Gabriel Boric: el origen y los hitos en la vida del joven político que llega a La Moneda prometiendo cambiar Chile

  • Gerardo Lissardy
  • BBC News Mundo
Gabriel Boric

Fuente de la imagen, Getty Images

Gabriel Boric contaba su edad con apenas una mano e iba a presentar una canción grupal en su jardín preescolar en el sur de Chile cuando algo sorpresivo ocurrió: los demás pequeños cantantes entraron en pánico y desistieron.

"Gabriel se quedó tocando solo en el escenario y, después de terminar su tortura, se puso a llorar. Pero concluyó lo que le habían solicitado", recuerda su hermano Simón Boric en diálogo con BBC Mundo.

Tres décadas después, aquel niño que venció el miedo y se enfrentó a un público que tenía todos los ojos puestos en él, se convierte en el presidente más joven de la historia de Chile, al asumir el cargo este viernes sucediendo al mandatario saliente Sebastián Piñera.

Y las miradas vuelven a apuntar a él.

Con 36 años, este izquierdista ahora deberá interpretar el difícil acto de transformar el país que le encomendaron los millones de chilenos que lo eligieron en diciembre.

"En un momento en que el mundo cambia vertiginosamente Chile también tiene que cambiar y adaptarse. Representamos la fuerza de una época", dijo Boric en una entrevista con BBC Mundo en enero, justo después de anunciar su gabinete.

Pero, ¿cuáles son los hitos de la vida de este líder que surge en el renovado escenario político chileno?

Un quiebre generacional

Nacido en 1986 en Punta Arenas, en el extremo austral de Chile, en el seno de una familia de clase media alta con ascendencia croata y española, Boric es el mayor de tres hermanos.

Boric de niño

Fuente de la imagen, Archivo familiar

Su padre es ingeniero químico y ha militado en la Democracia Cristiana; su madre es secretaria.

La suya es la primera generación de chilenos que conoce más del régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990) por lo que otros les han contado que por experiencia propia.

Esta es una de las claves para entender la fractura que hay en la política chilena, que llevó tanto al triunfo de Boric en el balotaje de diciembre frente al derechista y reconocido defensor de Pinochet José Antonio Kast, como al desplome de los partidos tradicionales que gobernaron el país sudamericano desde el regreso a la democracia en 1990.

"El gran clivaje político hoy en Chile es generacional: entre la generación que nació en democracia y la más antigua, que vivió la experiencia del golpe de Estado, la dictadura, la transición a la democracia y aprendió ciertas lecciones", señala Robert Funk, politólogo de la Universidad de Chile.

"Los más jóvenes están ahora por experimentar su propio camino", le dice Funk a BBC Mundo.

Amor por el sur

La política y lo que ocurrió en los años de Pinochet eran temas de conversación en la familia de Boric, que es "muy diversa y profundamente democrática", cuenta su hermano Simón.

Agrega que al nuevo presidente de Chile también le interesan la poesía, la literatura y la historia, el fútbol y descubrir discos poco conocidos.

Boric de niño

Fuente de la imagen, Archivo familiar

Si bien tuvo una formación católica e hizo su primera comunión, Boric se define como agnóstico.

"Respeto mucho la fe de mi madre y a veces extraño el don de la fe pero no es algo que tenga en este momento y no creo que sea algo a lo que se puede recurrir solo en estado de necesidad", explicó en la misma entrevista.

Hizo su educación básica y secundaria en The British School de Punta Arenas, donde desde los primeros grados comenzó a mostrar vocación política al pedir el voto de sus pares para ser presidente de curso.

Crecer en un sitio aislado contribuyó a que cuestionara desde muy temprano el centralismo de su país.

"Desde que tengo uso de razón vengo escuchando la palabra descentralización sin que haya tenido mayores efectos en la vida cotidiana de las personas", selañó a BBC Mundo.

"Espero que al final de nuestro mandato tengamos un Chile descentralizado", agregó.

La ciudad de Punta Arenas lo ha marcado siempre.

El símbolo de su campaña, de hecho, provenía de allí: un árbol ciprés ubicado en el centro de la ciudad sureña, que solía trepar cuando era niño.

Boric con su familia tras el triunfo.

Fuente de la imagen, EPA

Pie de foto, Boric con su familia tras el triunfo.

Cuando se mudó a Santiago en 2004 para estudiar Derecho en la Universidad de Chile, Boric dejó a su novia en el sur y tuvo dificultades para acostumbrarse a la nueva vida capitalina.

El hecho que lo llevó a disciplinarse, ha explicado, fue un cáncer que le diagnosticaron a su hermano menor, Tomás, quien debió recibir tratamiento en Santiago.

Aunque se mantiene soltero, está en pareja con Irina Karamanos, una feminista de 32 años con quien inició una relación afectiva en 2019, el año del estallido social que cambió radicalmente el escenario político chileno.

En una entrevista con Don Francisco, Boric reveló que entre ellos se dicen "chofo" y "chofa", un apodo que proviene de alcachofa. "Nos gustan mucho las alcachofas", señaló.

Esto provocó que la alcachofa se transformara en otro de sus símbolos.

Irina Karamanos y Gabriel Boric

Fuente de la imagen, Convergencia Social

Pie de foto, Irina Karamanos y Gabriel Boric son pareja desde hace tres años.

De la universidad al Congreso

El ascenso político de Boric ha sido vertiginoso.

