El trágico destino del último emperador de México: entre luces y sombras

En una entrevista con Muy Historia, el autor cuenta cómo aquel último emperador de México, aupado y respaldado por Napoleón III y el Ejército francés, apostó por jerarquías y protocolos propios de un Imperio, y a la vez, permitió una represión brutal contra sus oponentes que terminó por llevarlo ante el pelotón de fusilamiento. Su muerte, asegura el escritor, fue un aviso a navegantes de que México no estaba en venta, de que no se sometería a la monarquía ni a la intervención extranjera después de haberse independizado de España, de haber perdido buena parte de su territorio frente a Estados Unidos, y de haber vivido internamente una guerra descarnada entre liberales y conservadores. Este es uno de los grandes acontecimientos que la historia tiene para darnos, dice el escritor. Así nos lo cuenta.

¿Cuál fue el germen de El último emperador de México?

El querer contar la historia de grandes personajes que parecen sacados de una ópera, como Napoleón III, sumido siempre en conspiraciones, o Benito Juárez, el gran héroe de la república mexicana, y el querer contraponer fuerzas colosales como la república y la monarquía sin dejar de lado el imperialismo francés o el ascenso de Estados Unidos en el siglo XIX.

La historia del Segundo Imperio Mexicano y de su malogrado emperador, el archiduque de Austria Fernando Maximiliano de Habsburgo, es muy poco conocida… ¿Por qué?

Salvo en México, creo que en ningún lugar se le recuerda. Y si se hace en México es porque es un elemento crucial del relato nacional mexicano y marca el mito de Juárez como héroe de la república y la democracia. Fuera de México se sabe de la fecha del 5 de mayo, pero la mayoría de las veces no se sabe por qué, también se conoce el cuadro de (Édouard) Manet con el fusilamiento del archiduque austriaco, pero me consta que muy poca gente sabe a quién están ejecutando y por qué.

¿Por qué ha caído su figura en el olvido?

Creo que en ese momento estaban sucediendo otros grandes acontecimientos en Europa, como la guerra franco-prusiana, y en América con la Guerra Civil de Estados Unidos, y el fracaso de Maximiliano en México fue considerado como una locura más del emperador francés. ¡Es una lástima porque es uno de los grandes sucesos que la historia tiene para darnos!

¿Cómo era el México de 1864, después de haber obtenido su independencia de España y de haber perdido más de la mitad de su territorio frente a EUA?

México venía de vivir la brutalidad que le supuso su proceso de independencia de España, y la autoproclamación como emperador, de Agustín de Iturbide, de aquel soldado de las tropas realistas que cambió de bando para apoyar la independencia de México, instaurando una monarquía y un gobierno que duró nueve meses hasta su fusilamiento. Después de aquel primer emperador se creó la República de México, con inestabilidad, violencia, revueltas… en un clima de trauma tras haber perdido buena parte de su territorio en la invasión de Estados Unidos.

A eso se unía la reciente guerra civil entre conservadores y liberales, los tumultos internos que arrasaban el país y una creciente deuda interna.

¡Exacto! A nivel interno, México había vivido una división entre liberales y conservadores, con una guerra de ideas, primero, y luego una guerra civil. Los liberales consideraban que el problema mexicano era el poder omnívoro que tenía la Iglesia católica en el país, mientras que los conservadores creían que los liberales habían expulsado de la vida nacional lo único que les unía, que era precisamente esa Iglesia. De ahí que cuando se plantea la idea de hacer de México un Imperio, el Estado mexicano era un Estado fallido.

Y es ahí donde entra en escena la Francia de Napoleón III.

Muchos de los conservadores mexicanos que habían perdido la guerra civil estaban en Francia y desde allí pudieron convencer a Napoleón III de que la única solución para restaurar las glorias pasadas de México pasaba por una intervención francesa, por instaurar un imperio y por hacerlo con un monarca europeo. Querían tener un aristócrata del Viejo Continente en la posición de emperador de México.

Es así como accede al poder Maximiliano de Habsburgo. ¿Cómo se vivió en México la llegada del archiduque austriaco?

Maximiliano llegó al Puerto de Veracruz el 28 de mayo de 1864 a bordo de una fragata austriaca comandada por él mismo, puesto que era marino, y allí se encontró con una ciudad vacía, desierta, donde nadie lo recibió. Veracruz, entonces, era una ciudad liberal, había sido, de hecho, la sede del gobierno de Benito Juárez durante la guerra civil, y además hubo un problema del comité organizador que no pudo llevar a gente para que recibiera al emperador entre grandes vítores. 

¿Cómo vivió su desembarco el propio archiduque?

Maximiliano era una persona bastante inestable, quien ya se había visto sobrepasado varias veces por la tarea que veía tener por delante, e incluso había pasado por episodios depresivos. Cuando vio el vacío que hubo en su recibimiento no estaba evidentemente en las mejores circunstancias para gobernar. Hablemos del mandato del último emperador de México, con sus luces y sus sombras, a medio camino entre la tragedia y la farsa, con un protocolo cortesano y una dura represión contra sus oponentes.

Fue un mandato en el que no faltaron las contradicciones. Creo que tendría que haber dedicado más tiempo a profundizar en la situación del país que pretendía gobernar, porque así lo hubiera entendido más y mejor. Ahora bien, la estructura imperial que quiso implantar allí requería de hacer muy visibles las jerarquías y los protocolos. Maximiliano estaba en una situación extraña, porque era el jefe del Imperio, el emperador, pero no el líder de su ejército, que era el Ejército francés y estaba liderado por un comandante francés. Fue ese ejército el que aplicó esa brutal represión de la que me hago eco en el libro. De Maximiliano puede decirse que él estaba cazando mariposas mientras el ejército de su Imperio quemaba pueblos para mantenerlo en el poder.

Probablemente, fue su negligencia la que le condujo al patíbulo para ser fusilado. Sin duda es parte de la explicación. Un país que estaba sumido en la pobreza y en las fatales consecuencias de su guerra interna hizo que Maximiliano no tuviera un Estado detrás que le respaldase ni sostuviera su autoridad. No hay que olvidar tampoco que los mexicanos no veían nada bien que el coste de la ocupación francesa corriera a cargo de las arcas mexicanas, con intereses incluidos. Y luego estaba la falta de practicidad del propio Maximiliano, que no abordaba los problemas, ni siquiera aquellos que le empujaban a la abdicación. Se negó a hacerlo y acabaron fusilándolo.

¿Su muerte fue un aviso a navegantes de que México no estaba en venta, tampoco para el imperialismo francés?

¡Absolutamente! Cuando se le detuvo se pensó que sería juzgado, pero al final amnistiado, pero Juárez, que era el presidente de la república mexicana, quería mandar un mensaje a nivel interno y a nivel externo, y era que México no se iba a someter ni a la monarquía ni a la imposición de la intervención extranjera. La ejecución de Maximiliano fue un shock muy grande en Europa, pues se fusiló a un miembro de las grandes familias europeas, de los Habsburgo. La diplomacia intentó que se perdonara la vida de Maximiliano, pero evidentemente no funcionó. Además de Maximiliano, fusilaron a dos figuras de la rama del conservadurismo mexicano, como Tomás Mejía y Miguel Miramón, y con su muerte, Juárez consiguió lo que se propuso, poner fin a la guerra entre liberales y conservadores. Todo el proyecto conservador quedó asociado a los traidores a la patria.

¿Con qué palabra describirías a este emperador?

¡¿Solo una palabra?! Si fuera solamente una, diría contradictorio, no obstante, si pudiera decir tres, diría contradictorio, indeciso y bienintencionado.