PSICOLOG�A
ENTREVISTA

Paz Padilla: "Mi madre ha sido la mejor escuela que he tenido, de ella hered� (tambi�n) el humor"

A solo un par de d�as de irse a la India, Paz Padilla nos hace un hueco para charlar de lo divino y lo humano. No solo quiere hablar de su nuevo libro Madre!, sino tambi�n de la huella que ha dejado en ella su mejor referente. Se trata de una invitaci�n, justo hoy, en el D�a de la Madre, a la aceptaci�n despu�s de un largo duelo, "a celebrar la vida", como ella misma dice, y a aprender de cada cosa que nos toca vivir.

Paz Padilla: "Mi madre ha sido la mejor escuela que he tenido, de ella hered� (tambi�n) el humor"
Paz Padilla: "Mi madre ha sido la mejor escuela que he tenido, de ella hered� (tambi�n) el humor" Getty

En 2020, la multifac�tica artista, c�mica, presentadora de televisi�n y actriz Paz Padilla tuvo que afrontar, en cuesti�n de meses, la p�rdida de dos personas irremplazables en su vida: su madre, Lola, y su gran amor, Antonio Juan Vidal. Un a�o despu�s, volcaba todos sus sentimientos en El humor de mi vida, su �pera prima, convertido en un �xito editorial, con m�s de 350.000 ejemplares y traducido a varios idiomas. Acaba de presentar su segundo libro, Madre! (editorial HarperCollins, 2024), en el que rinde homenaje a quien en abril habr�a cumplido 96 a�os y a quien este domingo celebrar�a su d�a. Esa mujer de la que hered� su gran sentido del humor como un estilo de vida.

La protagonista irrefutable es su madre, Lola, Dolores D�az, de quien la actriz recuerda, con risas y alguna lagrimilla, las an�cdotas de la infancia, la incondicionalidad, la compasi�n, la renuncia y de la que rescata la maternidad que ella misma ha querido replicar con su hija, Anna Ferrer.

Su chispa traspasa las p�ginas del libro, porque es tan f�cil detectarla en la lectura, que parece que la oyes hablar con esa voz andaluza tan propia. Te la imaginas siempre de guasa, aun en los peores momentos, pero tambi�n con la capacidad de detenerse en los aspectos importantes. Esa misma transparencia mostr� con nosotras, cari�osa y amable, al atendernos para esta entrevista. Iba en el tren, de camino a su tierra natal, y hablamos por tel�fono como si nos conoci�ramos de toda la vida. Esa cercan�a y naturalidad, la vuelca cuando cuenta en Madre! la forma en la que Lola superaba las adversidades y c�mo compart�an ambas esa mirada '"disfrutona" de la vida. En el marco de un fuerte v�nculo, tambi�n se dec�an las cosas de frente. "Con mucho amor, pero siempre directas", afirma.

En el D�a de la Madre, muchas celebran con sus familiares en vivo y en directo; otras, lo har�n a la distancia y otras, solo en el recuerdo. Paz Padilla ha rendido su especial homenaje con este libro y nos ha contado c�mo ha sido todo su proceso para sentirse bien y cuidar su salud mental, despu�s de una de sus p�rdidas m�s profundas.

Punto de llegada: la aceptaci�n

PREGUNTA. El nombre de tu libro lo dice todo, pero cu�ntanos, �por qu� te animaste a escribirlo?

RESPUESTA. Llevo tres a�os d�ndole vueltas. Quer�a pensar bien cu�l iba a ser mi segundo libro. Ten�a claro que el El humor de mi vida (HarperCollins, 2021) hablaba del acompa�amiento y el duelo, y quer�a que Madre! fuera un canto a la vida, pero tambi�n tuviera continuidad con el primer libro. Ah� escrib� mi experiencia y lo que hab�a aprendido, pero esta vez hab�a que mostrar que seguimos caminando hacia delante. Tres a�os despu�s, estoy aqu�, hablando de la aceptaci�n, con un crecimiento espiritual y personal detr�s. Cuando la gente me pregunta c�mo puedo seguir a pesar de todo lo que ha pasado, yo contesto que mi referente ha sido mi madre; y el de ella, la suya (mi abuela).

