Para muchos la catedral de Notre Damme es la joya o la maravilla por excelencia de París, pero para nosotros Sainte Chapelle no solo tiene algo especial, si no que tiene un aura y un tamaño comedido que la hacen realmente especial. Es una joya del gótico, que junto a la Conciergerie forman el Palacio de la Cité, sede del poder de los reyes de Francia.
Visita a Sainte Chapelle
Todo sobre este viaje
Un poco de historia
Desde el siglo X hasta el XIV, el Palacio de la Cité alberga tanto la Conciergerie como Sainte Chapelle. En el siglo XIII comenzó a construirse Sainte Chapelle bajo el mandado de Luis IX con el objetivo de conservar las reliquias de la Pasión de Cristo, entre ellas la famosa Corona de Espinas, que costó bastante más que la propia construcción del edificio.
A lo largo los siglos el palacio fue abandonado por los reyes, cambiando varias veces de residencia, y hoy en día del basto complejo solo quedan la cárcel y ésta joya del gótico que ha llegado casi intacta hasta nuestros días.
Para nosotros lugares como Los inválidos (Les Invalides) y Sainte Chapelle son lugares imprescindibles que hay que ver en Paris.
¿Qué tienes que ver en la visita a Sainte Chapelle?
La iglesia de Sainte Chapelle está compuesta por dos santuarios superpuestos. En la parte superior es donde siempre han estado expuestas las reliquias, a las que solo podía acceder el rey, y en la parte inferior era el lugar de culto del personal del palacio. Siempre hubo clases en toda cada real.
En la capilla inferior está la estatua de la Virgen, que recibe al visitante. En el ábside de la izquierda esta el famoso fresco de la Anunciación del siglo XIII, el más antiguo de París. En la bóveda aparecen los 12 medallones que representan a los apóstoles, las flores de lis junto a las columnas de Castilla, armas de la reina blanca de Castilla, madre de Luis IX.
La capilla superior es sencillamente monumental, tanto por su decoración como por las imponentes vidrieras que glorifican la Pasión de Cristo. Existen más de 1.000 escenas en las 15 vidrieras, donde destaca la de la historia de las reliquias. Se puede también contemplar las reliquias, entre ellas la corona de espinas y un pedazo de la sagrada cruz.
Merece la pena también admirar el impresionante rosetón, que ilustra el libro profético de San Juan, y los 100 capiteles.
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