Recordando a José Alfredo Jiménez, el mayor exponente del género ranchero e ícono de la música mexicana – Azteca21 Media

Recordando a José Alfredo Jiménez, el mayor exponente del género ranchero e ícono de la música mexicana

Desde aquellos años manifestó su vocación por el canto, su amor por la música y su facilidad para componer; escribió canciones y letras dedicadas al campo y algunos animales domésticos. En su tierra natal, vestido de charro interpretaba temas populares durante festejos públicos.

En 1936 la vida le asestó un duro golpe con la muerte de su padre; a partir de entonces comenzó su lucha por la vida. Como consecuencia ese mismo año, en compañía de su tía Refugio Sandoval, se mudó a la Ciudad de México en donde terminó su educación primaria; se instalaron en la colonia Santa María La Ribera.

Sus tres hermanos y su madre también abandonaron Dolores; la señora vendió la farmacia y viajaron a la Ciudad de México para encontrarse con la tía Cuca y José Alfredo. Con el dinero del traspaso de la farmacia, Carmen Sandoval puso una tienda de abarrotes que desafortunadamente no dio los resultados esperados por lo que Nacho, el mayor de sus hijos junto con José Alfredo, se vieron en la necesidad de dejar sus estudios para trabajar.

Al poco tiempo la familia emigró a Salamanca, Guanajuato, pero José Alfredo decidió quedarse en la capital, en donde alternaba su vocación de compositor con el trabajo de mesero del restaurante “La Sirena”. Al mismo tiempo, su juventud y amor por el deporte lo llevaron a las filas del equipo de fútbol Oviedo, y más tarde a las del Marte, en donde compartió la portería con el reconocido arquero Antonio “Tota” Carbajal.

Su trayectoria profesional en la música comenzó, después de acercarse a las radiodifusoras y casas disqueras de la época y de haber tocado muchas puertas, con una oportunidad que surgió gracias a Andrés Huesca, quien lo presentó con el entonces director artístico de RCA Victor, Mariano Rivera Conde.

En ese momento, José Alfredo ya contaba con un amplio repertorio de canciones que plasmaban las vivencias, alegrías y decepciones propias y de sus amigos, con los que cantaba como solista en el grupo Los Rebeldes, integrado por él, los hermanos Enrique y Valentín Ferrusca, y Jorge Ponce, hijo del dueño de “La Sirena”, quienes lo acompañaban en las voces y con las guitarras en las serenatas.

Así nacieron letras como Ella, El 15 de septiembre, Como un criminal, Mi despedida y Yo, su primera grabación popularizada por Huesca y sus Costeños, a partir de la cual su éxito fue en aumento, colocándolo entre los mejores compositores.

Otros temas que lo posicionaron como el mayor exponente del género ranchero e ícono de la música mexicana, muchos de ellos con arreglos del maestro Rubén Fuentes, son Amarga Navidad, El rey, Si nos dejan, Un mundo raro, Tú y las nubes, Amanecí en tus brazos, Cuatro caminos, Te solté la rienda, El jinete, La media vuelta, Ojalá que te vaya bonito, En el último trago, Qué bonito amor, Paloma querida, Serenata huasteca, Serenata sin luna, Tu enamorado, La enorme distancia, Qué suerte la mía, No me amenaces, Pa’ todo el año, Cuando vivas conmigo, Cuando el destino, Camino de Guanajuato, Corazón corazón, Cuando sale la luna, Si tú también te vas, Vámonos, Amor del alma y El hijo del pueblo, entre muchos más.

Su obra ha sido interpretada por artistas como Pedro Infante, Jorge Negrete, Luis Miguel, Joaquín Sabina, Miguel Aceves Mejía, Julio Iglesias, Armando Manzanero, Lucero, Lola Beltrán, Ricky Martin, Plácido Domingo, Antonio Aguilar, Libertad Lamarque, Pedro Vargas, Marco Antonio Muñiz, Banda El Recodo, Banda Machos, Javier Solís, Los Tres Ases, Mariachi Vargas de Tecalitlán, Los Dandys, Estela Núñez, María Victoria, Aída Cuevas, Tania Libertad, Emmanuel, Richard Clayderman, Maná, Joan Manuel Serrat, Cristian Castro, Vicente y Alejandro Fernández, Lucha Villa, Rocío Dúrcal, El Tri, Enrique Bunbury, Francisco Céspedes, Pedro Fernández, Juan Gabriel y Chavela Vargas, por mencionar algunos.

Además de la música, trabajó en teatro, televisión, radio y cine, en donde alcanzó popularidad gracias a su participación en cintas como Ahí viene Martín Corona, El enamorado, Póker de ases, Ni pobres ni ricos, Camino de Guanajuato, Guitarras de media noche, La feria de San Marcos, Mis padres se divorcian, Juan Gallo, La sonrisa de los pobres, Me cansé de rogarle y La mano de Dios.

Entre sus innumerables reconocimientos se encuentran discos de oro; bustos en su honor ubicados en la Plaza de los Compositores Mexicanos (colonia Hipódromo Condesa), Calzada de los Compositores (Segunda Sección del Bosque de Chapultepec) y Plaza Garibaldi (Centro Histórico), todos en la Ciudad de México; un homenaje como parte del Festival Mariachi USA en Los Ángeles, California; así como un museo y el Festival Internacional José Alfredo Jiménez que se realiza anualmente, ambos en su estado natal. Por su parte, la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) lo distinguió con el Reconocimiento Póstumo Juventino Rosas (2018).

José Alfredo Jiménez, también conocido como “El rey” o “El hijo del pueblo”, falleció el 23 de noviembre de 1973, legando a nuestro país un catálogo de canciones de diversos géneros como el huapango, el bolero, el corrido y la canción romántica ranchera. Gracias a su inspiración, creatividad y a su forma de plasmar los sentimientos del pueblo en música, su obra se mantiene vigente en México y el mundo.

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