Lorna Doone (1951), de Phil Karlson

Adaptación de la obra de R.D. Blackmore, varias veces llevada al cine. En la Inglaterra del siglo XVII posterior a Cromwell, el enfrentamiento entre campesinos y nobles se ve tamizado por un enamoramiento entre un chico plebeyo, John Reed, y una joven de sangre azul (incluso más azul de lo que se cree), la Lorna Doone del título. En realidad la cosa se remonta a la niñez de ambos, cuando John, tras ser asesinado su padre, escaló una impresionante catarata para acceder al castillo de los Doone, y reclamar justicia por ese crimen; pues se topó con una amable niña llamada Lorna, que hasta le curó su mano lastimada, vendándola con su pañuelito bordado.

Título de aventuras a la vieja usanza y con añejo technicolor, no faltan las peleas de espadachines, y elementos folletinescos como un injusto latigamiento o el disparo que recibe Lorna el día de su boda.