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Resident Evil: Welcome to Raccoon City, crítica. ¿La mejor adaptación de la saga?

La película dirigida y escrita por Johannes Roberts perfila los orígenes de la historia apoyándose en los juegos, pero de forma libre.

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Resident Evil: Welcome to Raccoon City, crítica. ¿La mejor adaptación de la saga?

1998, Raccoon City. Suena el tecleteo incesante de una máquina de escribir. En el mismo momento en el que redactan el informe, un camionero se acerca a la ciudad. El hombre recoge a Claire Redfield y se dirige hacia la urbe controlada por Umbrella Corporation. Resident Evil: Welcome to Raccoon City es la nueva apuesta cinematográfica de Sony Pictures y Constantin Film, un reinicio que no tiene nada que ver con la saga previa de películas, la de Paul WS. Anderson, más allá de que está basada en los mismos juegos desarrollados por Capcom.

Johannes Roberts se pone tras las cámaras y es el autor del guion de la cinta, que se nutre de los videojuegos originales para trazar una visión propia y alternativa. Mezcla sucesos de las tres primeras entregas y los sazona con elementos inéditos, aunque no todos ellos funcionen como es debido. El trasfondo de los hermanos Claire y Chris articula parte de la narración, pues ambos pasaron su niñez en el orfanato de la ciudad. Llegado el momento, la niña logró escapar, pero una vez alcanzada la edad adulta, su pasado se encuentra con el presente.

Resident Evil: Welcome to Raccoon City no es un filme de terror como tal, pero sí captura bien el espíritu serie B de los primeros videojuegos. Esta es una historia de zombis con mucha acción, humor y no poca sangre. Le falta tensión, un poquito de esa sensación persecutoria que nos lamía los pies en las obras originales. Además, resulta extraño que los muertos vivientes conserven la capacidad de habla. A lo largo de casi dos horas de metraje, los supervivientes se topan con numerosas criaturas aparecidas en el título de Capcom, lo que incluye los licker y alguna que otra sorpresa que no revelaremos.

Historias confluyentes y un Leon que no convence

Claire Redfield no tarda en descubrir que algo anda muy mal en Raccoon City. Al mismo tiempo, Leon S. Kennedy cumple su primera jornada como policía. Lo hace entre mofas de todos sus compañeros: ejemplo de ello es la escena de la comisaría en la que el jefe de policía Irons y los agentes Jill y Wesker lo ridiculizan y lo tratan como un auténtico inútil... y lo peor es que no van muy desencaminados. El traje de novato le queda que ni pintado, ya que Leon es es incapaz de hacer algo bien. Evoluciona poco y funciona como una especie de alivio cómico que no encaja con la naturaleza del personaje. En su intento de ser gracioso se convierte en una caricatura absurda e irrespetuosa con su legado. Sin duda, lo peor de la película.

La historia se desarrolla en varias localizaciones principales: la Mansión Spencer, la comisaría de policía, el orfanato y la propia ciudad. Hay que reconocer el cuidado que se han tomado a la hora de reproducir las localizaciones. La parte puramente de acción también es fiel a la esencia de los videojuegos, al igual que los innumerables guiños y huevos de pascua que se han colocado cuidadosamente en distintos puntos de la película.

Aunque cada una de las tramas principales arranca en distintos puntos, al final confluyen en una historia común, un desenlace abierto que abre las puertas a futuras entrega. Puede que Resident Evil: Welcome to Raccoon City no sea una gran película, pero sí es una cinta que te hace pasar un buen rato en el cine y que es lo suficientemente fiel como para que sea considerada una adaptación a tener en cuenta. Se estrenará en cines el 26 de noviembre.

Lo mejor

  • La representación de Raccoon City
  • No es de terror, pero como película de zombis funciona
  • La cantidad de guiños para los fans

Lo peor

  • El personaje de Leon como alivio cómico resulta ridículo, una caricatura
  • No logra capturar la tensión de los primeros videojuegos