Kathryn Kuhlman - Protestante Digital El poder silencioso de Dios

El sonido ensordecedor de una sociedad bulliciosa a veces nos impide escuchar la voz de Dios y del que está afligido. Ante el dolor y el sufrimiento, en muchas ocasiones, respondemos con bien intencionados consejos que no ayudan a las personas atribuladas. El célebre teólogo Bonhoeffer escribió sobre la misión de escucha que de be de tener la Iglesia y dijo: La cura de almas se distingue fundamentalmente de la predicaci"/>

Kathryn Kuhlman

El poder silencioso de Dios

El sonido ensordecedor de una sociedad bulliciosa a veces nos impide escuchar la voz de Dios y del que está afligido. Ante el dolor y el sufrimiento, en muchas ocasiones, respondemos con bien intencionados consejos que no ayudan a las personas atribuladas. El célebre teólogo Bonhoeffer escribió sobre la misión de escucha que de be de tener la Iglesia y dijo: La cura de almas se distingue fundamentalmente de la predicaci

22 DE ABRIL DE 2006 · 22:00

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Kathryn Kuhlman era la hija de un próspero matrimonio de origen alemán establecido en la tranquila ciudad de Concordia, Misuri. El hogar de los Kuhlman era acogedor, pero las relaciones entre madre e hija nunca fueron muy buenas. Emma, la madre de Kathryn, desaprobaba el comportamiento de su hija y se mostraba rígida en todo momento. La relación con su padre fue mucho más afectiva. Pasó de ser una niña rebelde e independiente a un adolescente confusa y perdida. A los catorce años de edad Kathryn se convirtió. El ambiente religioso en casa de los Kuhlman era muy frío, su padre despreciaba a los predicadores a los que consideraba unos chupa sangre; Emma -su madre- asistía a su iglesia metodista sin mucho entusiasmo, a pesar de ser profesora bíblica de jóvenes. Años más tarde, en una de las predicaciones de su hija, Emma se convirtió. Myrtle, la hermana mayor de Kathryn, se casó con un predicador itinerante y en 1924 convenció a sus padres para que Kathryn pudiera acompañarles. Al final, Kathryn pasó cuatro años con su hermana y su cuñado, recorriendo decenas de ciudades con su ministerio itinerante. Después de esta etapa, Kathryn decidió separarse y comenzar en solitario su labor de evangelista. La predicadora soportó las penalidades de un ministerio itinerante y sufrió en sus carnes los duros años de la depresión de 1929. Todo iba a cambiar en Denver. Sus predicaciones se convertirían en un fuego apasionado que se extendió por toda la ciudad. La muerte de su padre en 1934, le causó un profundo trauma, pero logró superarlo y regresar a Denver para edificar su nueva iglesia. El 30 de mayo de ese año se abrió el tabernáculo del Avivamiento de Denver y la iglesia comenzó a crecer rápidamente. En 1935, Kathryn conoció al predicador Burroughs A. Waltrip. Desde el principio se sintieron atraídos, pero Waltrip era divorciado y la congregación no aprobaba esta relación. Meses más tarde, se casaron en secreto, pero desde el principio los problemas dividieron a la pareja. Tras ocho años de matrimonio, en 1944, Kathryn se separó de su marido y recuperó su ministerio evangelístico. Franklin, en Pensilvania, se convertiría en la ciudad donde Kathryn Kuhlman comenzaría un nuevo camino hacia Dios. Ahora era el momento de escuchar a la gente. Continuará.

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