Una década atrás era un desconocido para muchos, hasta que en 2011 surgió como uno de los líderes del movimiento estudiantil que tomó las calles demandando del Estado educación de calidad y gratuita.

Entonces transcurría el primer gobierno del derechista Piñera.

Jóvenes partidarios de Boric con el puño en alto.

Fuente de la imagen, MARTIN BERNETTI / Getty

Pie de foto, Boric destacó primero como líder en las protestas estudiantiles.

Aquellas demandas estudiantiles recibieron amplio apoyo de la sociedad, según las encuestas, y sacudieron al país.

Un año más tarde, Boric fue electo presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), derrotando a una de las figuras más visibles de las protestas, la comunista Camila Vallejo, que se quedó con la vicepresidencia.

Boric, Vallejo y otros dos exdirigentes estudiantiles menores de 30 años (Giorgio Jackson y Karol Cariola) fueron electos diputados en 2013, al obtener cada uno la primera mayoría de votos en sus distritos.

Fueron las primeras señales de la nueva generación política que emergía en Chile.

En esos años Boric lucía el pelo largo y, como hoy, raramente usaba corbata.

Nunca se tituló en Derecho pese a haber completado casi toda la carrera: la abogacía, ha explicado, no era su vocación.

En cambio, se volcó por completo a la política, una actividad que hoy reivindica pese al desprestigio que tuvo en su país.

"La política no es un espacio de corrupción, mentiras y acomodos. La política puede ser un oficio honesto para las transformaciones sociales", sostuvo en la conversación con BBC Mundo.

"Me falta aprender"

Del cuarteto de jóvenes parlamentarios elegido en 2013, Boric era quizás el menos carismático, pero resultó ser el más efectivo.

En medio del estallido social de 2019 se alzó -como diputado reelecto- como una figura capaz de aunar y apoyó el acuerdo del 15 de noviembre para dar una salida política a la crisis y convocar a una Convención Constituyente para escribir una nueva Constitución que reemplace a la actual, heredada del régimen de Pinochet.

Manifestante en Chile.

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Pie de foto, Boric se reveló como una figura de consenso para la izquierda en el contexto de las protestas de 2019.

Fue un pacto que le valió críticas dentro de sus propias filas y alguna acusación de traición en las calles, pero no lo desanimaron.

Como tampoco lo desmoralizaron los ataques que recibió desde la centro-derecha, que lo acusó de radical por haberse reunido en París con Ricardo Palma Salamanca, condenado por el asesinato del senador chileno Jaime Guzmán en 1991, o por un video donde se lo ve recibir una camiseta con la imagen de éste baleado.

De hecho, en un acto poco común en el mundo político, Boric pidió disculpas por ambos hechos.

Quienes le conocen afirman que esa transparencia para reconocer problemas, carencias o errores propios es parte de su atractivo.

Durante la campaña, por ejemplo, sus adversarios le recordaron que él mismo había admitido hace algunos meses carecer de la "experiencia suficiente" para ser presidente: "Me falta aprender mucho", dijo.

También admitió antes de las primarias de julio -cuando dio la sorpresa al vencer al comunista Daniel Jadue para ser candidato presidencial del pacto Apruebo Dignidad- padecer un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) que le diagnosticaron cerca de los 12 años y por el cual toma medicamentos.

"Es algo que he logrado domesticar gracias la ciencia, esto no solo es voluntad", le dijo Boric a BBC Mundo.

"Hay un estigma respecto de la salud mental", afirmó.

Simpatizantes de Boric.

Fuente de la imagen, Getty Images

"Adaptarse sin maquiavelismos"

Boric ganó la segunda vuelta de diciembre como líder de un pacto entre el Frente Amplio —la coalición de izquierda que él mismo contribuyó a fundar en 2017— y el Partido Comunista.

Ahora asume acompañado de excompañeros del movimiento estudiantil, que ocupan cargos importantes en su gobierno: Vallejo, de 33 años, será la portavoz del Ejecutivo y Jackson, de 35, el secretario general de la Presidencia, el ministerio que se encarga de las relaciones del gobierno con el congreso.

La ex presidenta del Colegio Médico y ex dirigente estudiantil de la Universidad de Chile, Izkia Siches, también de 36 años, será la ministra del Interior.

Para llegar a La Moneda, Boric moderó su discurso de cambio radical en busca del apoyo de las fuerzas de centro.

Pero lo hizo sin desistir de la promesa de transformar el sistema de pensiones, aumentar la presencia del Estado en áreas como la educación y la salud, o atacar la desigualdad con una reforma tributaria que aumente la presión fiscal a los más ricos.

Celebraciones.

Fuente de la imagen, Getty Images

Esa es otra de sus virtudes, afirman sus cercanos: saber adaptarse sin dogmatismos ni maquiavelismos, cuando las transformaciones políticas en Chile parecen ir más rápido que la aguja del reloj.

"Lo que lo vuelve un buen político de estos tiempos es que está más abierto y atento a las señales que vienen que a un plan maquiavélico", indica Patricio Fernández, convencional constituyente que tiene una relación cercana con Boric desde hace una década.

A su juicio, la cuestión ahora es hasta dónde primará su capacidad de conquistar batallas en tan poco tiempo.

Igual que cuando subió a aquel escenario siendo apenas un niño preescolar, Boric tiene las miradas puestas en él. Y muchos se preguntan cómo terminará su sorprendente acto político.

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