▷ Naturaleza Tripartita del Alma según Platón - Cuerpo y Alma

Naturaleza tripartita del alma según Platón

Aquí te dejo el dualismo antropológico y la naturaleza tripartita del alma de forma resumida, más en Amor por la Sabiduría.

Teoría de la División Tripartita del Alma

El alma, que comparte naturaleza y características con las Ideas, presenta tres funciones, tiene una naturaleza tripartita: que no son partes, pues, al igual que las Ideas, es simple y no compuesta (Mito del carro alado en «Fedro»):

  • Función racional: La función más noble, se encuentra en la cabeza y consiste en las facultades intelectuales. Pensar y querer, por lo que su misión es el conocimiento y gobernar y dirigir sus otras dos funciones.
  • Función irascible: Es la que persigue los deseos irracionales del espíritu humano: la honra, la fama, el reconocimiento, etc. y se sitúa en el pecho. Colabora con la anterior en el gobierno y sometimiento de la función concupiscible
  • Función concupiscible: (o apetitiva), que se refiere a los apetitos e impulsos relacionados con los placeres del cuerpo. Comer, beber, sexo, y se sitúa en el vientre. Es la función menos noble y sensible del alma, la que conecta con el cuerpo y la causante de todos las debilidades.

De acuerdo con la distinción de las tres funciones del alma, Platón señaló que cada una posee una virtud determinada. La parte racional posee la virtud de la sabiduría, la irascible la virtud de la fortaleza o la valentía, y la concupiscible la virtud de la templanza o moderación.

La sabiduría, que es una virtud propia del intelecto y de la razón, tiene como misión descubrir la Verdad y el Bien. De acuerdo con ellos, dirigir el alma cara la consecución de su fin propio. Consiste en saber, en cada situación, lo mejor que se puede hacer. O sea, es a quien le corresponde la misión de gobernar el alma, deliberando con prudencia y decidiendo el comportamiento.

La función propia de la fortaleza se sostiene en ser fuertes, en ser capaces, por una parte, de mantener en un prudente equilibrio nuestras aspiraciones y ambiciones (de gloria, dinero…). Y por otra, de soportar o reprimir de modo correcto los apetitos naturales. Además, consiste en ser capaz de llevar a cabo sin titubear las decisiones tomadas y proteger y cuidar del alma.

Para rematar, el templanza moderación es la virtud encargada de moderar las inclinaciones de nuestros apetitos sensibles (comer, beber…).

Como todo en Platón, entre estas tres facultades y virtudes existe una jerarquía, en la cumbre de la cual sitúa la racional y en la inferior la apetitiva. La emotiva o irascible, que se encuentra en el medio, puede aliarse con una o con otra. Tal como exige esta jerarquía, el alma que actúa ordenadamente y aquella en la cual la facultad superior domina sobre las inferiores, y estas cumplen con la función que les corresponde por su naturaleza. Solo así se conseguirá que el ser humano lleve una vida virtuosa.

Por eso, Platón introduce una cuarta virtud: la justicia, afirmando que, en el alma justa, la racionalidad controla la emotividad y el apetito. Por lo tanto, la justicia es el ordenamiento adecuado de las tres funciones del alma, en el que cada parte ejerce la función que le corresponde según su naturaleza y posee la virtud que le es propia, teniendo como último fin natural del ser humano la felicidad.

Las personas que se mueven por emociones y persiguen los placeres, Platón dirá que son almas desordenadas que hace falta arreglar. Aún que, al principio, al igual que su maestro Sócrates, cree que esto se puede conseguir mediante la educación, más tarde se volverá pesimista debido a sus experiencias.

Dualismo antropológico de Platón

El dualismo ontológico y epistemológico se convierten en dualismo antropológico: el ser humano es un compuesto dual de alma y cuerpo (influencia órfica-pitagórica). Pero al igual que pensaba la corriente órfica y los pitagóricos, ambos elementos no se encuentran en una situación de igualdad. El alma, por su naturaleza y propiedades, es claramente superior al cuerpo. De hecho, el ser humano se identifica con el alma, este es el alma misma, el cuerpo simplemente será una envoltura o carcasa del alma, que lo protege y le permite moverse mientras está en el mundo sensible. Por lo tanto, todas las acciones del ser humano no son atribuibles al cuerpo. Incluso si es el que las realiza, sino que son responsabilidad del alma, mientras que debe ser capaz de gobernar y dirigir el cuerpo.

¿QUÉ CARACTERÍSTICAS TIENE EL CUERPO SEGÚN PLATÓN?

El cuerpo o elemento material pertenece a el mundo sensible; por tanto, las características son las mismas que el resto de seres físicos:

  • Material.
  • Imperfecto.
  • Mutable.
  • Generable.
  • Corruptible.
  • Despreciable.
  • Temporal.
  • Alojamiento temporal.
  • Cárcel para el alma.

