Uno de los conjuntos monumentales más importantes de Castilla y León
Calle Mayor y Colegiata de Toro

Calle Mayor y Colegiata de Toro

Casi a medio camino entre las ciudades de Valladolid y Zamora, rodeada de resecos campos de trigo y vides aparece la villa de Toro. Asentada sobre un altozano que domina un pronunciado meandro del caudaloso río Duero.

Puerta del Mercado o Torre del Reloj (Toro, provincia de Zamora)

Puerta del Mercado o Torre del Reloj (Toro, provincia de Zamora)

Toro es conocida internacionalmente por la calidad de sus vinos, pero cuesta creer que su precioso casco viejo no cuente con la fama de otras ciudades históricas castellanas.

A su espléndida colegiata se le añade un conjunto inigualable de iglesias mudéjares, un puñado de palacios medievales y una de las plazas de toros más antiguas de España.

Y por supuesto, más de sesenta bodegas repartidas no sólo por los alrededores, sino también en el subsuelo de la propia localidad.

Toro es una visita imprescindible para todo viajero que recorra esta parte de Castilla y León. No sólo por su casco viejo, declarado Conjunto Histórico Artístico, sino también por su excelente gastronomía que hará las delicias de los paladares más exigentes.

La manera más cómoda de conocer la ciudad es con una visita guiada por Toro con Civitatis, además en español.

Verraco celtibérico, posible origen del nombre de la localidad junto al Alcázar

Verraco celtibérico, posible origen del nombre de la localidad junto al Alcázar

Breve historia de Toro

¿De dónde viene el nombre de Toro?

Se han encontrado vestigios de un asentamiento celtíbero en el cerro junto al Duero donde se encuentra el actual municipio de Toro. El descubrimiento más notable de esta época fue un imponente verraco de granito que muchos consideran origen del nombre de la villa.

Aunque, existen otras teorías, la más plausible, quizá sea la del insigne filólogo Álvaro Galmés que consideró que la denominación de la ciudad provenía de Campu Gothorum (Campo de Godos).

Edad Media

Es muy posible que el antiguo castro celtíbero fuera abandonado hasta que fue de nuevo repoblado tras la reconquista cristiana a finales del siglo IX. La villa ya con el nombre de Toro, se tornó una plaza estratégica del reino de León a orillas del río Duero.

Colegiata de Toro con su inconfundible cimborrio

Colegiata de Toro con su inconfundible cimborrio

La repoblación se realizó con gentes de muy distintas procedencias, astures, vascones, pero también mudéjares que dejaron su impronta en muchos de los edificios construidos aquí.

A este periodo pertenece la estructura urbanística de su primer recinto amurallado, que se despliega como un abanico a partir de su espléndida colegiata.

Toro disfrutó de un largo periodo de esplendor entre los siglos XIII y XVI en los que obtuvo el fuero de la villa (1222) y se desarrollaron enormemente la agricultura y el comercio. Prueba de ello fue la instalación de los distintos gremios en las calles de la ciudad (Candeleros, Odreros, plaza de la Paja…)

Aquí nació el rey Juan II de Castilla en 1406 y años más tarde tuvo lugar la batalla de Toro (1476) en el marco de la guerra por la sucesión al trono entre Juana la Beltraneja y su tía la infanta Isabel.

Vista de la vega del río Duero y el Puente Mayor desde el Alcázar

Vista de la vega del río Duero y el Puente Mayor desde el Alcázar

En la refriega se enfrentaron el rey de Portugal que había penetrado en tierras castellanas y Fernando II al mando de las tropas de Aragón y Castilla.
La batalla no tuvo un claro vencedor, sin embargo, meses después las tropas portuguesas que apoyaban a Juana se retiraron permitiendo el acceso al trono de Isabel y su esposo Fernando de Aragón.

Tras la muerte de Isabel la católica, las Cortes se reunieron en Toro declarando reina a su hija Juana y promulgando las conocidas como Leyes de Toro en 1505.

