El Australopithecus afarensis, cuyo nombre significa simio meridional de la región de Afar, habitó África oriental hace entre 3,7 y 1,3 millones de años. El mayor número de fósiles se encontró en Etiopía y Tanzania.

El miembro más famoso de la especie es Lucy, cuyas partes del esqueleto se encontraron en 1974 cerca del pueblo de Hadar, en Etiopía. Se calcula que el hallazgo tiene unos 3,2 millones de años y su nombre procede del título de la canción de los Beatles Lucy in the Sky with Diamonds, muy popular en aquella época.

El esqueleto, muy bien conservado, dio un vuelco a las opiniones preexistentes sobre el tema, ya que 47 huesos, descritos como un esqueleto completo en un 40 por ciento, permitieron a los científicos comprender mejor cómo se movían los miembros de esta especie de homínidos, qué comían, qué entorno habitaban y en qué estructuras sociales vivían.

Basándose en los huesos supervivientes, se estableció que Lucy medía sólo 110 centímetros de altura y pesaba únicamente 28 kilogramos, mientras que la capacidad de su cerebro era similar a la de los chimpancés actuales.

El esqueleto de Lucy era una combinación de rasgos primitivos (simios) y contemporáneos (humanos). Tenía las piernas cortas, los brazos largos y los dedos aún adaptados a un estilo de vida arborícola. Sin embargo, era capaz de moverse en posición erguida, sobre dos extremidades, y su pelvis no difería significativamente de la de los humanos.

Sus pies arqueados sugieren que caminaba de forma similar a los seres humanos. En el momento de su muerte, Lucy era adulta, como indica el proceso de crecimiento óseo finalizado y los dientes molares ligeramente desgastados. Su dieta estaba dominada por plantas, frutas y semillas, lo que significa que llevaba una vida típica de recolectora en el hábitat de la sabana africana.

La causa más probable de su muerte fue una caída de un árbol, como indican las fracturas óseas características. Aunque todavía no se sabe con certeza si Lucy fue un antepasado directo del Homo sapiens, el descubrimiento de sus huesos amplió considerablemente nuestros conocimientos sobre los primeros orígenes de la especie humana.

La preparación de modelos de silicona requiere mucho tiempo. En una primera fase, es necesario estudiar a fondo la estructura del esqueleto de la especie reconstruida, lo que permite construir un armazón de acero, gracias al cual el modelo tendrá una postura típica de una especie determinada.

A continuación, se colocan capas de arcilla de modelar sobre el esqueleto para copiar los detalles de los músculos, así como la piel, con todas las arrugas y pliegues. Otro paso consiste en hacer un molde de silicona basado en el modelo, que luego se utiliza para hacer un vaciado. El modelo de escayola consta de varias capas de silicona, cuya superficie imita perfectamente la piel, con todas sus irregularidades y decoloraciones.

A continuación, se planta el pelo sobre el modelo de silicona desnudo. Este laborioso trabajo se realiza pelo a pelo, utilizando una aguja y una aguja de ganchillo. Tras algunos retoques y la caracterización, el modelo está finalmente listo.

El modelo de Lucy, realizado por Ewa Stawiarska, se presenta en la exposición del Centro de Educación de la Naturaleza de la Universidad Jaguelónica, en Cracovia, en la sección dedicada a la evolución humana, junto con un Neandertal y un Homo erectus. Además de los modelos de antepasados humanos, los visitantes también pueden ver un árbol genealógico humano, que incluye réplicas de cráneos de homínidos.

Los tres objetos expuestos fueron realizados por la empresa Kamyk Piotr Menducki de Ostrowiec Świętokrzyski. En cada fase del proceso de reconstrucción se consultó a los antropólogos del Centro de Educación de la Naturaleza de la Universidad de Johannesburgo: la Dra. Małgorzata Kołodziej, la Dra. Anna Pankowska y el Dr. Kamil Mrożek.


Fuentes

Jagiellonian University in Kraków


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