Llega el 15 de mayo con aires de verbena. Una fecha señalada en el calendario porque es la fiesta más castiza y popular de nuestra ciudad: la memoria de nuestro patrón, San Isidro Labrador. Mañana será un buen día para reflexionar y reivindicar sobre aquello que somos, sobre todo lo que hace de Madrid un lugar único en el mundo.
Las Fiestas de San Isidro son una expresión de la identidad madrileña y son una ocasión para que madrileños y visitantes se sumerjan en la esencia de la capital española, donde la historia se entrelaza con la modernidad, y la tradición se mezcla con la innovación. Pero más allá de la música y la comida, las Fiestas de San Isidro son una oportunidad para que los madrileños celebremos eso que realmente somos: una comunidad diversa y acogedora, orgullosa de su herencia y abierta a nuevas experiencias.
Yo soy madrileña de adopción porque, como decía Galdós, el madrileño, la madrileña, es fruto de andaluz y aragonesa, o viceversa, y con eso quería decir que Madrid acoge a ciudadanos de cualquier lugar de España o del mundo. Somos de Madrid como Carandell, como Mingote, como tantos hubo y habrá y es que es este carácter abierto y plural de nuestra ciudad el que hace que Madrid asuma que todos somos madrileños y madrileñas, aunque hayamos nacido en otras partes del mundo.
Llegué a Madrid con 22 años. Este día no sabía que esta ciudad –dinámica, cambiante, alocada e inmensa– iba a convertirse en mi hogar. Y me siento muy orgullosa de trabajar cada día para que conservemos esa esencia, para que la Villa y Corte siga siendo esa ciudad inclusiva, de barrio, chula y castiza. Capaz de mezclar su esencia de gran urbe con el ambiente castizo en una corrala con aires de verbena, engalanada para celebrar las fiestas del patrón con guirnaldas, farolillos y mantones.
Madrid es su gente y su vecindad. En estos días quiero recordar a los madrileños y las madrileñas del Madrid que no sale en las fotos. Chulapas de Orcasitas, de Vicálvaro o de Pan Bendito. Isidros de Entrevías y San Blas; vecinos y vecinas del centro devorado por la turistificación y expulsad@s de sus viviendas y madrileños del extrarradio donde no llegan los equipamientos públicos más básicos como los colegios o centros de salud.
Madrid es su patrimonio. Reivindiquemos la necesidad de luchar por el patrimonio natural y cultural de nuestra ciudad, donde se pueda pasear, amigable con la infancia y las personas mayores, y donde el espacio público no se ceda exclusivamente al negocio. Luchemos para generar oportunidades para la juventud, una ciudad con buenos servicios públicos y donde se combata la desigualdad, especialmente aquella que afecta a las mujeres.
Cuidemos de nuestra ciudad, de su medio ambiente, y conservemos su patrimonio verde sin renunciar al progreso, porque Madrid es también de los madrileños y de las madrileñas del futuro.
Aquí estamos, en vísperas de celebrar otro 15 de mayo y como diría mi admirada Almudena Grandes, "más vivos que hace tiempo, dispuestos a hacer lo que mejor sabemos, estar fuera de casa, colonizar las calles, apropiarnos de las plazas y los jardines para bailar, para cansarnos, para resistir hasta el último aliento, más chulos que un ocho".
Vivamos estos días con orgullo y, como dice la canción Madrid, Madrid de Hombres G: "Siempre me he preguntado por qué la gente se queda aquí, quizás no haya otro sitio que sea mejor para vivir".
Mañana, 15 de mayo, celebremos lo que somos, seamos de donde seamos, porque somos de Madrid.
Feliz San Isidro.
Comentarios