'The French Dispatch': puro estilo Wes Anderson

'The French Dispatch': puro estilo Wes Anderson

CULTURA/S

La próxima semana se estrena ‘The French Dispatch’ (La crónica francesa), compendio de las muy personales características del cine de su director

The French Dispatch

Detalle del cartel de 'The French Dispatch', la nueva película de Wes Anderson 

Javi Aznarez / Twentieth Century Fox

El largometraje con el que debutó Wes Anderson (Houston, 1969) en 1996, Bottle Rocket , permite ver cómo se empieza a construir un estilo muy personal que está en pleno proceso de gestación. Una vez forjado a partir de su segunda película, es tan idiosincrásico que basta ver unos segundos de metraje para identificar a su autor de inmediato. Dos décadas y media después, su décima producción, La crónica francesa , es un auténtico catálogo del repertorio de elementos que configuran el estilo Wes Anderson . Aprovechando su estreno, vamos a sintetizar los elementos que configuran una de las estéticas más virtuosas del cine actual.

(From L-R): Wally Wolodarsky, Bill Murray and Owen Wilson in the film THE FRENCH DISPATCH. Photo Courtesy of Searchlight Pictures. © 2020 Twentieth Century Fox Film Corporation All Rights Reserved

Fotograma de 'La crónica francesa' 

Twentieth Century Fox

Empezaremos por el guión: abundan en sus películas las familias disfuncionales, con padres ausentes o tóxicos (hay un sustrato autobiográfico por el divorcio de sus progenitores en su infancia). También las familias alternativas en las que sus excéntricos personajes encuentran acomodo. Por debajo del tono de comedia, hay siempre un sustrato de melancolía, pérdida y presencia de la muerte. La construcción no es realista, sus películas son fábulas pobladas por individuos pintorescos que habitan en estilizados escenarios.

Y llegamos al elemento central del estilo Anderson, su estética visual basada en dos parámetros: precisión y geometría, que estructuran sus planos a partir de un eje central medido al milímetro. A eso se suman otros recursos característicos: planos cenitales, barridos rápidos y travellings descriptivos. Sus fotogramas son como tableaux vivants en los que nada está colocado al azar. Y esto nos lleva al diseño de producción: vestuario y decorados son cruciales para perfilar a los personajes. Le gusta además incorporar maquetas y trucos, siempre analógicos, a la antigua usanza. A esto se suma la paleta de colores: siempre cálidos, pastel (en La crónica francesa incorpora el uso del blanco y negro), y dentro de esta gama cada película desarrolla su propio código cromático (esto se puede apreciar con mucha claridad en las dos épocas contrastadas de El Gran Hotel Budapest ).

Bill Murray in the film THE FRENCH DISPATCH. Photo Courtesy of  Searchlight Pictures. © 2020 Twentieth Century Fox Film Corporation All Rights Reserved

Bill Murray en 'La crónica francesa' 

Twentieth Century Fox

En el aspecto visual es clave el director de fotografía Robert Yeoman, con el que Anderson ha trabajado en todas sus películas salvo las dos rodadas en stop motion ( Fantástico Sr. Fox e Isla de perros , y en estas el director de fotografía también repite: Tristan Oliver). Esta es otra característica del cineasta: trabaja con un equipo muy fidelizado y esto se aplica también a la troupe de actores. Entre ellos hay dos que además han ejercido de coguionistas: Owen Wilson en las tres primeras películas y Jason Schwartzman en otras tres (como guionistas también han repetido Noah Baumbach y Roman Coppola).

THE FRENCH DISPATCH. Photo Courtesy of  Searchlight Pictures. © 2020 Twentieth Century Fox Film Corporation All Rights Reserved

Fotograma de 'La crónica francesa' 

Twentieth Century Fox

Hay un tercer actor fundamental, fetiche: Bill Murray, lo cual nos lleva a la siguiente clave del cine de Anderson. Murray es el maestro contemporáneo de lo que los anglosajones llaman Deadpan Comedy (que se traduciría como humor seco, inexpresivo, basado en la contención). Los genios de este registro son Buster Keaton y Jacques Tati (por cierto: en La crónica francesa hay un delicioso homenaje a Mon Oncle ) y hoy en día lo utilizan cineastas como Jim Jarmusch, el sueco Roy Andersson o el francés ­Quentin Dupieux; en literatura el equivalente es el canadiense Patrick deWitt. El manejo de este registro de comicidad hace que el trabajo actoral en el cine de Anderson sea muy peculiar: con una gestualidad y unos tempos que tienden a la teatralidad y el dibujo animado, y por ello no es sorprendente que haya rodado dos películas en stop motion con muñecos articulados.

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Una de las portadas de 'The French Dispatch' realizadas por Javi Aznarez para la película 

Javi Aznarez / Twentieth Century Fox

Más características de su cine: el gusto por las listas, por los objetos vintage , por una voz narradora que cuenta la historia, por cortinillas o intertítulos entre las partes… Todo ello está presente en La crónica francesa , que es una carta de amor al viejo periodismo en extinción (de nuevo la melancolía) y también a la cultura francesa mitificada por los americanos y a su cine (hay guiños a Tati, pero también al Godard sesentero en su plenitud creativa y a Truffaut).

La película cuenta la historia y preparación del número final de The French Dispatch , publicación realizada por expatriados americanos en una imaginaria ciudad francesa de provincias llamada Ennui-sur-Blasé. Su director –interpretado por Murray– está libremente basado en Harold Ross, el mítico fun­dador de The New Yorker , revista cosmopolita y sofisticada a la que se rinde entusiasta homenaje.

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Portada de 'The French Dispatch' realizada por Javi Aznarez para la película 

Javi Aznarez / Twentieth Century Fox

La narración es episódica y pone en escena tres crónicas: la historia de un pintor preso, su musa carcelera y un marchante liante (inspirado en el histórico Joseph Duveen); una revuelta estudiantil sesentayochista y un delirante reportaje gastronómico sobre cocina policial que se adereza con un secuestro. Los detractores del director odiarán la película con fervor y les parecerá el colmo del manierismo, para quienes consideramos a Wes Anderson un portento, es un festín. Y si se quedan con ganas de más, Cúpula publicó en marzo el libro de Ian Nathan sobre el cineasta, profusamente ilustrado.

The French Dispatch

Cartel de 'La crónica francesa' 

Javi Aznarez / Twentieth Century Fox
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