Barril de una bodega histórica de Toro

Barril de una bodega histórica de Toro

Historia reciente de Toro

La importancia de Toro comenzó a declinar ya a finales del siglo XVI, pese a que fue capital de una vasta provincia durante casi tres siglos, hasta la reordenación territorial del siglo XIX. Esta provincia incluía prácticamente toda la provincia actual de Palencia, el alfoz de Toro y algunas zonas de Valladolid y Cantabria.

A mediados del siglo XX la comarca de Toro comenzó a revitalizarse de nuevo, en parte por la mejora en los regadíos y métodos agrícolas.

Hoy es una próspera ciudad castellana cuya economía se basa en la industria con importantes empresas establecidas en la localidad como Azucarera o el Grupo Siro, famoso por sus galletas. A parte de las 65 bodegas que elaboran excelentes caldos con la Denominación de Origen Toro.

Arco del Postigo y Casa Plateresca

Arco del Postigo y Casa Plateresca

Qué ver en Toro

Puede parecer obvio, pero la primera visita del viajero que llega a Toro debería ser la Oficina de Turismo.

Dada la enorme cantidad de monumentos de la villa es conveniente conocer sus horarios de apertura y realizar una mínima planificación. Ya que sus iglesias y palacios esconden en su interior joyas que merece la pena descubrir.

Aunque algo más sencillo, como pasear por Toro, visitar la Colegiata y acabar comiendo en algunos de los restaurantes del entorno de la Plaza Mayor, también es un plan de lo más atractivo.

La mayor parte de los puntos de interés se encuentran muy cerca unos de otros, dentro de las primitivas murallas. Éstas desaparecieron ya en su mayor parte, pero perviven de manera evidente sobre el trazado medieval de la villa.

Nos quedan, sin embargo, algunas hermosas puertas de la ciudad como el Arco del Reloj o el del Postigo. Extramuros encontramos también algunos edificios destacados que estuvieron en su día protegidos por un segundo cinturón de murallas.

Plaza de la Colegiata de Toro

Plaza de la Colegiata de Toro

La Colegiata

La Colegiata de Toro es, sin duda alguna, el monumento más notorio del conjunto histórico. Un templo construido a caballo entre los siglos XII y XIII fundamentalmente en estilo románico. En su exterior destaca su majestuoso cimborrio y su ábside cubierto de ventanales y arcos ciegos. No es de extrañar que recuerde a las catedrales de Zamora y Salamanca ya que son el modelo que se tomó para levantar esta colegiata.

Mirando al río encontramos una portada sencilla con decoración geométrica y vegetal, mientras que es mucho más expresiva la portada norte. Esta puerta da a la plaza de la Colegiata y muestra en sus cuatro recargadas arquivoltas a Cristo rodeado de los 24 músicos del apocalipsis y un grupo de ángeles.

En el interior de la colegiata se aprecia tanto elementos románicos como góticos propios de la época de transición en la que se construyó.
No hay que olvidar visitar las interesantes obras de arte de la sacristía y la torre del campanario que ofrece unas bonitas vistas del cimborrio y la ciudad.

Pórtico de la Majestad de la Colegiata de Toro

Pórtico de la Majestad de la Colegiata de Toro

Pórtico de la Majestad

La conocida como capilla de Santo Tomás apóstol cobija la mayor joya de la colegiata: el excelso pórtico de la Majestad. Esta portada se esculpió a finales del siglo XIII y se considera ya una obra plenamente gótica.

En el siglo XV se construyó la capilla que protegió al pórtico de la Majestad de las inclemencias del tiempo, razón por la cual ha llegado hasta nuestros días en un estado magnífico. De hecho, se considera una de las más bellas muestras de escultura gótica en España y que además ha conservado gran parte de la policromía original.

Detalle del pórtico. Rey David, los profetas Jeremías y Ezequiel y el arcágel Gabriel

Detalle del pórtico. Rey David, los profetas Jeremías y Ezequiel y el arcágel Gabriel

La portada exalta a la Virgen María a la que encontramos tanto en el parteluz como en el tímpano, donde está siendo coronada. A su alrededor distribuidos por las jambas y arquivoltas docenas de profetas, ángeles, mártires y apóstoles.

La parte más relevante es, posiblemente, la arquivolta superior donde se muestra el Juicio final. En ella se muestran los horribles tormentos de los condenados a un lado, mientras que al otro, vemos el paraíso y una de las primeras representaciones del purgatorio.

