MISA DIARIA DE CAMINANDO
CON JESUS
"La Eucarist�a es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
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Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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Internet, desde 1998
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04-05-2024
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Edici�n N� 9.598
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LITURGIA
DE LAS HORAS
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En
Am�rica Latina se celebra a:
Felipe y Santiago,
ap�stoles
Felipe fue llamado por
Jes�s en las orillas del lago de Genesaret, a la vez que Andr�s y Pedro. �l
intervino en la vocaci�n de Bartolom�, dici�ndole: �Hemos encontrado al
Mes�as�, y present�ndolo a Jes�s. Felipe no ten�a reparos en pedir
explicaciones a Jes�s: ��C�mo dar de comer a tanta gente?� En el discurso
de la �ltima Cena, interrumpi� a Jes�s: �Mu�stranos al Padre y nos basta�;
y Jes�s le respondi�: �Quien me ve a m�, ve tambi�n a mi Padre�. Despu�s de
Pentecost�s, con motivo de la persecuci�n, se dice que predic� en Frigia y
Laodicea. Pero no hay m�s noticias de �l.
De Santiago (el Menor)
no aparecen intervenciones en el evangelio. Era pariente de Jes�s; tal vez
su madre era prima de la Virgen Mar�a. Fue el primer obispo de Jerusal�n.
Presidi� el concilio en esta ciudad. Consigui� la concordia entre los
jud�os convertidos y los paganos cristianizados. Escribi� una carta �a las
doce tribus de la dispersi�n�, (a los cristianos dispersos por la
persecuci�n) que lleva su nombre: Carta de Santiago, y est� incluida entre
los libros can�nicos del Nuevo Testamento.
ANT�FONA DE ENTRADA
Estos son los santos
varones a quienes el Se�or eligi� por su caridad sincera; �l les dio la
gloria eterna. Aleluya.
ORACI�N COLECTA
Dios nuestro, que cada
a�o nos alegras en la fiesta de los santos ap�stoles Felipe y Santiago;
conc�denos, por su intercesi�n, participar en la pasi�n y resurrecci�n de
tu Hijo unig�nito, para que merezcamos contemplarte eternamente. Por
nuestro Se�or Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Esp�ritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA 1Cor 15, 1-8
Lectura
de la primera carta del Ap�stol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos, les recuerdo
el Evangelio que yo les he predicado, que ustedes han recibido y al cual
permanecen fieles. Por �l son salvados, si lo conservan tal como yo se lo
anunci�; de lo contrario, habr�n cre�do en vano. Les he transmitido, en
primer lugar, la ense�anza que yo mismo recib�: Cristo muri� por nuestros
pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucit� al tercer d�a,
de acuerdo con la Escritura. Se apareci� a Pedro y despu�s a los Doce.
Luego se apareci� a m�s de quinientos hermanos al mismo tiempo, la mayor
parte de los cuales vive a�n.
Adem�s, se apareci� a
Santiago y de nuevo a todos los Ap�stoles. Por �ltimo, se me apareci�
tambi�n a m�, que soy como el fruto de un aborto.
Palabra
de Dios.
Comentario: San
Pablo invita a los fieles de Corinto no s�lo a recordar el evangelio
predicado por �l, sino a asumirlo aceptando a Cristo como causa y centro de
la redenci�n de todos: los del primer siglo, como los de ahora. Y la
garant�a de esta doctrina es la Resurrecci�n del Se�or, certificada por los
ap�stoles y tambi�n por m�s de quinientos de sus seguidores como premio a
su fidelidad.
SALMO Sal 18, 2-5
R.
Resuena su eco por toda la tierra.
O bien: Aleluya.
El cielo proclama la gloria
de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos: un d�a transmite al
otro este mensaje y las noches se van dando la noticia. R.
Sin hablar, sin
pronunciar palabras, sin que se escuche su voz, resuena su eco por toda la
tierra, y su lenguaje, hasta los confines del mundo. R.
ALELUYA Jn 14, 6. 9
Aleluya. Dice el
Se�or: �Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Felipe, el que me ha visto,
ha visto al Padre�. Aleluya.
EVANGELIO Jn 14, 6-14
Evangelio
de nuestro Se�or Jesucristo seg�n san Juan.
A la Hora de pasar de
este mundo al Padre, Jes�s dijo a Tom�s: �Yo soy el Camino, la Verdad y la
Vida. Nadie va al Padre, sino por m�. Si ustedes me conocen, conocer�n
tambi�n a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto�.
Felipe le
dijo: �Se�or, mu�stranos al Padre y eso nos basta�. Jes�s le
respondi�: �Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, �y todav�a no
me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. �C�mo dices: �Mu�stranos
al Padre�? �No crees que Yo estoy en el Padre y que el Padre est� en m�?
