desplazado el 28 de octubre de 2020 las clarisas que hasta entonces estaban en el también vasco de Derio. Aquí cuentan con un obrador de dulces y el trasiego entre Belorado y Orduña es una constante, incluso en estos días de revuelo tras su espantada.

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Convento de Derio, de las clarisas de Belorado, ahora desocupado ABC

Monasterio de Derio

El convento que quedó vacío y las religiosas quieren vender con una operación secreta

Enclavado en la provincia de Vizcaya, este monasterio de planta más moderna y estilo de caserío vasco, es propiedad de las clarisas de Belorado desde abril de 2013 y allí se desplazaron varias religiosas desde el cenobio burgalés. Sin embargo, desde octubre de 2020 no hay monjas, pues se fueron al de Orduña, tras firmar un compromiso de compra-venta con sus hermanas clarisas de Vitoria.

La pretensión de las monjas es vender este complejo, en lo que llevan empeñadas más de tres años. En su carta en la que aseguran que dejan la Iglesia que llaman «conciliar» por se posterior al Concilio Vaticano II, denuncian «persecución que ha puesto palos de rueda a nuestra comunidad en todos los frente». Sostienen que han «llegado al punto de estar bloqueadas desde Roma por no querer concedernos licencia de venta del convento de Derio», algo, añaden, que «probablemente seguirá en el despacho de D. Mario Iceta -arzobispo de Burgos- y la Presidenta hasta el fin de los tiempo».

Según su versión, esto hace «no» hayan podido cumplir los pagos del monasterio de Orduña. No desvelan por cuánto lo quieren vender, pero una pista es que toda operación que supere los 1,5 millones de euros debe contar con el aval de la Santa Sede. Ya un intento fue frustrado por intentarlo por un precio que «no» se ajustaba, según la diócesis.

Aquí tenían el alojamiento Rural de San José de Artebakarra, pero en marzo de 2020 el Ayuntamiento de Derio denegó al monasterio la licencia de actividad para «alojamiento turístico-casa rural», lo que ha supuesto una merma en los ingresos de las religiosas, que lo recurrieron, pero no han recibido el aval judicial.

«Reformada y preparada recientemente, nuestra Hospedería se localiza en un bello entorno rural. Espacio ideal para el encuentro con la familia, los amigos, en un ambiente de vacaciones, descanso y contacto con la genuina naturaleza del País Vasco», sigue luciendo en su página web, en la que destaca que este complejo está « a tan solo 10 minutos de Bilbao y 20 minutos de la playa, y escasos minutos del aeropuerto internacional de Loiu», con capacidad de 14 personas.

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