Mar�a Cristina de Borb�n

Nació el 27 de abril de 1806. Fue reina de España, gracias a que contrajo nupcias con el rey Fernando VII, en 1829. Fue hija de Francisco I de las Dos Sicilias y de la infanta María Isabel de Borbón.

Se casó el 11 de diciembre en Aranjuez de ese año con su tío Fernando VII. Al fallecer este último en 1833, dejo como legado que su esposa sería designada Gobernadora del Reino. Posteriormente, ella se volvió a casar, esta vez con el sargento Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, siendo visto con remilgos tal unión.

Los años pasaron y María Cristina realizó ayuda social, además dio socorro a la costa onubense en 1834, luego de una epidemia de cólera. Reconociendo su apoyo, el ayuntamiento de la Real Isla de la Higueria hizo las gestiones necesarias para que dicho lugar sea llamado Isla Cristina.

Entre sus detractores estaba su tío y cuñado Carlos María Isidro de Borbón, quien no pudiendo reconocer la Pragmática Sanción de 1830, aseveraba en cambio que él era el verídico heredero al trono, lo que motivó a realizar la Primera Guerra carlista, que tuvo su fin en 1839, con el llamado Abrazo de Vergara.

Fue partícipe de un conato de restauración de la monarquía en Ecuador contando con el alegato explícito del presidente Juan José Flores. Dicha estratagema planeaba dos objetivos: primero que su hijo Agustín Muñoz y de Borbón se vuelva Príncipe en Ecuador, y segundo se convirtiera en restaurador de la monarquía de España en Perú y Bolivia. Y de triunfar los llamarían Reino Unido de Ecuador, Perú y Bolivia; no obstante, fallaron los planes.

Luego de fracasar en su lucha por tender puentes entre liberales y moderados, le cedió la regencia a Baldomero Espartero, luego de eso se exilió. Estando ya en Marsella dio su anuncio que fue coaccionada a renunciar, viajando a Roma. Posteriormente radicó en París, y gracias a la ayuda de un mecenas llamado Francisco I Conde de Luzárraga, logró seguir adelante, pero contra el gobierno espartista hasta la claudicación y designación de su hija de 13 años, a quien se llamó reina Isabel II.

Teniendo el poder real su hija; sin embargo, no faltaron las injerencias de la madre, que solo le costó la ojeriza del pueblo, y fue desterrada de España, e incluso se le quitó la pensión vitalicia que hubo tenido.

Falleció proscrita de su país, el 22 de agosto de 1878, siendo inhumada luego en el Monasterio de El Escorial.