¿CÓMO ES EL ALMA SEGÚN PLATÓN?

El alma, pertenece a el mundo inteligible y comparte las mismas características de las Ideas:

  • Espiritual.
  • Eterna.
  • Inmortal.
  • Inmutable.
  • Absoluta.
  • Simple.

La actividad del alma es la contemplación y el conocimiento de las Ideas, razón por la cual es el sujeto del conocimiento. Y ocurre cuando la muerte, ya liberada del cuerpo y de todo lo sensible, asciende al mundo de las Ideas. Un lugar al que corresponde por naturaleza, y allí contempla y conoce las Ideas. Mientras el alma permanece unida al cuerpo, debe controlarla y someterse a ella, de modo que los pecados o errores del ser humano no sean soportados por el cuerpo, sino por el alma, que es quien gobierna y manda. Si se hace correctamente, el alma se purifica y entrarán en el mundo de las Ideas, donde residirán para siempre.

De lo contrario, una vez más deben comenzar el ciclo de reencarnación para purificarse. Recordemos que en el primer momento cuando el alma cae en el mundo sensible y se encierra en un cuerpo, olvida todo lo contemplado y conocido. Encarcelado en esto debe iniciar el proceso de recuerdo o reminiscencia (anamnesis). Desde la visión de los objetos del mundo sensible, que como copias o imágenes, evocan a la auténtica realidad y le traen a la luz lo que había conocido anteriormente, el verdadero conocimiento, el verdadero ser de las cosas.

Este proceso solo es posible gracias a la inmortalidad del alma, que existe antes que el cuerpo y sobrevive cuando muere (influencia pitagórica). Preexiste en el cuerpo, como lo demuestra la reminiscencia, y continúa existiendo después de la muerte del cuerpo. Por lo tanto, el alma es inmortal, inmaterial y espiritual. El alma, por un lado, está sujeta al conocimiento, pero también es de naturaleza inteligibl. Y, gracias a ella, está sujeta a la anamnesis y, por último, es responsable del comportamiento del ser humano.

La unión del cuerpo y el alma para Platón

La unión de cuerpo y alma, según Platón.  es una unión:

  • Antinatural, por ser de naturalezas heterogéneas y contrarias, pertenecen a mundos diferentes y separados.
  • Accidental, debido a el proceso de purificación del alma
  • Temporal, mientras vive el cuerpo. Cuando este muere, el alma que desea liberarse de él y volver a el lugar que le es propio por su naturaleza (el mundo de las Ideas), lo abandona y sobrevive. Entonces regresa a su propio lugar.

El fin último de Platón

El último fin de la vida es la felicidad, y esta se identifica con la virtud, que es el camino cara el bien. En el ser humano la virtud será el equilibrio y la harmonía. Una vida justa, buena y feliz se conseguirá cuando cada parte del alma cumpla con la función que se le tiene encomendada por naturaleza. De esta manera, se consigue el equilibrio, la harmonía, la virtud de la justicia, y así la felicidad. Si alguna parte no cumple con lo que le corresponde según su naturaleza y asume la función de gobernar en vez de la racional, entonces se produce una vida desordenada e injusta.

¿QUÉ ES LA PERFECCIÓN ÉTICA PARA PLATÓN?

La perfección ética exige la posesión de las virtudes morales; a su vez, para tener dichas virtudes debemos de ser sabios, ya que solo de este modo seremos capaces de orientar moralmente nuestra conducta. Pero para poder ser sabios es necesario que consigamos el equilibrio de nuestro cuerpo.

En consecuencia, la vida moral requiere la harmonía entre las virtudes morales, que resulta inseparable del equilibrio entre el esfuerzo físico y el intelectual, entre el cuerpo y el alma. De aquí el ideal humanístico de Occidente: espíritu deportivo y esfuerzo intelectual.

En consecuencia, con lo dicho anteriormente, la conducta moral exige un doble esfuerzo: uno físico y otro intelectual. El primero se lleva a cabo mediante la gimnasia, el segundo gracias a las otras artes (música, matemáticas…) y la dialéctica. Mientras que el esfuerzo físico y exigible a todos los ciudadanos, el intelectual y su formación son reservados para sus gobernantes.

¿CÓMO SER VIRTUOSO SEGÚN PLATÓN?

Según Platón, para ser virtuosos debemos elevarnos cognoscitivamente del mundo sensible al inteligible y una vez lleguemos allí, continuar el proceso dialéctico de Idea en Idea hasta llegar a la Idea Suprema: la Idea del Bien. Conseguiremos así, a través del conocimiento pleno, la virtud moral y por tanto la felicidad, siguiendo así el intelectualismo moral defendido por su maestro Sócrates.