En el día en que cumplió 40 años, Justin Gatlin anunció su retirada del atletismo profesional. Lo hizo con una declaración a la pista en su cuenta de Instagram: "Tu me has dado coraje, me has dado sabiduría, me has dado paz, una forma de inspirar a otros a ser la mejor versión de sí mismos. Estoy agradecido por nuestra relación. La antorcha se pasa, pero el amor nunca se desvanecerá. En sus marcas, listos, vamos".

Gatlin cuelga las zapatillas con cinco medallas olímpicas, doce mundiales, 27 victorias en la Liga de Diamante y un historial manchado con dos positivos de dopaje. Con todas sus sombras, es innegable que el atleta nacido en Brooklyn, Nueva York, en 1982, ha marcado la velocidad mundial del siglo XXI, capaz de dominar antes y después de la dictadura de Usain Bolt, y se ha convertido en un ejemplo de longevidad en una especialidad explosiva que premia la juventud: correr los 100 metros en 9,87s a los 37 años le mantiene como plusmarquista mundial máster en categoría M35.

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La carrera de Gatlin, que empezó corriendo en los patios, en las canchas de fútbol, en el vecindario, como recuerda en su despedida, se aceleró en el instituto en Florida como vallista y en la Universidad de Tennessee, donde ganó en 2001 los primeros dos títulos universitarios de la prestigiosa NCAA de los seis que conquistaría. Era un velocista que se aproximaba al prototipo de Carl Lewis, siempre potente pero algo más alto de lo habitual (1,85m) y que basaba su éxito en la amplitud de su zancada (podía completar el hectómetro en 41 pasos) y en la resistencia a la velocidad en los últimos metros.

Sus problemas llegaron pronto. Ese mismo 2001 le detectaron un positivo por anfetaminas que él atribuyó, como es habitual en el deporte de élite, a un trastorno TDAH de déficit de atención e hiperactividad desde que era un niño. Las autoridades creyeron su versión y redujeron la sanción a un año.

En 2003, Gatlin volvió para hacerse profesional y se estrenó a lo grande ganando el título mundial de 60 metros bajo techo en Birmingham y rompiendo por primera vez la barrera de los 10 segundos en los 100 metros lisos. Tenía 21 años y le preparaba el jamaicano Trevor Graham, que ese mismo verano enviaba a las autoridades antidopaje una jeringuilla anónima con un nuevo esteroide llamado tetrahidrogestrinona (THG) y destapaba el caso Balco, que acabó con la carrera del entonces plusmarquista mundial de 100m Tim Montgomery y de la gran estrella del atletismo Marion Jones.

Con el camino despejado y un Maurice Greene ya crepuscular, Gatlin aprovechó la oportunidad y se llevó el oro en los 100 metros lisos de los Juegos Olímpicos de Atenas. A la cosecha sumó la plata en el relevo corto y el bronce en los 200 metros. Al año siguiente, dobló la apuesta y ganó los 100 y los 200 metros en el frío Mundial de Helsinki. Era el nuevo rey de la velocidad mundial, hasta que en abril de 2006 un control antidopaje en Kansas detectó el consumo de testosterona. En lo que se concretaba su sanción, había igualado con 9,77s el récord mundial de Asafa Powell.

justin gatlin en helsinki 2005
Mark Dadswell//Getty Images

Cuatro años fuera y un regreso con una obsesión

Gatlin perdió todos los resultados aquel año, y no pudo competir en 2007, ni en 2008, ni en 2009...el positivo de 2002 era un agravante que elevó su sanción a los cuatro años. Cuando regresó en agosto de 2010 sin bajar de los 10 segundos, el panorama de la velocidad mundial era muy distinto. Usain Bolt había destrozado todos los récords y sumido al atletismo en una nueva era en la que no tenía rival, pero el estadounidense se empeñó en revelarse contra esa realidad.

Aunque en 2011 ganó en el Mitin de Madrid de Moratalaz y no pasó de las semifinales en el Mundial de Daegu, en 2012 volvió el viejo Gatlin, el que ganó su segundo mundial bajo techo en Estambul, en los Trials con 9,80s y consiguió auparse al bronce en los Juegos Olímpicos de Londres. En un papel secundario, se empeñó en recuperar su corona: en el Mundial de Moscú 2013, ganó la plata a ocho centésimas de Bolt. Dos años después, repitió medalla, pero esta vez perdió solo por una centésima. En los 200m, también le persiguió y se quedó a 19 centésimas de ganarle. El jamaicano reconoció recientemente que aquel fue el año más duro, por la exigencia a la que le sometió Gatlin, que en aquel 2015 corrió más rápido que nunca a sus 33 años.

justin gatlin se retira a los 40 años
Giuliano Bevilacqua//Getty Images

Gatlin derrota al gigante

En los Juegos Olímpicos de Río, Bolt volvió a ampliar la ventaja (9,81s a 9,89s), pero ahí estaba Gatlin, por delante de toda la nueva generación, ganando su quinta medalla olímpica. Un año después, por fin consiguió derrotar al gigante en su despedida, en el Mundial de Londres. Gatlin, oro en 9,92s. Bolt, bronce con 9,95s. En las gradas, abucheos. Habían pasado 14 años desde su primer gran título universal y volvía a dominar, en lo que se interpretó como una triste victoria de las trampas.

Era difícil creer a aquel Justin Gatlin que, además, despidió a su entrenador Dennis Mitchell y a su agente Robert Wagner cuando una investigación con cámara oculta les descubrió ofreciéndose a conseguir testosterona y hormona del crecimiento en Austria para un supuesto actor que debía entrenar como un atleta. En aquella grabación, reconocían que Gatlin seguía tomando sustancias para mejorar su rendimiento.

Tras la retirada de Bolt, Usain Gatlin también se fue apagando hasta no clasificarse para los Juegos de Tokio. En septiembre se especuló con la retirada, que él aplazó hasta después del Mundial de Eugene del próximo mes de julio, pero se adelantó aprovechando su 40º aniversario.

La determinación y el empeño con el que Justin Gatlin regresó a las pistas parecen haber hecho olvidar a muchos positivos y sanciones. Grandes figuras del atletismo estadounidense como Michael Norman, Christian Coleman, Grant Holloway, Allyson Felix, Kendra Harrison, Dwight Phillips o Will Claye han comentado en su post de despedida calificándole como el más grande y rindiendo tributo a su carrera. "Siempre me sentiré un privilegiado por haber competido contigo en la misma pista. Eres una leyenda, una inspiración", le ha escrito el keniano Ferdinand Omanyala, representante de la nueva generación.

En su adiós, sigue siendo el quinto hombre más rápido de la historia en los 100 metros (9,74s), el sexto en los 200 metros (19,57s) y el 9º en los 60 metros en pista cubierta (6,45s).

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Ismael Pérez

Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.

Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).

Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).