|
|
|
ROBERT J. WHITE / PRINCIPAL DEFENSOR DEL TRASPLANTE DE CABEZA ��Qu� dilema moral plantea esta operaci�n?� |
|
�Es Robert J. White un �cient�fico loco�? Su biograf�a indica lo
contrario. La mayor parte de su carrera se ha desarrollado en campos
tradicionales de la neurocirug�a y casi todos sus primeros trabajos se
publicaron en �Science� y en �Nature�. Es miembro de la Academia Pontificia de
Ciencias New Scientist
.
ALISON MOTLUK
PREGUNTA-.�Por qu� provoca tanto rechazo la idea de trasplantar una cabeza?
RESPUESTA-. Creo que se debe precisamente a las palabras que ha empleado:
trasplantar una cabeza. Uno de los motivos por los que siempre hablo de
trasplante integral de cuerpo, en las conferencias que dicto por todo el mundo,
es que este t�rmino resulta m�s aceptable. En realidad, se trata de trasplantar
un cuerpo. En cualquier caso, d�game qu� dilema moral o �tico plantea esta
operaci�n. Si nos presentan el caso de un enfermo muy grave que quiere
someterse a esta operaci�n aunque la t�cnica no se haya perfeccionado, �vamos a
cruzarnos de brazos en el comit� de �tica y decirle que no, que no podr�
disponer de un cuerpo y que, por tanto, tendr� que morir? P.- �Tiene pacientes
dispuestos a someterse a este tipo de trasplantes? R.- No es que haya gente
haciendo cola a la puerta de mi consulta, pero algunos tetrapl�jicos se han
puesto en contacto conmigo y han apoyado mi trabajo.
P.- Si se presenta un paciente dispuesto a operarse, �podr�a efectuar el
trasplante ahora mismo? R.- Creo que s�, pero seamos realistas: estamos
hablando de dos seres humanos. De uno de ellos hay que mantener su cabeza con
vida y, del otro, el cuerpo. Por tanto, es necesario llevar a cabo muchos
ensayos. Incluso cuando realizamos estas operaciones con monos, tuvimos que
ensayar durante varias semanas y trazar con tiza una serie de l�neas en el
suelo del quir�fano para indicar el lugar exacto donde deb�a colocarse cada
miembro del equipo. Todo el mundo ten�a un papel con lo que deb�a hacer.
P.- �A pesar de que se ha retirado recientemente, cree que tendr� la
oportunidad de efectuar esta intervenci�n? R.- S�, me siento muy bien. Si pasa
el tiempo y al final me tengo que limitar a dirigirla, bueno, no ser�a lo
mejor, pero al menos es algo. Desde un punto de vista quir�rgico, no es m�s
dif�cil que otro tipo de intervenciones que se realizan hoy en d�a.
P.- �Est� dispuesto a trasladarse a un pa�s extranjero para poder llevarla a
cabo? R.- Pens� hacerlo en Kiev (Ucrania). He operado antes ah�. Tienen
cirujanos brillantes, un quir�fano nuevo y tambi�n ofrece la ventaja de que se
puede controlar a los medios informativos.
P.- �Es posible que esta operaci�n pueda ser de mucho inter�s para los enfermos
de c�ncer? R.- S�, claro. Es muy posible que los pacientes plagados de tumores
est�n dispuestos a someterse a un trasplante de cuerpo, incluso sabiendo que
quedar�n paralizados y que no podr�n hacer otra cosa que ver la televisi�n y
escuchar a Mozart.
P.- �Cree que los ancianos se pondr�n en lista de espera para actualizar su
cuerpo? R.- Algunas personas tienen tanto miedo a la muerte que estar�an
dispuestos a convertirse en s�lo una cabeza recostada a una almohada.
P.- �El trasplante de cuerpo podr�a retardar los efectos neurol�gicos del
envejecimiento, como la p�rdida de memoria y la sordera?
R.- Creo que s�. En el caso de un hombre de edad muy avanzada cuyo cerebro est�
al l�mite, aunque sigue funcionando, si uno lo acopla a un nuevo cuerpo, no va
a desarrollar nuevas c�lulas cerebrales, pero, al proporcionarle un entorno
bioqu�mico m�s sano, sin duda funcionar� mucho mejor. El h�gado y el cerebro,
por ejemplo, est�n estrechamente relacionados.
