Reseña: «Donde viven los monstruos», de Maurice Sendak

Reseña de Donde viven los monstruos, de Maurice Sendak

Aunque ahora es un clásico infantil, Donde viven los monstruos no tuvo un comienzo prometedor. Según su autor, Maurice Sendak, cuando se publicó en 1963, recibió malas críticas y varias bibliotecas lo prohibieron, ya que les parecía demasiado oscuro para niños.

Al año siguiente ganó la Medalla Caldecott al mejor álbum ilustrado, y poco a poco los adultos se dieron cuenta de que a los niños les encantaba. Desde entonces se han vendido 19 millones de ejemplares, y ha sido adaptado a varios cortometrajes, a una película de Spike Jonze y a una ópera infantil.

Sinopsis

La noche que Max, disfrazado de lobo, se porta mal, su madre lo manda a la cama sin cenar. Max no piensa aburrirse, así que viaja al país donde viven los monstruos para seguir jugando, hasta que se da cuenta de que tiene que regresar.

Análisis

Qué libro más maravilloso. No sabía nada de él hasta que no se estrenó la película de Jonze en 2009. Aunque me atraía leerlo, durante años me dije que ya era muy mayor para estos cuentos, que cómo iba a gastarme dinero en algo con tantos dibujos y tan pocas palabras.

Tuve que deshacerme de mi esnobismo para redescubrir la literatura infantil y juvenil, que me encanta (y de casualidad, escribo), y joyas como Donde viven los monstruos.

Esnobs del mundo, ¡lo que os perdéis de la vida!

Visto con los ojos de un niño, supongo que el libro resulte atractivo por los geniales dibujos del propio Sendak (al parecer se iba a titular Donde viven los caballos salvajes, pero Sendak no sabía dibujar caballos, así que dibujó monstruos), y porque Max se pone a jugar cuando le castigan, y además se lo pasa bomba.

Visto con los ojos de un adulto, aparte de la aventura de Max, disfrutas por lo bien que muestra Sendak lo muy imaginativos que son los niños y cómo es el enfado infantil, y el amor que siente un hijo por su madre, y viceversa.

Max no tiene ningún problema para crear un mundo completo en su mente donde evadirse mientras se le pasa el enfado (a los adultos, a menos que tengas un trabajo creativo, la imaginación se nos atrofia y nadie nos la incentiva). Y hace en el país donde viven los monstruos precisamente las cosas por las que lo han castigado, y las hace a lo grande: se vuelve el rey de los monstruos, y la arma. Mamá, ¿me castigas por portarme mal? Pues toma dos tazas.

Crítica de Donde viven los monstruos, de Maurice Sendak

Max se cansa, el enfado remite, y manda a los monstruos a la cama sin cenar; el mismo castigo que le impuso su madre. El niño se siente solo, y echa de menos estar con alguien que le quiere muchísimo. No todo es cabrearse y jugar en la vida. Y además, comienza a oler cosas ricas.

El cuento acaba con una nota muy emotiva. Sendak muestra que a la madre se le ha ablandado el corazón, y a Max le espera una cena caliente cuando regresa del país donde viven los monstruos.

 

Where the Wild Things Are / Maurice Sendak / álbum ilustrado / Estados Unidos, 1963, 48 páginas


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