Para su película número 50, 'Golpe de Suerte', Woody Allen regresa a París y filma en francés un nuevo himno –romántico y siniestro– a las fuerzas del azar y la voluntad. A sus 87 años, el cineasta de Manhattan conversa en exclusiva con FOTOGRAMAS sobre la fortuna que lo ha acompañado durante su carrera.

En el reparto de 'Golpe de suerte' destaca la presencia de las actrices francesas Lou de Laâge, vista recientemente en el thriller 'El baile de las locas' (2021) y en la romántica 'Pequeñas casualidades' (2022), y Valérie Lemercier, protagonista y directora de 'Aline' (2020), el biopic de Céline Dion.

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Wanda Vision

Esta es una historia de regresos. Por una parte, el de Woody Allen (Nueva York, 1935) a París, donde filmó las muy románticas 'Todos dicen I love you' (1996) o 'Midnight in Paris' (2011), aunque en el caso de 'Golpe de suerte' estamos ante el primer film rodado en francés por el cineasta de Manhattan. Luego, está también el retorno de Allen al tema del azar, que ya centró la trama de 'Match Point' (2005), aunque cabe decir que todas sus películas transitan, de forma cómica o trágica, siempre tempestuosa, por las aguas de la casualidad y el destino. Por último, el estreno de su 50º film como director en la carrera del autor neoyorquino, protagonizado por Lou de Laâge, Melvil Poupaud, Valérie Lemercier y Niels Schneider, tiene lugar en la 80ª Mostra de Venecia, festival que durante décadas acogió el estreno de sus nuevas películas.

FOTOGRAMAS aprovecha esta ocasión para citarse con el cineasta en la suite 233 del Hotel Excelsior del Lido de Venecia. Allí, un Allen relajado y amigable departe con generosidad sobre la fortuna que lo ha acompañado durante toda su carrera, incluyendo su nuevo film, 'Golpe de suerte', un thriller romántico en el que el azar se hermana con el amor, mientras que la perfidia humana espera a la vuelta de la esquina.

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Thierry Valletoux


F: En 'Golpe de suerte' usted prosigue su investigación sobre el azar y la casualidad, que tenían un peso crucial en 'Match Point' (2005). Pero también recuerdo aquella gran escena de 'Hannah y sus hermanas' (1986) en la que el personaje de Michael Caine simulaba un encuentro casual con Barbara Hershey. ¿Qué piensa de ese equilibrio entre azar y la fuerza de voluntad?

WA: Es evidente que, si uno trabaja duro y tiene determinación, se pueden conseguir grandes logros, pero la voluntad humana tiene un límite. Un estudiante de piano puede llegar a ser un buen pianista si practica mucho, pero para llegar a ser un virtuoso, un gran maestro, deben coincidir otros factores, como tener la suerte de haber nacido con un gran talento. Pero eso no es suficiente. También hay que evitar la mala suerte de sufrir una lesión grave en las manos, o la tragedia de ser atropellado por un camión en plena calle (Allen sonríe irónicamente). La suerte es clave a la hora de dar forma a nuestro camino en la vida. En el caso de la protagonista de 'Golpe de suerte', el azar la sacude cuando, estando en un matrimonio que la satisface económicamente, pero no sentimentalmente, se encuentra por casualidad con un antiguo amigo de su época como estudiante universitaria. Ella es una persona honesta y no quiere vivir rodeada de engaño, pero las circunstancias la llevarán a verse envuelta en un entramado de secretos oscuros.

F: ¿Recuerda algún golpe de suerte que haya marcado su carrera?

WA: Sí, recuerdo perfectamente que, de joven, cuando escribí el guion de 'Toma el dinero y corre' (1969), me entusiasmaba la idea de poder dirigir, pero la gente me decía que no tenía ninguna posibilidad. Entonces, en ese preciso momento, surgió una nueva productora, Palomar Pictures, que no tenía la relevancia y el prestigio para contratar a un gran director con experiencia, como John Huston o George Stevens, así que vinieron y me ofrecieron dirigir la película. Si la compañía hubiese aparecido dos años antes o dos años después, seguramente hoy no estaría aquí. Fue un gran golpe de suerte.

