Crítica de Reality (2023) | Reseña y Opinión de la Película

Crítica de Reality (2023): reseña y opinión de la película

“Una historia sobre la Realidad”

Puntuación ⭐⭐⭐✪✪ (3/5)

Crítica de Daniel Hernández Hompanera (@doark_13)

La realidad es uno de esos conceptos aparentemente sencillos que encierran un enorme mundo etimológico y filosófico detrás pues está completamente ligado a lo ontológico. Desde que el ser humano opera con la razón se ha preguntado lo que existe y lo que no y eso le ha llevado a intentar discernir la realidad de diversas formas.

Por otro lado, surge el concepto de la mentira. Este se puede definir, de forma simplista, como falsear conscientemente una realidad. Esto ubicaría en un análisis simple a la mentira en un polo opuesto a la realidad, pero si uno se para a reflexionar se dará cuenta de que la mentira es parte de la propia realidad, pues forma parte de la propia existencia e, incluso, la moldea. La mentira es un vehículo propio del poder, siendo considerada como algo necesario por Strauss y Maquiavelo, pero hay que tener en cuenta las dimensiones de las mentiras dentro del poder.

A raíz de esto entra otro concepto de interés como es el de la información. Esta es una herramienta que otorga poder a quien la domina y, en la actualidad, vivimos en un mundo saturado de información continua y de fácil acceso. Es por ello que las mentiras originadas por el poder cobran especial relevancia.

No podría ser más conveniente y, a la vez, irónico, que la persona que filtrase la realidad sobre la manipulación del sistema electoral estadounidense en 2016 se llamase Reality Winner, exmilitar y traductora estadounidense en la que se basa el filme que lleva su mismo nombre de pila.

Críticas de Reality y opiniones

Póster de la cinta

Realizada por la dramaturga Tina Satter, Reality es una adaptación cinematográfica de su representación IS THIS A ROOM: Reality Winner Verbatim Transcription la cual es, a su vez, una adaptación teatral de la transcripción original del FBI de los hechos acontecidos el día 3 de junio de 2017 en el interrogatorio y posterior arresto de Reality Winner. Es decir, tanto la obra teatral como el filme, son una recreación palabra a palabra de los hechos de aquel día.

Tina Satter da el salto al séptimo arte desde el teatro con este filme y eso es algo que acaba notándose para bien o para mal. Protagonizada por la actriz Sydney Sweeney (Euphoria), la película fue presentada en la pasada edición de la Berlinale en su sección Panorama (conocida por sus películas de implicación política). Reality está ya disponible en España en Filmin.

La ópera prima de Satter

Reality es una película que funciona correctamente en su mezcla de pequeño drama con toques thriller dentro de una misma localización (mayoritariamente) y funcionando en un tiempo casi real. Esto se hace para otorgar al filme de una capa extra de realidad, algo que Satter pretende subrayar constantemente.

Reality plantea con su narrativa ciertos puntos interesantes, siendo el más obvio el de la manipulación sistemática y permitida de la información que afecta a toda la sociedad y, en concreto, a un grupo de personas intermediarias que, a pesar de contemplar y conocer hechos de dudosa moralidad, deciden ignorarlos por miedo a las consecuencias. Esta manipulación no solo está presente en el tema de las elecciones presidenciales en las que ganó Donald Trump, sino que también se muestra la manipulación que realizan los dos agentes del FBI para sonsacar la información a Reality Winner, especialmente el Agente Garrick.

Por otro lado, también se muestran las imposiciones y la violencia del sistema patriarcal, estableciendo situaciones de dominación constantes hacia la mujer, algo que se ve representado en el Agente Taylor. A todo ello se le confiere una capa extra de interés el hecho de que sea una transcripción literal de los diálogos reales, pues muestran la realidad de las dinámicas machistas en la sociedad.

Tráiler de Reality (2023)

Si existe otro elemento especialmente destacable de Reality es, sin duda alguna, la actuación de Sydney Sweeney. Es excelente porque sabe otorgar una de esas actuaciones que logran el equilibrio entre ser comedida y poseer ese elemento teatral tan anclado en la tradición cinematográfica hollywoodiense. Es, sin duda, un gran trabajo por parte de la actriz y una mejor representación de su talento que Euphoria, aunque allí ya demuestre gran talento.

