‘Flores para Hitler’, de Leonard Cohen

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Título original: Flowers for Hitler
Canadá, 1964
243 pgs. (Ed. bilingüe)

Vuelve aquí pequeño y cálido cuerpo,
es la hora de otro día.
El destino ha huído y yo te elijo a ti
que me encontraste mirándote fijamente en un almacén
una tarde hace cuatro años
y has dormido conmigo desde entonces.

A pesar de que la música le acompañó desde la adolescencia (formó un grupo de country­folk, The Buckskin Boys, siendo un teenager), Leonard Cohen vivió un largo período de 15 años como escritor antes de la publicación de su primer disco, “Songs of Leonard Cohen” (1967). Lo cierto es que el artista fue desde joven un apasionado amante de la poesía, ¡su hija se llama Lorca Cohen! y de sus 12 libros publicados hasta la fecha, 10 son de poesía.

Desde su ingreso en 1951 en la Universidad McGill de Montreal, fue un miembro activo de la misma y además de ser el presidente del Canadian University Society for Intercollegiate Debate ganó el premio Chester Macaghten por los poemas “Sparrows” y “Thoughts of a Landsman”. Su segundo poemario “La Caja de Especias de la Tierra” (1961) le valió el reconocimiento de la crítica y el público. El crítico literario Robert Weaver llegó a decir de Cohen que probablemente era el mejor poeta joven en la Canadá anglófona.

“Flores para Hitler”, su tercer libro de poemas (y cuarto en total, tras su primera novela “El juego favorito”, de 1963) fue escrito en los años de su estancia en Hydra, isla griega en la que compró la casa en la que pasaría gran parte de los primeros años 60. A la sazón, Leonard Cohen era un joven de 30 años y un grandísimo escritor, como demuestran los cerca del centenar de poemas que encontramos en el libro.

El genio de Montreal despliega a lo largo de la obra una gran variedad de temas y formas; en cuanto a éstas van desde una poesía rimada y en estrofas regulares, como el poema “¡Nos utiliza!” a otras de verso libre (versículos) y sin rima: “Cómo ocurrió a plena luz del día”, “El resto es escoria”… También da cabida a un par de piezas en prosa, como “El proyecto”, un relato de poco más de 2 páginas o “El verdadero deseo”, una suerte de poema en prosa que apenas ocupa un párrafo, y un ballet drama en un acto, titulado “El nuevo paso”.

Respecto a la temática del libro, el título es bastante explicativo y no faltan referencias a Hitler y a los nazis, en poemas que más que un corte político, lo que hacen es referencia a estos personajes sin apartarse de una expresión lírica mediante la cual Cohen muestra su desprecio desde la elegancia y una cierta superioridad moral e intelectual. Sin embargo, hay mucho más que eso en “Flores para Hitler”, donde ya se nos revela el universo del Cohen que conocemos hoy: un lugar misterioso y elegante, donde en la penumbra siniestra y melancólica nos espera una mujer de largas pestañas, una botella de vino o una dosis de morfina.

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