Happy Feet. Rompiendo el hielo - Película - 2006 - Crítica | Reparto | Estreno | Duración | Sinopsis | Premios - decine21.com
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Happy Feet. Rompiendo el hielo
7 /10 decine21
Happy Feet. Rompiendo el hielo

Happy Feet

Premios

Oscar
2007
Ganadora de 1 premio
  • Película de animación
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7 /10 decine21

Crítica Happy Feet. Rompiendo el hielo (2006)

La animación se viste de gala

La animación se viste de gala

Qué orgullosos estarían los pingüinos de Mary Poppins si pudieran comprobar lo que ha mejorado su especie, en lo que a animación, canto y baile se refiere. Warner se ha unido al carro del que tiran con firmeza DreamWorks y Pixar con Happy Feet. Su director George Miller, responsable de películas tan dispares como Babe, el cerdito valiente y Mad Max, tiene motivos para estar orgulloso del resultado alcanzado tras cuatro años de trabajo.

El título, Happy Feet (‘pies contentos’), define el ‘pequeño problema’ de Mumble, un pingüino emperador. En su comunidad todos saben cantar, pues es un requisito básico para encontrar pareja, ya que deben encontrar su canción del corazón, que les unirá a otro pingüino el resto de sus vidas. Desde su nacimiento, Mumble no sabe cantar, pero a cambio baila claqué a las mil maravillas. Así las cosas, el conflicto está servido. Su rareza pone en peligro la estabilidad social del grupo, y le hace ser muy diferente a los demás. Por esto viajará a diversos lugares de la Antártida, donde aprenderá el valor de la amistad, la confianza en sí mismo y el cuidado del medio ambiente. Los choques entre su comunidad y lo vivido más allá de ésta, pondrán de manifiesto la importancia de la tolerancia, el amor, la confianza y la pertenencia a un grupo.

Las imágenes sobre hielo imprimen una velocidad trepidante a la película, que sólo pierde algo de fuelle tras el arranque ­–quizás porque éste deja con la boca abierta–. La acción se intercala con los números musicales, en una película en que la animación es la reina. El equipo realizó dos expediciones a la Antártida para captar texturas, colores, luces y sombras del continente helado. La idea era conseguir el mayor realismo posible, “una foto-realidad”, en palabras de Miller. Y prueba superada, ya que hay momentos en que la duda asalta: ¿son estos personajes dibujos, o son de verdad? Esta duda define la calidad obtenida, en que se intuye un arduo trabajo. Botón de muestra: Mumble tiene seis millones de plumas. La historia, complemento perfecto de El viaje del emperador, sigue en su temática los patrones clásicos del cine de animación, pero rebosa originalidad especialmente en la parte final. No vale eso de que vista una película de dibujos animados, vistas todas.

La canción del corazón

Los tintes románticos de la canción del corazón, que une para siempre a dos pingüinos, están sacados de la realidad. “A nosotros nos suena a graznidos”, explica Miller. “Pero puede haber 25.000 pájaros en una banquisa antártica, emitiendo cada uno una canción única, y de algún modo, cada uno se las arregla para reconocer al otro entre la cacofonía”, añade el director. Y he aquí la forma por la que cada pingüino reconoce a su pareja.

Bailando sobre el hielo
Bailando sobre el hielo

Happy Feet tiene un fuerte sabor a musical clásico, lo que no es un obstáculo para que la mayoría de los números sean modernos. Los pingüinos bailan y cantan rock, funk, rap, ópera, etc. Y todo ello encaja a la perfección con un baile tan clásico como el claqué. Las ilimitadas fronteras de la animación digital han posibilitado que los movimientos de Mumble sean en realidad los de Sabino Glover, uno de los mejores bailarines de claqué en la actualidad. La informática avanzada captó los movimientos en plató del bailarín, para regalárselos al pingüino. El espectacular resultado supone un sentido homenaje a películas como Sombrero de copa. Y es que los guiños musicales son constantes. Así, la madre de Mumble se llama Norma Jean (auténtico nombre de Marylin Monroe), mientras que el playback de ‘A mi manera’ es sucesor del ‘Good Morning’ de Cantando bajo la lluvia. A todo esto se une que el Billy Elliot del hielo también tiene problemas con su padre por su extraña afición danzarina.

Lo que a todas luces queda claro en la película es que la música y la danza no son sólo expresiones estéticas y artísticas, sino una forma de comunicación e integración.

Últimos comentarios de los lectores

Carmen - Hace 1 año

Bonita película para verla niños y papás juntos.

tokin - Hace 4 años

muy bien

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