Wreckfest - Análisis

1611 días en Early Access han dado buen resultado.

¿Quién no ha chocado con un rival de la IA en un adelantamento de juego conducción? Quien más, quien menos, ha utilizado trucos sucios para aprovecharse de una situación de ventaja en una carrera igualada. Pues de eso mismo va, en esencia, Wreckfest, el juego de Bugbear Entertainment que se ha tirado la friolera de 1611 días en Acceso Anticipado, hasta salir en perfectas condiciones (en PC, que en PS4 y Xbox One no llegará hasta el 20 de noviembre).

Wreckfest, como su nombre en inglés indica, es un arcade de conducción en el que encontraremos reminiscencias del antiguo Destruction Derby o el más novedoso FlatOut (no en vano, el estudio finlandés Bugbear estuvo a cargo de sus dos primeras entregas), aunque mezclando la destrucción sin motivo con las carreras tradicionales en un cóctel tremendamente divertido de piezas de carrocería, chatarra, tierra y musicote.

Como se desprende de su estilo de juego, estamos esencialmente ante un arcade de conducción, pero uno bastante refinado en el control, que cuenta con un sistema de físicas excelente con el que hacer que cada uno de los vehículos se sienta verdaderamente diferente, pero de eso hablaremos más adelante. El juego presenta cuatro niveles de dificultad, haciendo que se pongan las cosas verdaderamente complicadas en 'Muy Difícil', ya que no solamente no hay casi ayudas, sino que el contador de daños, una de las claves de Wreckfest, es mucho más sensible.

El juego de Bugbear combina eventos de pura destrucción a modo de desafío con otras carreras convencionales en las que cada paso por curva es una melee en la que se suceden los choques, giros y cabriolas. Hay cierta sensación de imprevisibilidad ya que, como decíamos antes, hay una barra de vida encima de cada coche que nos indica cuándo quedará inutilizado, pero es que además incluye un sistema de destrucción progresiva del coche según el tipo de choque que hemos tenido y que no solamente deja ver los daños estéticos, sino que afecta jugablemente en averías en la suspensión, transmisión, el eje de las ruedas o los frenos, convirtiendo a nuestra bestia automovilística en un potrillo desbocado difícil de controlar.

Wreckfest se estructura principalmente en dos modos de juego: trayectoria y eventos personalizados. El modo trayectoria nos presenta una serie de divisiones de dificultad progresiva (y cada vez mejores clases de autos) que van desde los regionales junior hasta la Copa de Maestros. En cada una de estas divisiones hay una serie de pruebas en las que participar y en cada una de ellas encontraremos una serie de objetivos con los que incrementar el contador de puntuación general y desbloquear el acceso a nuevas pruebas. Además, hay una serie de objetivos especiales que serán los que en este juego aporten las estrellas extra.

Las disciplinas de se dividen entre desafíos de destrucción -en los que dejar fuera de combate a un número determinado de vehículos rivales o ser el que mayor número tiene en su particular marcador de puntuación de destrucción- y las carreras al uso combinadas con esta tendencia al choque chatarrero. Como se presupone para un juego así de autodestructivo, no hay reglas. De hecho, incluso la IA a veces tendrá más mala idea que tú mismo y se incorpora un sistema de rivales que nos permitirá duplicar la puntuación chocando contra el vehículo que más nos haya tocado... las ruedas. Resulta bastante sorprendente el grado de agresividad de la IA que pueden llegar a tener.

Sin embargo, para verdadera agresividad, la que hay en el online. El juego permite reunir hasta 24 jugadores en un mismo servidor, y como os podéis imaginar, es extremadamente divertido en un juego de este tipo, en el que se disfruta más del camino, de cada vuelta y casi que lo de menos es el resultado, ya que no consigue volverse frustrante por su propuesta totalmente desenfadada y en la que te puede dar exactamente igual el resultado por el buen rato que has echado. Por el momento, y teniendo en cuenta que hay una gran comunidad heredera de la fase de Acceso Anticipado, el resultado a nivel de conectividad ha sido óptimo.