Este nuevo libro es de y para mujeres, pero tambi�n para los hijos, porque aqu� se refleja el agradecimiento a quien se ha volcado en ver cumplidos los sue�os de otros, con una renuncia a los propios, lo que solo puede hacer una madre, con sus noches sin dormir. Cada mujer se puede ver reflejada en todo ese sacrificio, que siempre habr� valido la pena. Tambi�n abordo el papel de la mujer en los tiempos en los que vivimos. Y en los que vivieron las mujeres como Lola. Nosotras nos consideramos empoderadas, pero empoderadas eran ellas.

El humor como eje de la vida

P. En ambos libros, el humor es un hilo conductor, y, sin embargo, estamos hablando de un duelo largo y doloroso. �C�mo los unes?

R. Utilizo el humor para hablar de cosas serias. Eso lo he heredado de Lola. Esa filosof�a popular que, en realidad, es la base de la vida. 'Todo final es una posibilidad para un gran comienzo', 'no hay pena que dure 100 a�os', 'no hay mal que por bien no venga'... Todo esto que dice el refranero espa�ol, es filosof�a de vida pura. A trav�s de las an�cdotas de mi madre que, en momentos dif�ciles (�que tenemos todas!) ten�a una enorme resiliencia, se ve c�mo se crece ante la adversidad.

En el libro reflejo la aceptaci�n a todo tipo de duelo, no solo al de la muerte, sino al de toda p�rdida: de un trabajo, una casa, una relaci�n, un hijo que se va del hogar... La resiliencia es la capacidad de adaptaci�n y, a trav�s de las cosas que cuento de mi madre y las m�as propias, todo converge en la asimilaci�n y la aceptaci�n, de 'seguir pa'lante', como me dec�a mi madre. La reflexi�n es que hay que vivir aqu� y ahora; y 'ma�ana, Dios dir�'.

"No s� vivir sin el humor"

P. �El humor es el mejor legado que te dej� Lola?

R. S�, s�, hered� su sentido del humor, as� como todo lo dem�s. Si es que soy clavadita a ella. El humor es parte de mi vida, no s� vivir sin �l. Creo que es un don que tenemos los andaluces y es una caja de vitaminas, un ap�sito, la mejor medicina. Contagia al que est� al lado y ayuda a quien lo necesita, porque tiene la capacidad de quitarle esa importancia que le damos a todo. Creo que solo hay tres cosas que son importantes: la enfermedad, la muerte y la vejez, lo dem�s va y viene.

Adem�s, el humor es la manera de desengrasar el dolor. Cuando te r�es, aparte de segregar endorfinas, hormonas de la felicidad, es una manera de sacarte del pozo. El humor es justamente el aqu� y el ahora, del que hablaba antes. El ser humano tiene esa mala costumbre de ver las cosas buenas cuando ya han sucedido: 'qu� bien nos lo pasamos ayer' o 'qu� buen viaje tuvimos', siempre hablando en pasado. Pero, realmente el pasado no existe. Como dicen los budistas, existe el presente, el pasado en el presente y el futuro en el presente.

P. Adem�s del humor, �qu� otra parte de Lola reconoces en ti?

R. Mi madre me ense��, con su ejemplo, a extraer lo bueno de las cosas que nos pasan, a reinventarnos, a hacerme m�s fuerte. Muchas veces pienso, que no estar�a aqu�, si no me hubiera pasado esto o lo otro, no ser�a quien soy. A las dificultades, le intento dar un sentido y, eso, es cosa de Lola. Si no hubiera pasado lo de mi Antonio, por ejemplo, no habr�a escrito El humor..., no habr�a podido ayudar a los dem�s con ese libro, no estar�a escribiendo sobre la aceptaci�n hoy.