Por otro lado, en un aspecto meramente cinematográfico, siento que Reality no tiene demasiado que ofrecer, pues se siente como otro ejemplo más de obra teatral transformada en película. Su lenguaje visual, con tendencia a lo pulcro y calculado, no dista demasiado de cualquier otra obra contemporánea del cine independiente estadounidense actual. Es más, en los tipos de planos utilizados donde se hace un mayor uso de la simetría kubrickiana son los que más sobran, pues el recurso del flashback en una obra anclada en un tiempo y lugar concreto me parece una decisión poco acertada y poco comprometida con el planteamiento. Es un recurso cobarde.

Y, hablando de recursos cobardes en el séptimo arte, hay que señalar la banda sonora de Nathan Micay. Existe una tendencia actual en el cine estadounidense de emplear composiciones minimalistas y, teóricamente, ambientales que acaban siendo una forma discreta de efectismo emocional que no se aleja tanto de la tradición de la banda sonora romántica. Oppenheimer (2023) es otro ejemplo de esto.

La realidad cinematográfica

Anteriormente cité que Reality reitera en diversas ocasiones el hecho de que está basada en una historia real, queriendo otorgar veracidad al relato. Esto juega un papel en contra de la propia película más allá de los numerosos cortes a audios, titulares o post de Instagram. Tina Satter, a pesar de basar el texto literalmente en la transcripción del FBI, posee una mirada artística, y la mirada artística desfigura por completo la realidad. El simple hecho de incluir elementos de thriller, la banda sonora, los actores y, lo que es más importante, los encuadres, hacen que no deje de ser una realidad ficcionada bajo el punto de vista de su directora. Lo cual no es malo per se.

El director de cine y etnógrafo Jean Rouch, una figura clave del documental etnográfico, decía que “lo que atrapa la cámara no es la realidad, es la realidad delante de una cámara”. Es decir, la cámara por sí misma limita la realidad de lo observable y, si estamos ante un ejercicio documental, la cámara no captura lo realmente habitual, sino el comportamiento de las personas con una cámara delante. Esta imposibilidad propia del séptimo arte le llevó a realizar lo que llamó “realidades ficcionadas”, que eran filmes narrativos y de ficción basados en sucesos reales y mundanos. Un ejemplo de ello es su película Cocorico monsieur Poulet (1974).

Por otro lado, tenemos los documentales de carácter más introspectivo y experiencial dirigidos por Chantal Akerman. En obras como Hotel Monterey (1972), News From Home (1976) y D’Est (1993), Akerman graba imágenes de lo cotidiano en tres sitios concretos, pero todas esas imágenes no son realmente un reflejo del mundo exterior, sino del propio interior y su posición en él. D’Est es especialmente interesante en este sentido, pues con tan solo imágenes y sonido ambiente logra realizar una experiencia emocional única.

Es por lo señalado anteriormente que el cine no puede, ni debe, aspirar a ser la realidad. Quiero recalcar que no me parece un punto negativo el tomar un texto real y traducirlo a la pantalla (es más, creo que es una idea muy interesante), pero el problema es recrearse en ese concepto de realidad cuando las imágenes son las ficciones de una cámara.

Conclusión

A pesar de no ser una obra cinematográfica capital, Reality es una película que funciona y que es recomendable más allá de criterios estrictamente fílmicos. Tina Satter ha pecado, quizá, de dramaturga, pero al trasladar su obra al cine ha logrado una proyección mucho mayor que la que posee el teatro para narrar una historia real que necesita ser contada. Eso ya la hace interesante y valiosa.

Ficha técnica:

Reality (2023)

  • Estados Unidos
  • Duración: 83 minutos
  • Dirección: Tina Satter
  • Guion: Tina Satter, James Paul Dallas
  • Música: Nathan Micay
  • Dirección de fotografía: Paul Yee
  • Productora: Seaview Productions, Fit Via Vi Film Productions, Burn These Words, 2 Sq Ft, Cinereach. Distribuidora: HBO Max
  • Género: Drama. Thriller.

Deja un comentario