El Z1, el primer ordenador de la historia

El Z1, el primer ordenador de la historia

En el comedor de sus padres y con el dinero familiar, el alemán Konrad Zuse construía en la década de 1930 el dispositivo que sentaría las bases de la computación moderna.

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Konrad Zuse
picture alliance/dpa

Konrad Zuse junto a la réplica de la Z1

A veces, se hace necesario retroceder en el tiempo para poder apreciar y comprender todo lo que hoy en día consideramos como “esencial” o “cotidiano”. Y, aunque una buena parte de la sociedad aún recuerda lo que era vivir en una comunidad donde internet no existía y en la que un ordenador no era un objeto usual en un hogar, cada vez es mayor el porcentaje de personas para las que esto es una realidad indispensable y única. Sin embargo, la invención del primer ordenador no es un hecho tan alejado de nosotros como pueda parecer: ese hito tuvo lugar hace menos de 100 años.

Ocurrió en la década de 1930 y el protagonista pasó a la historia como Z1, el primer ordenador creado. Su desarrollador fue el ingeniero alemán Konrad Zuse quien, con recursos muy limitados y en un contexto social marcado por la incertidumbre y la adversidad, logró materializar una máquina capaz de realizar cálculos de manera automática: todo un hito que sentaría las bases para lo que posteriormente evolucionaría en la computación moderna.

DE BABBAGE A LA GRAN DEPRESIÓN

El desarrollo del Z1 estuvo intrínsecamente ligado al periodo social y económico en el que vio la luz: los avances científicos y tecnológicos estaban incrementándose y se comenzaban a sentar las bases para la emergencia de la informática ya no solo como disciplina, sino como industria. A finales del siglo XIX y principios del XX, la invención de la electricidad, el teléfono y el telégrafo, junto con los primeros conceptos de máquinas analíticas propuestos por Charles Babbage, proporcionaron el contexto intelectual y tecnológico necesario para la creación del Z1.

De esta forma, en la década de 1930, marcada por la Gran Depresión y la inestabilidad política en Europa, ofreció un entorno socioeconómico y político desafiante, pero también muy propicio para la innovación en el sector de la computación. La necesidad de optimizar y automatizar procesos, así como la búsqueda de soluciones tecnológicas para problemas complejos, impulsaron la investigación y el desarrollo en ese ámbito.

EL PRIMER ORDENADOR ELECTROMECÁNICO

Bajo ese contexto tan próspero al desarrollo tecnológico, nació el Z1, diseñado por Konrad Zuse entre 1936 y 1938 y considerado el primer ordenador electromecánico del mundo. Este dispositivo, rudimentario en comparación a las computadoras actuales, empleaba relés electromagnéticos y cintas perforadas para realizar operaciones aritméticas y lógicas de manera automática.

Su diseño modular y su estructura de acero facilitaban el mantenimiento y la actualización, mientras que su capacidad de programación a través de cintas perforadas le otorgaba una versatilidad única hasta el momento para ejecutar diferentes algoritmos y operaciones matemáticas.

Zuse Z1 2
ComputerGeek

Réplica de la Z1 en el Museo Alemán de la Tecnología de Berlín

Y, aunque el Z1 tenía una velocidad de procesamiento limitada y sus capacidades eran básicas, su viabilidad en la automatización de cálculos complejos sentó las bases para el desarrollo futuro de la informática.

Además, las innovaciones tecnológicas que incorporó el Z1, como ese uso de relés o la programación a través de cintas perforadas, sentaron el primer estándar de máquina en computación, sirviendo como inspiración para todos los diseños posteriores de ordenador. No obstante, las tensiones externas e internas en las piezas mecánicas provocaban que los cálculos realizados no fueran demasiado exactos.

EL HUMILDE CREADOR, KONRAD ZUSE

La mente detrás de este gran hito es la Konrad Zuse, nacido el Berlín en el año 1910. Con una formación en ingeniería civil y una pasión por las matemáticas, Zuse combinó su curiosidad con unas ansias de innovación. La construcción de la Z1 fue un proceso muy humilde: Zuse pidió dinero prestado a sus padres, a su hermana Lieselotte, a algunos estudiantes de la fraternidad AV Motiv y a Kurt Pannkle, un fabricante de máquinas calculadoras de Berlín. Con ese dinero, Zuse comenzó la construcción del ordenador en la sala de estar del apartamento de sus padres, llegando a renunciar a su trabajo en la construcción de aviones en 1936 para dedicarse a ello de manera íntegra.

En el año 1943, la Z1 original fue destruida por los ataques aéreos aliados, pero en 1986 y apoyado por la Universidad Libre de Berlín, Zuse decidió reconstruir el dispositivo. Para ello, utilizó los bocetos de la computadora original, junto a algunas piezas que recuperó de ese primer modelo, aunque la gran mayoría de los elementos eran nuevos. En 1989, el dispositivo se terminó, de forma que actualmente está expuesto en el Museo Alemán de Tecnología de Berlín.

En palabras del propio Konrad Zuse: "Hay una réplica de este modelo en el Museo de Tráfico y Tecnología de Berlín. La máquina original no funcionaba bien, y en ese sentido, la réplica es también muy fidedigna, y tampoco funciona bien"

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