El sueño de muchos actores es poder viajar a Los Ángeles y convertirse en estrellas de Hollywood. A lo largo de la historia del cine, varios intérpretes españoles han probado suerte y han triunfado en los Estados Unidos. Uno de los pioneros: Antonio Moreno.
Moreno nació en Madrid el 26 de septiembre de 1887. Tuvo una infancia complicada, puesto que quedó huérfano de padre muy joven y se mudó varias veces; primero a Andalucía y, con 15 años, a los Estados Unidos.
Como otros trabajadores del gremio, Moreno comenzó a hacer sus pinitos como actor en el teatro, aunque su acento español le hizo participar casi siempre con papeles secundarios.
Este problema se esfumó cuando entró en el mundo del cine mudo, donde adquirió su fama de ‘latin lover’ y compartió escena con personalidades como Greta Garbo. Antonio Moreno participó en más de 150 películas entre 1912 y 1956.
Su última aparición en la gran pantalla fue interpretando a Emilio Gabriel Fernández y Figueroa en Centauros del desierto (1956), película de John Ford protagonizada por ‘El Duque’ y rey de los western, John Wayne. Este clásico fue considerado una de las películas más importantes y admiradas del cine, siendo influencia para otros filmes como Star Wars, Taxi Driver o Lawrence de Arabia.
Precursor del cine sonoro en México
Además de actuar, Antonio Moreno ejerció como director de cine en varias ocasiones, siendo su película más destacable Santa. Rodada en 1932, fue la primera película sonora en México en la que el audio acompañaba a la perfección las escenas.
Narra la historia de Santa, una joven engañada por un militar que acaba siendo rechazada por su familia. Para buscarse la vida, entra a trabajar en un burdel, donde termina dentro de un triángulo amoroso entre su amado, el torero Jarameño, y un pianista ciego que le ama en secreto.
Tras cosechar numerosos éxitos en su carrera y ser el primer español en triunfar en Hollywood, Moreno falleció en Beverly Hills a los 79 años.
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