Grandes maestros del diseño: William Morris
Revolucionó la Inglaterra victoriana con la pasión por el diseño artesanal y la dimensión humana y social de sus trabajos. Hoy, su legado aparece con letras de oro en el gran libro de la decoración de interiores.
La trayectoria de William Morris está marcada por su fijación por revitalizar el trabajo manual en plena revolución industrial y por el intento de acabar con la distinción entre el gran arte y las artes menores. Bajo esta filosofía y con la experiencia de la Red House –la casa repleta de novedades decorativas que se construyó en Bexleyheath, Kent–, funda en 1861 una sociedad dedicada a la producción de papeles pintados, telas, bordados, alfombras y muebles. Morris & Co cosechará un éxito inusitado y marcará un hito en el arte británico, hasta entonces dominado por la opulencia victoriana. En la Segunda Guerra Mundial, la compañía pasa a manos de la firma Sanderson, que en la actualidad sigue editando sus papeles pintados y textiles.
La labor práctica y teórica de Morris le condujo a encabezar la corriente Arts & Crafts (artes y oficios), que abogaba por la vuelta a la artesanía medieval frente a la producción en serie y buscaba la primacía del ser humano, de la creatividad y la belleza del entorno frente a la máquina y el sórdido desarrollo de las ciudades industriales. Y además, fue un pintor influido por los prerrafaelitas, su legado como poeta y escritor es importante y ejerció una destacada labor de activista social. Morris defendía que el arte debía ser para todos, aunque paradójicamente sólo las élites podían pagar sus diseños, más caros que los industriales. Sus últimos años estarán copados por Kelmscott Press, un taller de impresión y encuadernación de libros.
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