Un fin de semana inesperado (2021), de Stephen Basilone

Debut en la dirección de Stephen Basilone, también guionista y con un pequeño papel actoral, antes había firmado el guión de algún episodio de series televisivas. Con aire indie y presupuesto ajustado, lo que nos cuenta podría haber dado lugar a un cortometraje apañado, pero con hora y media de metraje resulta de duración excesiva para lo que se nos cuenta.

Bart atraviesa una etapa depresiva, no ha encajado bien la muerte de su madre debido al cáncer. Pero el apoyo de los amigos, la atención médica y un trabajo podría devolverle el necesario equilibrio mental. Aún podría ayudar más la aparición de una chica preciosa, Vienna, a la que conoce cuando le advierte que ha terminado la sesión de cine a la que asistía, pues se ha quedado dormido. Comienza una noche estupenda, en que lo pasan maravillosamente, hablando, jugando al billar... y al final, acostándose. Sigue un fin de semana maravilloso, pero ella le hace una pintoresca revelación que la hace dudar de su cordura. Aunque también el loco podría ser él.

Al final tenemos una especie de “cuento asombroso”, con giro argumental pasada media hora y sorpresa final, pero entre medias se nos cuenta una amilbarada y muy alargada historia de amor entre los protagonistas, que agota a pesar del buen hacer de la pareja protagonista, Finn Wittrock y Zoe Chao. Da la impresión de que Basilone quería firmar un largo a toda costa, olvidando que “lo bueno, si breve, dos veces bueno”.