Premios: 1 Oscar (más 2 nominaciones) Ver más
Queridísima atracadora
Su rostro simboliza el cine de finales de los 60, y los 70, cuando la gran industria se remodeló por completo. Faye Dunaway protagonizó títulos míticos por aquel entonces, con los grandes del momento, y después se quedó en un segundo plano.
Nacida el 14 de enero de 1941, en una granja de Bascom (Florida), Dorothy Faye Dunaway es hija de Grace April Smith, ama de casa, y de John MacDowell, sargento del ejército. Cuando la futura actriz tenía 17 años, el matrimonio se divorció. A pesar del trauma, Faye siguió adelante y estudió Arte Dramático en las universidades de Boston y Florida; además compitió en diversos concursos de belleza.
Como tantos otros actores vocacionales, siente pasión por los escenarios, que fueron testigos de sus primeros triunfos, después de interpretar a la hija de Santo Tomas Moro, en un montaje de “Un hombre para la eternidad”. Pronto se convirtió en una intérprete de renombre para los entendidos neoyorquinos, lo que atrajo la atención del veterano director de cine Otto Preminger, que le dio uno de los papeles protagonistas de La noche deseada, brillante debut de la actriz, como ranchera presionada para vender su propiedad. La joven intérprete no desmerecía en la pantalla junto a Michael Caine y Jane Fonda, ganó el BAFTA a la actriz más prometedora, y hasta fue candidata al Globo de Oro en la misma categoría.
Poco después era una de las protagonistas de El suceso, de 1967, dirigida por Elliot Silverstein, donde interpretaba a la única chica del cuarteto de hippies que durante una noche de juerga acaba secuestrando a un mafioso retirado, encarnado por Anthony Quinn. Ese mismo año envió unas fotos impresionantes que le había sacado el futuro cineasta Curtis Hanson, a Warren Beatty, productor ejecutivo, y futuro protagonista de Bonnie and Clyde, que para el papel principal femenino había considerado a la citada Fonda, pero ésta vivía en Francia y rechazó el papel, y también a Cher, Ann Margret y hasta a su hermana, Shirley MacLaine. Sólo con ver la imagen de Dunaway, se dio cuenta de que era la actriz ideal para encarnar a una famosa delincuente real, Bonnie Parker, la camarera de vida aburrida que tras conocer a Clyde Barrow forma con él la pareja de atracadores de mayor repercusión en la prensa de la época. El film dirigido por Arthur Penn ganó dos Oscar a la fotografía y a la actriz secundaria (Estelle Parsons), y aunque la protagonista también fue nominada, lo tenía difícil para desbancar a la que fue finalmente la ganadora, nada menos que Katharine Hepburn, que había rodado Adivina quién viene esta noche.
En cualquier caso, se había convertido en la estrella más solicitada de su edad, así que le reclutaron para encabezar con Steve McQueen El caso de Thomas Crown, donde fue la investigadora de compañía de seguros que fisgonea las actividades de un millonario y ladrón de guante blanco. En el posterior remake, El secreto de Thomas Crown, realiza una pequeña aparición. Uno de los grandes, Elia Kazan, le brindó el que iba a ser otro de sus mejores trabajos, la secretaria y amante de un ejecutivo (Kirk Douglas), en El compromiso.
Además de trabajar con Beatty y McQueen, Dunaway compartió la pantalla con las otras estrellas masculinas más punteras de los 70, como Dustin Hoffman, en el western revisionista Pequeño gran hombre, otra vez bajo la batuta de Penn, Robert Redford, en el impresionante thriller Los tres días del cóndor, Jon Voight, en el lacrimógeno remake de Campeón, Paul Newman (y también nuevamente con McQueen) en la catastrofista El coloso en llamas, y sobre todo con Jack Nicholson, en Chinatown, logrado homenaje al cine negro clásico. "Bonnie and Clyde y Chinatown se rodaron antes de que George Lucas redefiniera el sistema de los grandes estudios con La guerra de las galaxias. Se pasó rápidamente a la ecuación de que cuanto más inviertas, más ganancias tendrás", explica la actriz.
Se casó en 1974 con Peter Wolf, cantante y cabecilla del conjunto de rock The J. Geils Band. Tras el divorcio, acabó con Terry O'Neill, fotógrafo británico con el que supuestamente tuvo un hijo, Liam, aunque mucho después la actriz confesaría públicamente que en realidad es adoptado.
Títulos de altura no faltan en la filmografía de Dunaway, que fue una judía que escapa del horror nazi con un millar de los suyos en un barco en El viaje de los malditos, la maquiavélica Milady en Los tres mosqueteros (1973) y Los cuatro mosqueteros, de Richard Lester, productora televisiva capaz de todo por medrar en Network. Un mundo implacable, fotógrafa con visiones paranormales en Los ojos de Laura Mars, y hasta la legendaria Joan Crawford en el biopic Queridísima mamá.
Pasados los felices años 70, la carrera de Dunaway languideció bastante, sobre todo después de títulos fallidos como La dama perversa, El primer pecado mortal, la poco convincente adaptación de una novela de Agatha Christie Culpable de inocencia, o la infame Supergirl, donde tocó fondo como bruja malvada.
De religión episcopaliana originalmente, a principios de los 90 anunció su conversión al catolicismo, porque le había impresionado mucho la fe del sacerdote William Alfred, que había colaborado en la puesta en marcha de su primera obra teatral, y fue el artífice de que la seleccionaran. "Me gusta rezar y voy a misa", comentaba en las entrevistas.
Aunque algunos de los filmes de la última etapa de su carrera tienen cierto interés –El cuento de la doncella, de Volker Schlöndorff, El borracho, de Barbet Schroeder, Cámara sellada, de James Foley, Juana de Arco (1999), de Luc Besson, La trampa del caimán, de Kevin Spacey–, no ha acabado de levantar cabeza.
Hasta se prodiga en bodrios como In una notte di chiaro di luna, de Lina Wertmüller, el inenarrable film de terror coproducido entre Estados Unidos y Argentina El devorador de sueños y la erótica y aburrida cinta española En brazos de la mujer madura. Se demuestra una vez más que Hollywood no tiene piedad con la mayoría de las actrices cuando alcanzan una cierta edad.
Ante la falta de papeles y perspectivas, Faye Dunaway ha dirigido un corto, The Yellow Bird, y durante mucho tiempo ha preparado su primer largo, Master Class, en el que tiene previsto interpretar a la célebre soprano Maria Callas. Se habló mucho de ella cuando se indignó ante la perspectiva de que la cantante y estrella juvenil Hilary Duff pudiera protagonizar el remake de Bonnie and Clyde. "¿No podían haber escogido al menos a una verdadera actriz?", comentó Dunaway, sin pelos en la lengua. Duff fue implacable en sus declaraciones: "Mis fans que van a ver la película no saben quién es ella. Yo tampoco la conocía. Comprendo que yo también estaría disgustada si me pareciera a ella ahora". Por ahora, el proyecto anda un poco parado.
Premios
Ganador de 1 premio
- Actriz principal Network. Un mundo implacable
Nominado a 1 premio
- Actriz principal Bonnie y Clyde