Pensar en mi madre siempre me ha ayudado a alejarme del peligro o de las situaciones complicadas, porque me imagino en qu� habr�a hecho o pensado ella. Recuerdo haber escuchado a esas maestras como mi madre, con esa sabidur�a popular, y el 'yo' de la experiencia; eran siempre un refugio. Las madres te dan la compasi�n, el amor m�s sincero, unidos a la humildad y a la verdad. Y hay que tratar de devolverlo de alguna forma. El otro d�a, en Sant Jordi, me dijo alguien que su madre solo hab�a le�do un libro en su vida y que ese era el m�o. Eso fue tan bonito para m�, tan emocionante: �fomentar la lectura a esas edades! Cuando das lo mejor de ti, todo lo que viene, es bueno.

P. �Qu� es lo m�s importante que has aprendido de ella?

R. El aqu� y el ahora. Todo se solucionar�, por mucho que quieras luchar, hay cosas que no puedes cambiar, pero hay que vivir hoy. Mi madre era muy generosa, muy compasiva, muy activa, ten�a la capacidad de hacerte sentir que tus problemas eran lo m�s importante, te re��a cuando te ten�a que re�ir. Era muy divertida y, al mismo tiempo, muy filos�fica, porque te pod�a hablar de la vida como de cualquier otra cosa m�s banal, y luego plantarte una reflexi�n que te dejaba pensando todo el d�a. Ella ha sido la mejor escuela que te he tenido.

La maternidad es un grado

P. Como madre, �eres como era la tuya?

R. Nadie te ense�a a ser madre. A m� me han ense�ado mis hijos. Es importante reconocer que todas podemos haber hecho muchas veces las cosas bien y otras muchas, las cosas muy mal, haber metido la pata a fondo, proteger a nuestros hijos o sobreprotegerlos. Pero, creo que lo esencial es esa compasi�n de madre y que es eterna, porque una no se jubila nunca de este cargo. Ni la m�a, que me segu�a ense�ando cosas cuando yo ten�a m�s de 50 a�os y ella de 90. E incluso, ahora, porque sigo recordando c�mo era y qu� me dec�a. Con las an�cdotas de Lola y la forma de abordarlas, la gente que lea el libro ver� claramente de d�nde vengo. Y, eso que mi madre era m�s natural y se mostraba tal cual era, mucho m�s que yo, que, a veces, no puedo mostrarme tanto. Aspiro sinceramente a ser como ella. En eso estoy ahora: quiero acercarme a ser yo misma, a vivir en un mundo real. Vivir en el ser, m�s que en el tener. Pero, ser como una es o quiere ser, no es tan f�cil.

F�jate que ahora estoy haciendo Te falta un viaje, un programa con mi hija, Anna Ferrer, que es de viajes, pero con esencia vital. Hemos ido a Ghana, Ecuador, Marruecos y otros pa�ses donde la vida y la muerte se abordan e incluso celebran de manera diferente. Nosotras vivimos en una burbuja, el 90% del mundo no vive como nosotras: si enferman, no hay m�dicos; la esperanza de vida son 35 a�os; viven con mucho menos. Yo quer�a que Anna aprendiera a vivir con lo puesto; sus reflexiones tras los viajes son diferentes a las m�as, pero ha venido muy cambiada del programa, d�ndole m�s sentido a las cosas. Cuando tenemos un ba�o de realidad, nos podemos sentir afortunadas. A veces, esto se nos olvida.

P. Y en un mundo tan individualista, �qu� lugar tendr�amos que darle a las madres?

R. A lo mejor, no tenemos que trabajar tanto, sino que dejar tiempo y espacio para estar con ellas y cuidarlas. La soledad no deseada es lo peor de la vejez, es muy triste. Y tenemos que darle el ejemplo a nuestros hijos.

Estamos viviendo cada vez m�s en una verdad de pl�stico y en un mundo competitivo, en el que, muchas veces, los amigos son de mentira, y los enemigos son de verdad. Los malos momentos vienen muy bien para hacer una limpieza, en ese sentido. En esta sociedad te ense�an solo a consumir y a no pensar. No te ense�an a enfrentarte al duelo o a la adversidad. Las madres, sin embargo, te ense�an desde los cuidados b�sicos, hasta c�mo comportarte, a ser educado, a compartir, a tener capacidad de sacrificio, y, lo m�s importante, todos los valores de la vida, te los ense�an ellas.

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