Secuestro en directo (2022), de Romuald Boulanger

Elvis Cooney es el director y conductor de un programa de radio nocturno, al que llaman los oyentes para compartir sus penas o hacer determinadas peticiones. De fuerte personalidad, es brusco y condescendiente con sus subalternos, como comprueba enseguida el recién fichado novato Dylan. Su insensibilidad le lleva a no aprenderse siquiera los nombres de los que trabajan cerca de él. Pero una noche llama un tal Gary, que tiene toda la apariencia de ser un resentido a quien Elvis maltrató en el pasado, y que desea transmitir en directo el secuestro de la esposa y la hijita del locutor, incluso sacando a la luz trapos sucios como el de una infidelidad. Aquello se convierte para Gary en un juego, donde asegura que matará a sus dos rehenes si Elvis no sigue sus instrucciones y se aviene a sus sádicos desafíos.

Thriller escrito y dirigido por el desconocido Romuald Boulanger, cuyo planteamiento debió caer en gracia a Mel Gibson, que la protagoniza seguramente con un sueldo por debajo de su caché, como sugiere el hecho de que esté acreditado como productor ejecutivo. Por aquello de que la trama se sostiene sobre una conversación telefónica, puede hacer pensar en The Guilty, pero también en las clásicas historias de juego del ratón y el gato, donde a veces cambian las tornas, y un personaje humilla a otro. Transcurre en el interior de un edificio, pero se sabe jugar con los espacios, recepción, sótanos, el estudio de emisión, la azotea. Gibson lo hace muy bien la primera vez que está en el aire, hay una transformación en su dicción con respecto a cómo le hemos visto hasta ese momento. Su personaje no exige muchos matices, pero lo resuelve bien, y el resto del reparto está a la altura.

Se nota cierta bisoñez a la hora de sostener el ritmo narrativo, pues hay unas cuantas caídas de tensión, en una historia que pedía ir en continuo crescendo hasta el desenlace. Incluso el manejo de las sorpresas argumentales, que las hay, no se hace con la requerida soltura. Dicho esto, conviene no hacer sangre, porque el film es una aceptable serie B, y si sirve para que Gibson financie y acometa pronto una película como director, bienvenido sea.