Plaza Mayor de Toro (Zamora)

Plaza Mayor de Toro (Zamora)

Entorno de la Plaza Mayor

A sólo unos pasos de la Colegiata se encuentra el Ayuntamiento, que preside la Plaza Mayor.

Uno de sus costados de la plaza lo integran la Calle Mayor y su prolongación, la Puerta del Mercado, en las que todavía pueden verse algunos preciosos edificios de arquitectura popular, con el entramado de madera en el exterior.

Esta zona bulle de actividad todo el año ya que está repleta de restaurantes, cafeterías y todo tipo de tiendas. Al final de esta animada calle comercial se encuentra el Torre del Reloj o del Mercado, una de las antiguas puertas de la ciudad.

Muy cerca de la torre puede hacerse una visita a la Confitería Morillo, una de las más renombradas del municipio y probar alguna de sus especialidades: amarguillos de almendra, aceitadas o polkas toresanas.

Ábside de la Iglesia del Santo Sepulcro (siglo XIII)

Ábside de la Iglesia del Santo Sepulcro (siglo XIII)

Arte mudéjar en Toro

El arte mudéjar fue un estilo artístico, desarrollado entre los siglos XII y XVI, en el que se fusionó de manera armoniosa corrientes artísticas como el románico y el gótico con el arte islámico. Lo emplearon principalmente los artesanos musulmanes que permanecieron en territorio cristiano tras la reconquista.

Las iglesias románico-mudéjares que salpican el centro histórico de Toro, lo convierten en uno de los lugares clave en España de este estilo tan singular. De hecho, Turismo de Toro ha adoptado un arco mudéjar como seña de identidad.

Son templos humildes, en comparación con la colegiata, construidos básicamente con ladrillo, el material de construcción más barato. Sin embargo, contienen bellas arquerías y bóvedas propias de los mejores artesanos del reino.

Exterior de San Lorenzo el Real

Exterior de San Lorenzo el Real

Iglesias mudéjares

San Lorenzo el Real es probablemente la iglesia más hermosa de Toro. De su austero exterior destaca su cabecera semicircular cubierta de arcos ciegos y su alta espadaña.

Pero su interior es realmente encantador, su ábside conserva restos de pinturas murales, en un costado hay un precioso sepulcro gótico y en el lado opuesto sorprende una tribuna maravillosamente decorada con influencia morisca.

Otras obras mudéjares que merece la pena visitar son la iglesia del Santo Sepulcro justo enfrente del Ayuntamiento y San Salvador de los Caballeros que expone algunas piezas interesantes de arte sacro.

Murales góticos con escenas de la vida de Cristo (Iglesia de San Sebastián)

Murales góticos con escenas de la vida de Cristo (Iglesia de San Sebastián)

Mención aparte merece la iglesia de San Sebastián de los Caballeros, situada extramuros, de origen mudéjar pero que sufrió varias reformas posteriores. En esta iglesia se exponen unas exquisitas pinturas murales góticas traídas desde el monasterio de Santa Clara.

Estos murales del siglo XIV muestran con refinamiento y crudeza distintas escenas de la vida de Santa Catalina, San Juan Bautista y Cristo, casi como si de un comic medieval se tratara.

No está clara la autoría de estos bellos murales. En principio se pensó que había sido obra de Teresa Diez, tal y como reza en uno de los murales «Teresa Dieç me fecit». Pero hoy se cree que pudo ser quizá sólo la mecenas y las pinturas se debieron a la mano de Domingo Pérez autor de la policromía del Pórtico de la Majestad de la Colegiata.

Si el visitante aún tiene hambre de más arte religioso nada mejor que visitar el Monasterio del Sancti Spiritus, a las afueras del municipio. Este monasterio fundado en el siglo XIV alberga el Museo comarcal de Arte Sacro y además posee un claustro renacentista y varios hermosos sepulcros.

La diócesis ha creado un bono muy interesante llamado ‘Toro Sacro’ que permite la entrada a la Colegiata y a otras cuatro iglesias desacralizadas por sólo 5 euros.