LA FUERZA (CREATIVA) DEL DESTINO

F: ¿Y cuán importante es el azar en su proceso creativo?

WA: Siempre he tenido una suerte enorme en la realización de mis películas. Una semana antes del inicio del rodaje de 'Match Point', Kate Winslet, que iba a ser la protagonista, se retiró del proyecto porque quería pasar tiempo con su familia. El proyecto se quedó colgado, parecía que iba a naufragar, pero entonces apareció Scarlett Johansson, que estaba libre y pudo incorporarse a la película de inmediato. Y fue así durante todo aquel rodaje. Si necesitaba un día soleado, salía el sol; cuando necesitaba lluvia, se ponía a llover. Es algo que me ha ocurrido en muchos rodajes. En 'Golpe de suerte', no pude conocer a los actores hasta poco antes del inicio del rodaje porque yo estaba en Nueva York e hice el casting a partir de grabaciones. Pero luego resultó que todos esos actores y actrices eran maravillosos, gente encantadora y con mucho talento.

F: El azar suele venir acompañado de la superstición. ¿Tiene usted algún ritual para invocar la buena suerte?

WA: Me considero una persona bastante racional, creo en los valores de la ciencia, pero debo admitir que soy bastante supersticioso. Cada vez que me como un plátano, lo corto en siete trozos. Siempre duermo en el mismo lado de la cama. Y, cuando miro un partido de béisbol, si todo está yendo bien para mi equipo, intento no hacer ningún movimiento. ¡Ni se me pasa por la cabeza cometer la imprudencia de levantarme para ir al baño o beber un vaso de agua!

F: Debo confesarle que, desde que mi madre me llevó al cine a ver 'Alice', en 1990, cuando tenía 10 años, su cine se convirtió para mí en la apoteosis de la idea del autor cinematográfico. Cada nueva película suya significaba una nueva oportunidad de reencontrar a una figura cómplice. ¿Qué le diría a la gente que, durante décadas,
lo ha tenido a usted como gran referente artístico?

WA: Puedo decir que he puesto mucho de mí mismo en todas mis películas. Como mis alter ego en la pantalla, soy una persona progresista a la que le encantan las grandes ciudades, como Nueva York, París y también ciudades españolas, como Barcelona, Madrid, San Sebastián u Oviedo. Sin embargo, mi imagen en la pantalla es bastante diferente a mi yo real. En mi día a día, no tengo la necesidad de ser divertido todo el tiempo, y durante gran parte de mi vida practiqué mucho deporte, que es algo que casi siempre dejé fuera de mi cine. Pero la gran diferencia es la cuestión intelectual. Supongo que es por mis gafas, que me hacen parecer un tipo intelectual, pero no lo soy para nada. Siempre me han gustado más los deportes que la literatura.

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Thierry Valletoux


UN ÚLTIMO GIRO DE GUION

F: El París de 'Golpe de suerte' es diferente al que usted retrató en 'Todos dicen I love you' (1996) o 'Midnight in Paris' (2011), donde la ciudad estaba más idealizada.

WA: Soy de Nueva York y adoro mi ciudad, pero allí se vive a toda velocidad. A nadie se le ocurriría ir a un restaurante a altas horas de la noche, porque la idea allí es cenar rápido e irse a dormir para arrancar a máxima velocidad a la mañana siguiente. Mientras que París, como la mayoría de las ciudades europeas, es más relajada, más acogedora. Las ciudades son mi gran debilidad. Las muestro en mis películas del mismo modo que otros directores filman a sus estrellas. Y, en el caso de 'Golpe de suerte', he intentado mostrar un París bello y preocupado por conservar su historia. En Nueva York, nos encanta demoler edificios viejos para construir otros nuevos en su lugar.