P.- �Y si fuera posible reparar la m�dula espinal? R.-Entonces un mayor n�mero
de personas querr�a someterse a la operaci�n, sobre todo quienes padecen
enfermedades como la esclerosis lateral amiotr�fica y la distrofia muscular,
que afectan principalmente al cuerpo y no a la cabeza. Este procedimiento tiene
mucho futuro.
P.-�No habr� escasez de donantes de cuerpo? R.-Tan s�lo en nuestro hospital se
podr�an obtener cada a�o unos 50 cuerpos en buen estado, listos para ser
utilizados en trasplantes. Hasta la fecha, estas personas se convierten en
donantes de �rganos, y este el verdadero problema. No es que haya escasez de
cuerpos, pero s� la hay de �rganos.
P.-�Los trasplantes de cuerpo reducir�an la disponibilidad de �rganos? R.-S�,
lamentablemente.
P.-�Qu� opinan los especialistas en trasplantes? R.-Creo que se opondr�n
firmemente.
P.-�Cree que las organizaciones defensoras de los derechos de los animales
tienen raz�n cuando dicen que estas investigaciones cient�ficas son crueles?
R.-No, no lo creo. Para mucha gente la defensa de los derechos de los animales
constituye una religi�n. Equiparan los derechos de los animales con los
derechos humanos. Por mi parte, los principios morales, �ticos y religiosos que
me han inculcado no incluyen a los animales, aunque s� creo que hay que
tratarlos adecuadamente. Yo he hecho todo lo posible en mi laboratorio para
asegurarme de que los animales sean anestesiados y tratados correctamente.
P.-�Pertenecen los monos a otra categor�a? R.-No, no simpatizo con los estudios
que intentan convencernos de que los monos pueden hablar. No s� de ninguna
catedral que haya sido construida por un chimpanc�. No hay que olvidar que
cuando llevamos a cabo las operaciones de trasplante de cuerpo con monos, estos
animales no ten�an el mismo atractivo que los perros y los gatos. Hasta cierto
punto est�bamos protegidos de las cr�ticas de los defensores de los animales.
P.-�Existe alguna sustancia en la sangre o en los tejidos del donante que pueda
afectar la identidad de la persona sometida a un trasplante de cuerpo?
R.-Es una idea fascinante. En esta intervenci�n quir�rgica se toma un cuerpo
que se encontraba en perfecto estado de salud hasta que sobrevino la muerte del
donante; por tanto, su cerebro era capaz de desencadenar la producci�n de
niveles normales de hormonas. A continuaci�n se trasplanta este cuerpo, quiz�
con restos de hormonas, a otra persona cuyo sistema endocrino hab�a dejado de
funcionar adecuadamente, al llevar mucho tiempo paralizada. No creo que esto
sea algo negativo para el receptor. Podr�a ser positivo. No s�, quiz� incluso
lo avive.
P.-�Es el cuerpo s�lo una especie de bater�a, tal como lo ha descrito? �Acaso
nuestra identidad s�lo reside en el cerebro?
R.-Alguna gente podr�a preguntarse qu� ocurrir�a si los parientes del donante
del cuerpo van a visitar al receptor. �A qui�n encontrar�an realmente? �Al hijo
que ha donado el cuerpo? Sin embargo, este planteamiento es absurdo. En la
medida en que un mayor n�mero de personas vive cada vez m�s a�os, nos iremos
dando cuenta de que el cerebro y la mente encierran la esencia de nuestra
identidad.
Tenemos que descubrir nuevas formas de mantener el funcionamiento normal del
cerebro mientras envejecemos.
Creo que asistiremos a una b�squeda fren�tica de tecnolog�as orientadas casi
exclusivamente a la conservaci�n del cerebro, como equipos de refrigeraci�n que
lo mantengan con vida. Con el tiempo llegaremos a perfeccionar nuevos sistemas
que permitir�n mantener la cabeza conectada a unas m�quinas hasta que aparezca
un donante de cuerpo.
En una ocasi�n me reun� con Juan Pablo II y, quiz� demasiado animado al verme
ante el Papa, le dije: �Bueno, Su Santidad, creo que el cerebro es el templo
del alma humana�. El pobre hombre se sobresalt�. Me dije a m� mismo que nunca
m�s me meter�a en el terreno de la teolog�a en presencia del Papa. Pero yo lo
veo as�. No me parece mala idea poder trasplantar el alma, �no cree?
|
|
|