Las palabras que digo no son m�as: el Padre que habita en m� es el que hace
las obras. Cr�anme: Yo estoy en el Padre y el Padre est� en m�. Cr�anlo, al
menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en m� har� tambi�n las
obras que Yo hago, y a�n mayores, porque Yo me voy al Padre. Y Yo har� todo
lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el
Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, Yo lo har�.
Palabra
del Se�or.
Comentario: No
dice: Les ense�o el camino que deben recorrer y les doy un tratado sobre la
verdad que deben creer, sino: �Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida�. Si
volvemos atr�s por miedo a la incomprensi�n, a la persecuci�n, o al riesgo,
en ese caso ponemos en evidencia que los pasos que ya hemos dado en su
seguimiento y, en el compromiso con los necesitados son fuego de paja, y
que no hemos estado inspirados por un amor verdadero.
ORACI�N SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Se�or, los
dones que te presentamos en la fiesta de los ap�stoles Felipe y Santiago, y
conc�denos vivir una religi�n pura y sincera. Por Jesucristo, nuestro
Se�or.
ANT�FONA DE COMUN I�N Cfr. Jn
14, 8-9
Se�or, mu�stranos al
Padre y eso nos basta. Felipe, el que me ha visto, ha visto al Padre.
Aleluya.
ORACI�N DESPU�S DE LA COMUNI�N
Purifica, Padre,
nuestros corazones por el sacramento recibido, para que, contempl�ndote en
tu Hijo, con los ap�stoles Felipe y Santiago merezcamos alcanzar la vida
eterna. Por Jesucristo, nuestro
Se�or.
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REFLEXI�N B�BLICA
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�Cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la
har�
Jn 14, 6-14
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.
YO SOY EL CAMINO, Y LA VERDAD Y LA VIDA.
En aquel tiempo, Jes�s
dijo a Tom�s: "Yo soy el Camino, y la Verdad y la Vida. Verdad y vida
aparecen como dos expresiones sapienciales correlativas. Ya en el Antiguo
Testamento la sabidur�a es la que conduc�a por y a las v�as de la vida.
Jes�s aqu� se identifica con la sabidur�a, que en algunos pasajes del
Antiguo Testamento parecen revestir, preparar, la trascendencia divina de
la misma.
Jes�s, es el camino en
cuanto revela al Padre, nos da a conocer el camino que nos conduce a Padre:
El mismo es el �nico acceso al Padre. Jes�s es el camino, porque �l nos
mereci� la gracia que nos hace hijos de Dios y herederos del cielo y de �l.
Todo esto con su ejemplo que nos ense�a el camino que hemos de seguir para
llegar al cielo.
Jes�s, es la Verdad;
en medio de tanta mentira y falsedad. Para nosotros es una gran paz saber
que esta verdad no cambia. Jes�s es la vida, �l es el centro de nuestros
corazones, de todos los que desean vivir la bondad y el amor.
Jesucristo es Dios,
una misma cosa con el Padre. Conocer a Jesucristo, es conocer a Dios, amar
a Jesucristo es amar a Dios, servir a Jesucristo es servir a Dios.
Al comienzo del
cap�tulo catorce, en vers�culo Jes�s dice: Crean en Dios y crean tambi�n en
mi Puesto que ya creen en Dios, que crean tambi�n en El; que esa fe en �l
se mantenga y aumente en su ausencia, a pesar de que van a presenciar su
muerte de cruz; que crean en El c�mo en el Hijo de Dios, tema del evangelio
de san Juan.
2.
NADIE VA AL PADRE, SINO POR M�
En este fragmento,
esta secci�n se enlaza con este vers�culo, en el que les habla de la fe en el
Padre y en �l. Si va al Padre, l�gicamente surge el hablar de qui�n sea:
que conozcan el t�rmino ad�nde va. A lo que se une la frase del vers�culo,
Nadie va al Padre, sino por m�, ya que nadie puede venir al Padre sino por
Jes�s.
Dice Jes�s: Si ustedes
me conocen, conocer�n tambi�n a mi Padre. Es decir nos promete para el
futuro que sabremos de un conocimiento especial del Padre. �Es para cuando
est�n en las moradas que va a prepararles? Pero - Ya desde ahora lo
conocen--- es decir, desde el tiempo en que �l, durante su ministerio
p�blico, les hizo la gran revelaci�n de Dios Padre, que envi� a los seres
humanos a su Hijo verdadero. Por eso, al conocer al Hijo, se conoce al
Padre, en el sentido de que lo engendra, comunic�ndole su misma naturaleza
divina, lo mismo que por comunicarle las obras que hace.
3.