F: En 'Golpe de suerte', hay un contraste interesante entre el ritmo relajado de la vida de los personajes y la enérgica banda sonora, en la que sobresale el tema Cantaloupe Island del músico de Chicago, Herbie Hancock.

WA: Sí, me gusta utilizar música antigua en mis películas. En el caso de 'Golpe de suerte', he querido homenajear a las películas francesas de las décadas de 1950 y 1960. Me refiero a películas como 'Ascensor para el cadalso' de Louis Malle, así como otras de Claude Chabrol, Jean-Luc Godard o François Truffaut, en las que utilizaban un tipo de jazz muy moderno. En aquella época, en Estados Unidos, esa música solo la escuchaban los fanáticos del jazz, pero los cineastas franceses la popularizaron. He querido hacerles un homenaje.

F: 'Golpe de suerte' está llena de giros inesperados. ¿Cómo lo hace para diseñar este tipo de tramas ingeniosas y rebuscadas? ¿Cómo invoca el azar en sus películas?

WA: Muchos guionistas cometen el error de ponerse a escribir de forma precipitada, cuando todavía no tienen bien definido el entramado de sus historias. A mí me gusta trabajar sobre seguro. Antes de escribir, planifico meticulosamente el destino de los personajes y las situaciones que los llevarán hasta allí. Esa es la parte más ardua, compleja y desagradable de mi trabajo. En esos momentos, lo echarías todo por la borda para dedicarte a cualquier otro trabajo. Por suerte, en cuanto tienes bien definido el plan, la escritura de los diálogos se vuelve sencilla, sale sola.

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WANDAVISION
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Manu Yáñez

Manu Yáñez es periodista y crítico de cine y está especializado en cine de autor, en su acepción más amplia. De chaval, tenía las paredes de su habitación engalanadas con pósteres de ‘Star Wars: Una nueva esperanza’ de George Lucas y ‘Regreso a Howards End’ de James Ivory, mientras que hoy decora su apartamento con afiches de los festivales de Cannes y Venecia, a los que acude desde 2003. De hecho, su pasión por la crónica de festivales le cambió la vida cuando, en 2005, recibió el encargo de cubrir la Mostra italiana para la revista Fotogramas. Desde entonces, ha podido entrevistar, siempre para “La primera revista de cine”, a mitos como Clint Eastwood, Martin Scorsese, Angelina Jolie, Quentin Tarantino y Timotheé Chalamet, entre otros.

Manu es Ingeniero Industrial por la Universitat Politécnica de Catalunya, además de Máster en Estudios de Cine y doctorando en Comunicación por la Universitat Pompeu Fabra. Además de sus críticas, crónicas y entrevistas para Fotogramas, publica en El Cultural, el Diari Ara, Otros Cines Europa (escribiendo y conduciendo el podcast de la web), la revista neoyorkina Film Comment y la colombiana Kinetoscopio, entre otros medios. En 2012, publicó la antología crítica ‘La mirada americana: 50 años de Film Comment’ y ha participado en monografías sobre Claire Denis, Paul Schrader o R.W. Fassbinder, entre otros. Además de escribir, comparte su pasión cinéfila con los alumnos y alumnas de las asignaturas de Análisis Fílmico de la ESCAC, la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña. Es miembro de la ACCEC (Asociación Catalana de la Crítica y la Escritura Cinematográfica) y de FIPRESCI (Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica), y ha sido jurado en los festivales de Mar del Plata, Linz, Gijón, Sitges y el DocsBarcelona, entre otros. 

En el ámbito de la crítica, sus dioses son Manny Farber, Jonathan Rosenbaum y Kent Jones. Sus directores favoritos, de entre los vivos, son Richard Linklater, Terence Davies y Apichatpong Weerasethakul, y su pudiera revivir a otros tres serían Yasujirō Ozu, John Cassavetes y Pier Paolo Pasolini. Es un culé empedernido, está enamorado de Laura desde los seis años, y es el padre de Gala y Pau.