Qué más ver en Toro

El Alcázar

El muy remodelado Alcázar está lejos de la fortaleza inexpugnable que debió ser en época medieval.

En todo caso, merece la pena recorrer su adarve y disfrutar de las vistas que ofrece sobre la campiña y el río Duero. Frente a la puerta del Alcázar se ha instalado recientemente el toro celtibérico, orgullo de la ciudad.

En la propia fortaleza se halla la Oficina de Turismo, el lugar perfecto para informarse de las distintas visitas y hacerse con un plano de Toro.

La Plaza de Toros data de 1822

La Plaza de Toros data de 1822

Visita Guiada

La Oficina de Turismo de Toro ofrece también una curiosa visita guiada por dos edificios civiles: la Plaza de toros y una de las bodegas históricas.

La Plaza de toros de Toro, valga la redundancia, es una grata sorpresa. Se trata de un coso histórico construido en 1822, el tercero más antiguo de Castilla y León.

La plaza se halla rodeada por otras casas, por lo que sus formas redondeadas no son visibles desde la calle y sería difícil de encontrar si en el portón no se indicara en grandes letras.

Su gran valor radica en que conserva la estructura original de madera y adobe y tras la restauración llevada a cabo por el Ayuntamiento, en la actualidad acoge todo tipo de espectáculos.

A dos pasos de la Plaza Mayor se accede a una de las bodegas más antiguas de la localidad ahora en desuso y habilitada para su visita. La explicación de la guía resulta interesante pero el recorrido por la bodega no tanto.

Portada del Palacio de Las Leyes

Portada del Palacio de Las Leyes

Palacios de Toro

No faltan en Toro innumerables palacios y recias casas solariegas, sobre todo de los siglos XV al XVIII que demuestran la pujanza que tuvo la ciudad en siglos pretéritos.

La mayoría de palacios son de propiedad privada por lo que deberemos contentarnos con admirar sus fachadas. Unos pocos son de titularidad pública y con suerte podremos atisbar en su interior.

Como el Palacio de los Marqueses de Castrillo convertido en Casa de cultura y Sala de exposiciones. Por su parte, el Palacio de los Condes de Requena pertenece a la Junta de Castilla y León y posee un bonito patio cubierto de blasones.

Aunque algo alejado del centro, merece la pena llegar hasta los restos del Palacio de Las Leyes, donde se promulgaron las Leyes de Toro tras la muerte de Isabel la Católica. Lamentablemente sólo se conserva la fachada, pero esta posee una delicada portada gótica en piedra arenisca.

Puente Mayor (o Puente de Piedra) sobre el río Duero

Puente Mayor (o Puente de Piedra) sobre el río Duero

Las puertas y el Puente Mayor

Apenas queda algún tramo de las murallas, en cambio sí se conservan cuatro de las antiguas puertas de la villa. Son especialmente atractivas la ya citada Puerta del Mercado (o del Reloj) y también el cercano Arco del Postigo, sobre el que se asienta una elegante casa plateresca.

Aproximadamente a un kilómetro del municipio se encuentra el imponente Puente Mayor que con casi 300 metros de ancho salva el río Duero. Parece ser que fueron los romanos los que construyeron el puente original, sin embargo, la construcción actual data de época medieval principalmente del siglo XII.

Este puente de piedra posee 24 arcos, la mayoría de medio punto, pero también algunos apuntados. Merece la pena llegar hasta aquí y admirar la grandeza de uno de los ríos más caudalosos de la península a su paso por la histórica ciudad de Toro.

Dónde dormir

Como no podía ser de otro modo, el mejor alojamiento de Toro se haya en un antiguo palacio del siglo XV. La posada Palacio Rejadorada es un encantador hotelito que ha sido restaurado con sumo cuidado y conserva multitud de elementos arquitectónicos originales.

Las habitaciones son amplias y acogedoras y cuentan con mobiliario de época. Además, el servicio es amable y el desayuno en el pequeño jardín un auténtico lujo. Todo ello a un precio más que ajustado.

Fachada del Palacio Rejadorada, un excelente alojamiento en Toro

Fachada del Palacio Rejadorada, un excelente alojamiento en Toro

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