SE�OR, MU�STRANOS AL PADRE
La insistencia de
Jes�s en tratar el tema del Padre, ha suscitado en algunos de ellos el
deseo de un conocimiento m�s profundo y m�s experimental, es as� como
Felipe le dijo: - Se�or, mu�stranos al Padre y eso nos basta - La pregunta
de Felipe que pide les muestre al Padre, pensando que Jes�s, que hizo
tantos milagros, se lo manifestase ahora con una maravillosa teofan�a, al
estilo de lo que se pensaba de Mois�s o Isa�as, que hab�an visto a Dios,
hace ver, una vez m�s, la rudeza e incomprensi�n de los ap�stoles hasta la
gran iluminaci�n de Pentecost�s.
De ese conocer al
Padre y al Hijo se sigue que tambi�n han de saber que est�n el uno en el
otro. �C�mo? Podr�a pensarse que por la uni�n vital e inmanencia del uno en
el otro, por raz�n de la persona divina de Jes�s; Pero seguramente se
refiere al Verbo encarnado, como San Juan lo considera en el evangelio. Y
as� el Padre est� presente en El, aparte de otras presencias, por las obras
que le da a hacer. Dice en un texto, que es la mejor interpretaci�n de
�ste: Si no creen a m�, crean a las obras (milagros), para que sepan y
conozcan que el Padre est� en m� y Yo en el Padre � (Jn 10:38; cf. Jn
14:20) -. El Padre est� por la comunicaci�n que le hace, y �l est� en el
Padre por la dependencia que su humanidad tiene de El para realizar los
milagros y el mensaje.
Por �ltimo, para la
garant�a de esta mutua presencia y de la verdad de que quien lo ve a �l ve
al Padre, remite a las obras que el Padre hace en El.
4.
EL QUE CREE EN M� HAR� TAMBI�N LAS OBRAS QUE YO
HAGO
Luego Jes�s nos hace
una promesa, dice: Les aseguro que el que cree en m� har� tambi�n las obras que yo hago, y a�n mayores, porque yo me voy al Padre. La
primera promesa que nos hace es que no s�lo har�n las obras que Yo hago
sino que a�n las har� mayores. Y la raz�n es porque �l va al Padre.
La palabra obras, a
las que Jes�s se remite, es la garant�a de su verdad. Ya el anuncio que
Jes�s hace a los suyos es de optimismo: su ausencia no los dejar� en el
fracaso, porque har�n a�n obras mayores que las que El hizo. �Qu� obras son
�stas?
5.
LAS OBRAS QUE EL PADRE ME DIO A HACER
Cristo dice en otro
pasaje: Las obras que el Padre me dio a hacer, esas obran dan testimonio en
favor m�o de que el Padre me ha enviado (Jn 5:36). Es toda su obra
mesi�nica: su actividad, su ense�anza de las cuales los milagros son
signos.
En esta misma l�nea
mesi�nica est�n estas obras que les promete hacer. Son la obra mayor de la
expansi�n mesi�nica, que Jes�s ten�a circunscrita a Palestina y que ellos
llevar�n hasta los confines de la tierra (Hech. 1:8). Har�n las obras que
El hizo, ense�ar el mensaje y confirmarlo con milagros, y las har�n
mayores, por la extensi�n de ese mensaje y milagros por todo el mundo.
Es la interpretaci�n
que ya daba San Agust�n: Con la predicaci�n de los disc�pulos creyeron no
unos pocos, como eran ellos, sino pueblos enteros. Y �stas son, sin duda,
obras mayores. Y esta obra que van a hacer se debe a que �l va al Padre. Es
El quien, por ellos, va a realizar y confirmar su obra de expansi�n
mesi�nica.
6.
SI USTEDES ME PIDEN ALGO EN MI NOMBRE, YO LO
HAR�.
Lo que pidan al Padre
en nombre de Cristo, eso lo har� Cristo. Podr�a pensarse que Jes�s lo har�a
como un instrumento del Padre. Pero parece acusarse deliberadamente la
divinidad del Verbo encarnado al ponerse en una misma l�nea. As� dijo: Yo y
el Padre somos una misma cosa � (Jn 10:30) - los jud�os consideran que con
ello se hac�a Dios (Jn 10:33).
A esto mismo lleva el
que lo que le pidan a �l en su nombre, por �l mismo: Yo lo har�. Se pone en
una esfera trascendente, en paralelismo con el Padre. Se acusa en ello la
divinidad del Verbo encarnado
7.
�QU� SIGNIFICA PEDIR EN MI NOMBRE?
Puede tener varios
sentidos, ya que, conforme al uso semita, nombre est� por la misma persona.
As� podr�a significar: alegar al Padre que es su Hijo (Jn 16:23-24);
ponerlo por intercesor (Jn 11:12); alegar su poder o autoridad (Hech
3:6-12); pedir unidos vitalmente a �l (Jn 15:5); o como representantes
suyos y encargados de continuar su obra (Jn 15:16).
