Premios: 7 Goya Ver más
El guionista que nunca existió
Rafael Azcona, decano de los guionistas españoles, y responsable de varios clásicos indiscutibles, ha fallecido el lunes 24 de marzo, como consecuencia de un cáncer de pulmón. Su esposa ha explicado que fue incinerado, como era su deseo. Tenía 81 años y había sido galardonado con el Premio Nacional de Cinematografía. Además, recibió seis Goyas como guionista y otro más de carácter honorífico. Su especialidad eran las historias de personajes de la calle, humildes, a los que retrataba con realismo, aunque exageraba sus características hasta un nivel estrambótico y esperpéntico.
Aunque sus trabajos tiraban a ser ácidos y corrosivos, de la figura de Rafael Azcona destaca su gran humildad. No le gustaba acaparar el protagonismo, y durante muchísimo tiempo rehusaba acudir a actos públicos y homenajes. Tan es así que, como nadie le había visto y tenía en su haber demasiadas películas notables, durante un tiempo circuló el rumor de que Rafael Azcona no existía. Se llegó a decir que Luis García Berlanga, José Luis García Sánchez, Marco Ferreri, José Luis Cuerda y Fernando Trueba habían conspirado para inventárselo y para poner su nombre como responsable de los guiones de sus películas. Esta leyenda urbana le hacía mucha gracia al propio Azcona, que dejó que circulara hasta el final de su vida, cuando empezó a animarse a dar conferencias y a acudir a recibir algún que otro premio.
Nacido el 24 de octubre, de 1926 en Logroño, desde pequeño ya encaraba la vida con mucho humor. “Yo fui bajito desde niño. Recuerdo con tristeza aquellos días de mi infancia... Todos los niños eran más altos que yo, y las personas mayores, siempre tan sensatas, decían al verme: este crío parece imbécil... ¿Por qué no engorda como todo el mundo?”, comentó Azcona en sus memorias, tituladas precisamente Memorias de un señor bajito. Durante la posguerra, decidió abandonar su tierra natal, para ir a la capital de España en busca de fortuna. Allí intentó ganarse la vida como novelista, y se hizo amigo del humorista Antonio Mingote, que le apadrinó para trabajara en la revista ‘La Codorniz’. En aquella legendaria publicación, empezó a retratar las penurias de la España de la época con humor, pues siempre defendió el valor terapéutico de la risa. “No es bueno reírse de todo, pero no reírse de nada es terrible”, explicó Azcona.
El italiano Marco Ferreri se fijó en una de sus novelas, El pisito, y le contrató para que coescribieran juntos la adaptación. Azcona siempre comentaba que fue Ferreri quien le enseñó los trucos del oficio, porque por aquel entonces no sabía cómo se elaboraba un guión. “Me explicó que trazara una línea para dividir el folio de arriba a abajo. A la izquierda debía escribir la acción, y a la derecha los diálogos”, recordaba el veterano Azcona. “Me dijo que el secreto de la profesión estaba en que lo escribiera de tal forma que leyendo lo de la derecha no se entendiera lo de la izquierda”.
La experiencia fue tan satisfactoria para ambos, que repetirían poco después con El cochecito, otro clásico de la comedia española. Su película conjunta más escandalosa fue La gran comilona, por su chocante argumento –cuatro amigos se encierran en un caserón para comer hasta morir–, que se interpretó de muy diversas maneras, desde una crítica al consumismo salvaje, hasta una constatación del nihilismo surgido tras los sucesos de mayo del 68.
Luis García Berlanga, con quien había coescrito Se vende un tranvía, de Juan Estelrich, le reclama para coescribir con él Plácido, ingeniosa sátira de las costumbres navideñas de la época. Sin duda, Berlanga fue el director con el que mejor se complementó Azcona. Su unión dio lugar a títulos memorables como El verdugo, probablemente su mejor guión cinematográfico, pues a pesar de tratar un tema tan espinoso como la pena de muerte, lo hizo con elegancia y humor. Juntos colaboraron también en Las pirañas, ¡Vivan los novios!, Tamaño natural, Moros y cristianos, La vaquilla, un episodio del film colectivo Las cuatro verdades y también en La escopeta nacional y sus dos secuelas: Patrimonio nacional y Nacional III. “Tenemos un método de trabajo bastante curioso. Berlanga y yo nos reunimos, charlamos muchísimo en un bar, en torno a unas cervezas, de todos los temas posibles menos de la película. Y luego me voy a mi casa y empiezo a escribir el guión”.
Le requerían bastante en Italia, donde era conocido por sus trabajos con Ferreri. Además, varios directores españoles eran tan conscientes del talento de Azcona que recurrían a él casi siempre. Por ejemplo, José Luis García Sánchez (La corte de Faraón, Franky Banderas, El rey del río, Tranvía a la Malvarrosa, etc.), José Luis Cuerda (El bosque animado, La lengua de las mariposas) y Fernando Trueba (El año de las luces, Belle Epoque, La niña de tus ojos), aunque su filmografía es bastante larga. Siempre les cedió a los directores el protagonismo, se situó en un segundo plano, y comentaba que un guionista debía ser consciente de que sus trabajos eran para que luego se hicieran cambios de última hora. “El autor de un film es siempre el director. Para mí eso está tan claro que no comprendo el afán ansioso de algunos por proclamarlo”, comentó Azcona, que siempre bromeaba sobre su profesión. “De una actriz de Hollywood decían que era tan tonta que se acostaba con los guionistas”, dijo en una ocasión. Siempre le gustaba dar consejos a los jóvenes guionistas. “Si te reúnes con un productor y te pregunta si tienes algún proyecto en mente, dile que sí, pero es mejor que te calles. Ni se te ocurra comentarle ninguna idea. Porque él siempre tendrá en mente hacer una película con el actor de moda o algo así, y si tu idea no le sirve, llamará a otro guionista”. Y es que hablaba con mucho humor de los productores. “Siempre dicen que lo más importante de una película es el guión, pero si se les pregunta por qué nos pagan tan poco a los guionistas, simplemente se ríen”.
Premios
Ganador de 1 premio
- Guión adaptado Los girasoles ciegos
Ganador de 1 premio
- Guión adaptado La lengua de las mariposas
Ganador de 1 premio
- Guión adaptado Tirano Banderas
Ganador de 1 premio
- Guión original Belle epoque
Ganador de 1 premio
- Guión adaptado ¡Ay, Carmela!
Ganador de 1 premio
- Guión original El bosque animado