Posesión infernal: El despertar (2023), de Lee Cronin

Abandonada por su marido, Ellie trata de sacar adelante a sus tres hijos, Danny, Bridget y Kassie, con los que vive en un antiguo edificio. Les visita la tía Beth, técnica de sonido de grupos musicales, dispuesta a apoyar a su hermana, aunque ésta no la toma demasiado en serio. Tras un repentino terremoto, queda al descubierto en el bloque una cámara sellada en la que Danny descubre un libro que desatará una fuerza sobrenatural amenazadora.

Lee Cronin despuntó en 2019 con El bosque maldito, mejor de lo que se espera en un film de terror al uso, por lo que obtuvo buenas críticas en Sundance. Continúa en el mismo género con esta secuela de Posesión infernal, cuyo realizador, Sam Raimi, ya había rodado dos continuaciones, y la serie televisiva Ash vs Evil Dead. La primera entrega tuvo también un remake, firmado por Fede Álvarez en 2013. La idea era filmar ahora un producto barato para HBO Max, con Raimi como productor ejecutivo –sin que aparentemente haya intervenido lo más mínimo–, pero tras los buenos resultados en los pases de prueba, Warner ha apostado por llevarlo a las salas de cine.

Al público general le desconcertarán los excesos sangrientos, de hecho debe haber batido el récord de litros de sangre artificial utilizados para un largometraje. Por otro lado, los incondicionales de la saga echarán de menos el humor que derrochaba Raimi, a veces sangriento, y a veces propio del slapstick, reforzado por las dotes cómicas de su protagonista, Bruce Campbell. Se intenta tímidamente arrancar alguna risa de vez en cuándo, pero de forma aislada. Pese a todo, Cronin se gana poco a poco a todos los sectores, retratando muy bien el drama familiar de los protagonistas, al igual que en su anterior trabajo.

Se ha apostado también por utilizar maquillajes prostéticos, a la vieja usanza, en lugar de abusar de los efectos digitales, y está muy cuidada la ambientación en un edificio destartalado. Al final las secuencias de suspense funcionan, también gracias al trabajo del reparto, sobre todo de Alyssa Sutherland (la reina Aslaugh de Vikingos), como Elie, Lily Sullivan (Beth) y los niños.