El contexto inmediato
se refiere a las obras mayores, que es su obra de enviados de Jes�s a
continuarla. Por eso, el sentido preferente aqu� de en mi nombre se refiere
a los ap�stoles, que unidos a El � (Jn 14:12; 15:5) -, le piden a El todo
lo que necesitan, como continuadores de su obra.
Dijo Jes�s: Y yo har�
todo lo que ustedes pidan en mi nombre, para que el Padre sea glorificado
en el Hijo. Siempre es Jesucristo continuando su obra, a trav�s de sus
ap�stoles, para cumplir su misi�n: glorificar al Padre.
Jes�s nos prometi�: Si
ustedes me piden algo en mi nombre, yo lo har�. Esta fue una forma de
quedarse con nosotros, y que sinti�ramos su presencia, ya que rezar, es
ponerse en contacto �ntimo con Jes�s. Nada se resiste a la fuerza de la
oraci�n, pero hay que hacerla como �l nos dijo, en su nombre, es decir en
su esp�ritu, en sus m�ritos y sus promesas, y aceptando su voluntad.
Cristo
Resucitado, viva en sus corazones
���� Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
|
PARA LA LECTIO DIVINA
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�Y T� QU� VES CUANDO
CONTEMPLAS LAS OBRAS DE DIOS?
Felipe le dijo: �Se�or, mu�stranos al Padre y eso nos basta�.
Felipe quiere ver al Padre, pero no ha sabido verlo en Jes�s. Ha
visto con los ojos la realidad externa, pero no ha visto la realidad
escondida con los ojos, mucho m�s penetrantes, de la fe.
�Y t� qu� ves cuando contemplas las obras de Dios?
�Ves s�lo la realidad sensible, el signo, o la acci�n de Dios, la
realidad significada?
Es bueno plantearse una pregunta como �sta, porque el secularismo
invasor no se preocupa m�s que de la realidad visible, emp�rica, palpable.
Aunque est� dispuesto, a continuaci�n, a correr detr�s de �doctas f�bulas�
de tipo astrol�gico o m�gico o pseudorreligioso.
El disc�pulo de Jes�s debe caminar entre el positivismo y la
superstici�n, aceptando lo real de la realidad y aguzando la mirada de la
fe, que nos permite ver la acci�n �o la �gloria�� de Dios en los
acontecimientos humanos, a menudo intrincados, siempre misteriosos, nunca
absurdos.
El Se�or ha prometido a su Iglesia la posibilidad de hacer obras
incluso mayores que las que �l ha hecho: la grandeza ha de ser medida en el
orden de los valores proclamados por �l mismo, esto es, con el signo por
excelencia que es la cruz. Se trata del signo del martirio, de la entrega,
del amor que se da, de consumir nuestra propia vida por el pr�jimo: lo que
exige ver y apreciar otro orden de valores distintos a los apreciados por
el mundo, un orden de valores que, al final, atrae todos a �l.
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ORACION
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Se�or:
Confieso que me doy cuenta de que soy un buen compa�ero de Felipe, es
decir, que soy un poco miope para ver tu acci�n en el mundo.
Hace poco, en pandemia, me lamentaba de la debilidad de tu Iglesia.
Me lamentaba con acentos de nostalgia, del hundimiento de esta
�cristiandad�, sin lograr ver lo nuevo que est�s haciendo brotar.
Me lamentaba porque no consegu�a verte all� donde pensaba que no
estabas presente y ahora, en cambio s� que siempre estuviste y est�s.
Veo que no s� leer los �signos de los tiempos�.
Es que a veces me dejo llevar hacia el pesimismo y otras hacia el
optimismo, es decir, leyendo los acontecimientos humanos o bien mirando
exclusivamente las debilidades de los hombres, o bien abandon�ndome a un
providencialismo milagrero.
Ens��ame t� el arte del discernimiento.
Conc�deme el don de verte all� donde act�as y el modo en que lo
haces.
Purifica mi coraz�n para no sean mis estados de �nimo, sino tu luz la
que me gu�e para descubrirte y encontrarte all� donde act�as, para
colaborar contigo, pero, sobre todo, para amarte como t� quieres.
Pedro
4 de mayo
Felipe y Santiago, ap�stoles
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FUENTES DE LA PAGINA
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La P�gina de la Misa Diaria, est� preparada y es enviada
por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un
servicio de apostolado, amor por Nuestro Se�or Jesucristo y por la Iglesia.
Les ruego su oraci�n, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio,
dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
�Liturgia Cotidiana� de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia N�car-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusal�n (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada d�a del a�o, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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