La figura de la amistad como conciencia - filosofía en la red » plataforma de divulgación filosófica

Martin Heidegger en Ser y Tiempo1 nos presentó la voz de la conciencia como una llamada al Dasein (el Ser ahí) para su cuidado. Lo que explica Heidegger es cómo el Ser, en su condición de arrojado o perdido en lo cotidiano, escucha la llamada de la voz de la conciencia. La conciencia para Heidegger no dice, ni habla, sino que da a entender en su modo de expresión silente el cuidado. Este cuidado consiste en hacerse cargo de sí, encontrarse y dejar de estar perdido.

La voz del amigo es una metáfora utilizada desde Heidegger para referirse a la voz de la conciencia. La efectividad de la metáfora consiste en la importancia que tiene para el alemán destacar el carácter silente de la voz de la conciencia y, a su vez, el escuchar de un modo comprensivo. Escuchar la llamada es ya un comprender. Quien escucha la llamada de la voz de la conciencia ha comprendido su estado de caída en lo cotidiano. La llamada de la voz de la conciencia se escucha porque comprende, igual que se escucha la voz del amigo.

En una conversación con un amigo que tiene algo que decir, uno escucha atentamente su voz, abriéndose comprensivamente a la posibilidad que se le está presentando. Esto significa que uno en esa condición de coestar con el otro abre una posibilidad de cambio. Los factores que se tienen que dar para que el discurso del amigo consiga cambiar la situación de uno son: debe haberse dado cuenta de que su situación no es la deseable, sentirse mal por ello, querer cambiarlo y escuchar al amigo para tomar en cuenta su propuesta. Reunidos todos los factores, si así se dan, uno procurará cambiar su situación activamente.

El ejemplo presentado no es más que una metáfora, pero nos ayuda a tener en cuenta la predisposición necesaria para ese escuchar. Hay que tener cuidado, sin embargo, con entender la voz de la conciencia como algo ajeno al uno mismo, que de ningún modo es así. Para Heidegger, la voz de la conciencia forma parte del Dasein mismo. Así como el discurso del otro o del amigo forma parte de la posibilidad (o apertura) y comprender del uno.

La figura de la amistad ha sido motivo de estudio para la filosofía desde siempre porque es un pilar en nuestras relaciones sociales. Aristóteles diferenció tres tipos diferentes de amistad2: Una basada en la utilidad, otra en el placer, y otra en el carácter. La amistad que se forja gracias a la valoración de un buen carácter es la mejor valorada, ya que es la relación más altruista. La intimidad con la que se conoce a un amigo íntimo era para Aristóteles algo difícil de conseguir y que requiere de mucho tiempo. De hecho, el filósofo comparaba la amistad con el mantenimiento de un cuerpo en forma. Ambos propósitos se alcanzan con el ejercicio persistente y, si este se deja de repetir, su mantenimiento se debilitará e incluso puede llegar a desvanecerse.

La comparación de la amistad con un cuerpo en forma nos alerta de la importancia para el ser humano que esta tiene. En la Antigua Grecia el entrenamiento del cuerpo era indicador de salud y también de inteligencia. El hombre debía entrenar su cuerpo tanto como su mente para alcanzar lo que ahora consideramos un nivel bueno de vida. El valor y salud de un hombre debía medirse física, intelectual y moralmente. Si la amistad se entrena como el cuerpo, entonces alcanzar la amistad (igual que conseguir poner en forma el cuerpo) elevará al hombre a una vida mejor. Quien no pueda, por el contrario, estará falto de salud.

Teniendo en cuenta el discurso aristotélico, que la amistad es como el estar en forma, y el discurso heideggeriano, que la voz del amigo es como la voz de la conciencia, entonces el escuchar la llamada de la voz de la conciencia y existir como cuidado de sí habiéndose encontrado, habiendo comprendido que estaba perdido, eleva al humano a un modo de existencia de mayor valor. La comprensión y el cuidado es salud, la conciencia de uno es la más íntima amiga del humano.

Notas

[1] Heidegger, M. (2012) Ser y Tiempo. Madrid, España: Editorial Trotta.

[2] Katz, E. (2023, 01 de junio) Tres lecciones de Aristóteles sobre la amistad. Revista Ethic. Sitio web: https://ethic.es/2023/06/tres-lecciones-de-aristoteles-sobre-la-amistad-aristoteles/

Imagen | Pxhere

Cita este artículo (APA): Francisco, C. (2024, 16 de mayo). La figura de la amistad como conciencia. Filosofía en la Red. https://filosofiaenlared.com/2024/05/la-conciencia-es-tu-amiga

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por Cristina Francisco López

Graduada en Filosofía, maestra en Crítica y Argumentación Filosófica. Actual doctoranda en Filosofía y Ciencias del Lenguaje en Madrid. Joven apasionada por la lectura y escritura.

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