El origen del mito de los cascos vikingos con cuernos

23  Vikingos (Falk)

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Falk
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A pesar de lo que casi siempre vemos en obras de ficción, los cascos de los vikingos casi nunca tenían cuernos: los poquísimos que se han encontrado no son cascos de guerreros, sino objetos ceremoniales y de prestigio.

Así pues, ¿por qué esa manía de dibujar cascos vikingos con cuernos? La culpa se debe en buena parte a una popular saga operística compuesta en el siglo XIX por Richard Wagner, El anillo del nibelungo. En sus primeras representaciones, los personajes vikingos fueron caracterizados llevando cascos muy ornamentados, con motivos como alas y cuernos. Al ser esta ópera tan popular, la imagen de los cascos con cuernos se perpetuó.

También los pintores románticos representaron este tipo de cascos al pintar escenas de historia y mitología nórdica, aunque no tuvieran ninguna prueba arqueológica que sostuviera ese imaginario. Seguramente el motivo último se debe a tapices de época vikinga en los que aparecen personajes con cuernos, probablemente dioses de la guerra.

A pesar de que la arqueología y los museos desmientan una y otra vez esta representación de los vikingos, se ha vuelto tan popular que sigue apareciendo en obras de ficción: contra la tradición, poco pueden los hechos.