Premios: 3 Oscar (más 1 premios y 4 nominaciones) Ver más
Eternamente Ilsa
Tenía que tener la sangre fría y la impasibilidad propia de las tierras nórdicas, ese rictus de estatua etérea y distante que la otra sueca, la Garbo, había convertido en el distintivo de las mujeres venidas de la Venecia del norte.
Pero Ingrid Bergman echó pronto por tierra el tópico iconográfico de la muchachita gélida de mármol pétreo y pulido que decidía hacer carrera en Hollywood. Su pasión frente a las cámaras era extraordinaria y todos los directores con los que trabajó siempre ensalzaron sus innatas cualidades para la interpretación. El otro Bergman, el famoso director sueco, que le dirigió en su última película, Sonata de Otoño, dijo de ella: “Ingrid siente el placer de actuar, el anhelo de hacerlo. Es actriz de pies a cabeza, su experiencia teatral es enorme, lo mismo que su veteranía, imaginación, emoción, fantasía…”.
Ingrid Bergman nació en Estocolmo el 29 de agosto de 1915. Su madre murió cuando ella tenía tres años y su padre cuando tenía trece. Sin embargo fue éste, gran aficionado al arte y al cine, quien influyó notablemente en la incipiente vocación de su hija. Fue acogida por unos tíos y pronto ingresó en la Real Escuela Dramática de Estocolmo: “Me convertí en una persona alegre y distendida, porque hacía exactamente lo que deseaba y me resultaba facilísimo”. Con 17 años obtuvo su primer papel en una pequeña película, Landskamp (1932) y tres años después saltó a la fama con Intermezzo, del director Gustav Molander, un director con quien trabajó en siete ocasiones. El famoso David O. Selznick le echó el ojo y le ofreció trabajar en Hollywood: “Nada más verla, supe que tenía algo. Poseía una pureza y una nobleza extraordinarias, y a la vez una clarísima personalidad de estrella, lo cual es muy raro”. En América debutó en 1939 con una nueva versión de Intermezzo, junto a Leslie Howard y tres años después se convirtió en la Ilsa de Casablanca, una mujer irrepetible que enamoró a los espectadores de todo el mundo y sin lugar a dudas un papel que era suficiente para pasar a los anales del cine. Bogart dijo “que si un rostro como el de Ingrid Bergman te mira como si fueras adorable, cualquier actor lo será. No tienes que actuar demasiado”. Sea como fuere, el amor de Ilsa y Bogart encendió la pantalla como jamás lo había hecho cualquier otra pareja cinematográfica. Ingrid se convirtió en la actriz más cotizada del momento y en los años cuarenta realizó sus papeles más memorables: Por quién doblan las campanas (1943), con Gary Cooper; Luz que agoniza (1944), por el que la actriz logró su primer Oscar; Las campanas de Santa María (1945), de Leo McCarey; y Juana de Arco (1948), de Victor Fleming, entre otras. Por esos años, además, se convirtió en actriz de Hitchcock en tres memorables películas: Recuerda (1945), Encadenados (1946) y Atormentada (1949).
Pero quien fuera entonces la reina de Hollywood armó un escándalo cuando marchó a Italia a rodar con el gran Roberto Rossellini. Tras ver Roma, ciudad abierta (1945), Ingrid quedó fascinada, escribió al director italiano y se marchó a Italia a rodar con él. El público norteamericano no perdonó a la actriz europea, máxime cuando en 1950 se divorció de su marido, Petter Lindstrom y decidió casarse con Rossellini. El matrimonio también acabó rompiéndose con los años, aunque en lo profesional, la unión dio maravillosos frutos: un total de seis películas, algunas de las cuales –Stromboli (1949), Europa 1951 (1951), Te querré siempre (1953)– pueden considerarse obras maestras.
Ingrid regresó a Hollywood en 1956, año en que rodó Anastasia. El Oscar que se llevó por su interpretación es prueba fehaciente de que el mundo del cine la había perdonado. Sin embargo, su carrera se vio afectada y, aunque hizo algunos trabajos significativos en Indiscreta (1957) o El albergue de la sexta felicidad (1959), lo cierto es que no volvió a ser la de antes. Ya hacía el final de su vida, cuando el cáncer acechaba logró su tercer Oscar por su papel secundario en Asesinato en el Orient Express (1974) y destacó maravillosamente en Sonata de Otoño (1978). Ingrid murió en 1982, el mismo día en que cumplía 67 años.
Premios
Nominado a 1 premio
- Actriz principal Sonata de otoño
Ganador de 1 premio
- Actriz de reparto Asesinato en el Orient Express
Nominado a 1 premio
- Actriz principal Juana de Arco (1948)
Nominado a 1 premio
- Actriz principal Las campanas de Santa María
Ganador de 1 premio
- Actriz principal Luz que agoniza
Nominado a 1 premio
- Actriz principal Por quién doblan las campanas
Ganador de 1 premio
- Copa Volpi a la mejor actriz Europa 1951
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