Uno de los aspectos que no nos ha acabado de convencer tiene que ver con el sistema de progresión. Con cada acción destacada en la partida -nuevamente relacionada con lo agresivos que seamos- y mejores resultados de carrera ganaremos un montante de créditos ingame y puntos de experiencia. Se puede mejorar los vehículos, un amplio catálogo dividido entre varias clases y fabricantes ficticios, tanto visualmente como mecánicamente, pero sin embargo este progreso es demasiado lento según el rendimiento de nuestras carreras, lo que sí puede acabar siendo frustrante por obligarnos a repetir pruebas ya realizadas anteriormente con menos fortuna. Quizás todo está demasiado cuadriculado, cuando en un juego de estas características sería mejor tener dinero a espuertas en poco tiempo y poder probar toda clase de vehículos en poco tiempo de juego (por cierto, hay desde cortacésped a cosechadoras).

Prueba de ello es que incluso el modo "evento personalizado", en el que jugar una prueba rápida, está ligado a los desbloqueos asociados a nuestro perfil, por lo que podremos competir en cualquiera de las 22 pistas diferentes (una amplia variedad de estadios, pistas de asfalto, de grava, campos de trigo incluso...) pero solamente con los vehículos que hayamos desbloqueado en ese momento. Hay ciertas formas de tomar atajos en este sentido, como recurrir al mercado de compra-venta de vehículos, pero quizás en este modo libre se debería haber dado precisamente libertad.

Respecto al acabado visual, el resultado final no deja notar el paso del tiempo que ha transcurrido desde su lanzamiento inicial en Early Access hace casi 5 años. Bugbear ha sabido ir actualizando el motor gráfico para que el resultado en pantalla fuera contemporáneo. No encontraremos unas pistas con una variedad abrumadora de detalles, pero sí los suficientes para mostrar en pantalla la bendita locura que es Wreckfest, con pilas de neumáticos y restos de piezas de los vehículos en competición. Los vehículos presentan un nivel de detalle más que aceptable, sobre todo en texturas y sorprende también el efecto de la gravilla de las pistas o la increíble iluminación (eso sí, no hay cambio de horario en competición).

Sin embargo, uno de los apartados más sorprendentes es el de su banda sonora de acompañamiento, tan cañera y gamberra como el propio juego. Bugbear llevó a cabo un concurso de talentos para incorporarlos a su juego y el resultado no puede ser mejor, congregando una serie de bandas de rock así como grupos especializados en música electrónica (a veces incluso fusionándose) y demostrando que no hace falta ser un estudio líder en el género y con un presupuesto masivo para conseguir unos cuantos temas licenciados que den algo de vidilla al juego, ya que por otra parte hay cierta escasez de efectos sonoros en la partida y algún dicharachero comentarista no hubiera venido nada mal.

Pros

  • Sistema de daños.
  • Banda sonora.
  • Agresividad de la IA.

Contras

  • Lento sistema de progresión.
  • Faltan modos especiales.

El veredicto

Wreckfest es un arcade de conducción con un control muy divertido y eficaz para presentar en pantalla una gran variedad de situaciones de destrucción y competición. Lo más destacado de sus 1611 días en Acceso Anticipado es el genial sistema de físicas para representar el centenar de choques que hay por cada hora de juego así como la destrucción mecánica y visual de la amplia variedad de vehículos. Es una lástima que el modo Trayectoria y su asociado sistema de progresión estén algo limitados y no se avance todo lo rápido que se esperaría, porque cada una de sus pruebas consigue ser divertida más allá del resultado final, algo que se magnifica todavía más en su genial multijugador online para 24 personas.

En este artículo

Wreckfest

Bugbear Entertainment | 14 de enero de 2014
  • Plataforma
  • PC
  • PS4
  • XboxOne

Análisis de Wreckfest para PC

7.7
Bueno
From the creators of FlatOut comes Wreckfest, a smash-em-up destruction derby driving game.
Wreckfest
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