Es casi un lugar común (muchas veces acertado) sostener que las remakes que se hacen Hollywood a partir de películas europeas resultan inferiores a las propuestas originales. Sin embargo, de vez en cuando surgen excepciones como Déjame entrar (Let Me In), versión estadounidense de la no menos notable producción sueca Let the Right One In, que en los cines argentinos se conoció como Criatura de la noche. A pesar de las excelentes críticas recibidas en todo el mundo, el film norteamericano dirigido por Matt Reeves (el mismo de Cloverfield: monstruo) no llegó a estrenarse en las salas locales y acaba de ser lanzado de manera directa en DVD por el sello AVH.

A la hora de concebir una remake, los productores estadounidenses suelen hacer todo de forma más grandilocuente, más espectacular y más obvia que sus colegas europeos. Nada de eso ocurre en esta muy respetuosa transposición que escribió el propio Reeves. La historia de Déjame entrar -que retrata la relación que se establece entre un niño y una niña de 13 años (Kodi Smit-McPhee y Chloë Moretz)- es desgarradora, emotiva e inocente a la vez y elude además todos los clichés del subgénero de vampiros juveniles vistos en la saga de Crepúsculo o en la serie True Blood.

Reeves opta por sostener los principales lineamientos del largometraje dirigido en 2008 por Tomas Alfredson (la acción también transcurre en 1983, aunque en este caso en el pueblo Los Alamos del estado de Nuevo México, con Ronald Reagan dando un discurso en televisión y con Culture Club y David Bowie en la banda de sonido) y los pocos agregados (como una tensa escena de acción en la mitad del relato o un mayor despliegue de efectos visuales) no sólo no traicionan sino que por momentos hasta potencian los logros del film original, que tan bien había retratado la soledad, la descontención, la angustia y la violencia escolar que arrecia entre los preadolescentes.

(Publicada previamente en La Nación).