5.3 El reinado de Fernando VII - El reinado de Fernando VII: liberalismo frente a absolutismo. El - Studocu
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5.3 El reinado de Fernando VII

BLOQUE 5 HISTORIA DE ESPAÑA
Asignatura

Historia de España

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TitulaciónNota

Bachillerato

2º Bachillerato
Año académico: 2022/2023

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  1. El reinado de Fernando VII: liberalismo frente a absolutismo. El proceso de independencia de las colonias americanas

Tras la derrota del Imperio Napoleónico, los monarcas europeos vuelven a sus tronos restaurando el absolutismo. En España, el regreso de Fernando VII “el Deseado”, aclamado como rey legítimo significó la anulación del proceso constitucional que habían supuesto las cortes de Cádiz.

La primera etapa del reinado de Fernando VII tuvo lugar entre los años 1814 y 1820 y fue un periodo absolutista. El rey aceptó la propuesta de los absolutistas recogida en El Manifiesto de los Persas y anuló la Constitución de 1812, así como el resto de las leyes promulgadas por las Cortes de Cádiz. Inició una dura represión contra los liberales, se disuelven las cortes y se vuelve a las Instituciones del Antiguo Régimen restaurándose el sistema de privilegios y el Tribunal de Inquisición. Esta vuelta al absolutismo supuso varios problemas como la inestabilidad en el gobierno, crisis de hacienda estatal y la oposición de los liberales organizada en torno a sociedades secretas y pronunciamientos militares sin éxito.

La segunda etapa, conocida como Trienio Liberal (1820-1823), fue menos absolutista y algo más liberal. Tras varios pronunciamientos fallidos durante el reinado de Fernando VII, en 1820 se da el pronunciamiento de Riego en Cabezas de San Juan (Sevilla) que logró un amplio apoyo a favor de la Constitución de 1812. El rey se vio obligado a aceptarla, con una política moderada, en la que se tuvieron en cuenta derechos individuales, libertad de prensa... Además, se ponen en marcha políticas como la supresión de la Inquisición, el restablecimiento de las leyes aprobadas en las cortes de Cádiz y de la desamortización de 1813. También se suprime el mayorazgo y se crea el Primer Código Penal y el Primer Reglamento General de Instrucción Pública.

Sin embargo, durante esta época, los liberales se vieron divididos en moderados, que defendían la aplicación de las reformas de Cádiz, y exaltados, que defendían reformas más profundas y destacaron Riego, Álvarez Mendizábal y Alcalá Galiano. Mientras tanto, el propio Fernando VII alentaba conspiraciones absolutistas para hacer caer el liberalismo. A este objetivo se unieron las potencias absolutistas europeas, enviando el ejército conocido como los “Cien Mil Hijios de san Luis” por ser, en su mayoría, soldados franceses, que finalmente lograron expulsar a los liberales del gobierno.

La tercera etapa (1823-1833), conocida como la Década Ominosa, cuando se vuelven a restablecer todas las instituciones del Antiguo Régimen excepto la Inquisición aunque políticamente se pone en marcha un reformismo moderado. Este periodo se caracterizó por la represión de los liberales, que se exiliaron a Gran Bretaña y Francia; las reformas con la moderada liberalización del comercio, y el Ministerio de Fomento para fomentar el desarrollo económico. Por último, la aparición del carlismo. Se desarrolla con el nacimiento de la futura Isabel II, que eliminaba a Carlos Mª Isidro del trono debido a la Pragmática Sanción, decreto que anulaba la Ley Sálica. Esto señaló la debilidad del rey y una amenaza para los absolutistas más radicales de la vuelta al liberalismo. En 1833 muere FVII y comienza la 1ª Guerra carlista.

En cuanto a la Independencia de las colonias americanas, fueron los criollos (descendientes de españoles) quienes tomaron la iniciativa por su gran descontento por tener vedado el acceso a grandes cargos político en las colonias y por sus limitaciones al libre comercio. La influencia de ideas ilustradas y la crisis política por la invasión napoleónica también influyó. El ejército español sofocó las primeras insurrecciones, pero, a partir de 1818 líderes como Simón Bolívar y José de san Martín lideraron la lucha. A partir de pocas batallas decisivas, como la de Ayacucho (Perú, 1824) se logró la independencia. Para entonces, España solo conservaba las colonias del Caribe, por lo que la independencia de las colonias americanas supuso una fuerte pérdida de recursos económicos. Este período, el reinado de FVII y la independencia de la América española, cierra el Antiguo Régimen.

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5.3 El reinado de Fernando VII

Asignatura: Historia de España

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5.3. El reinado de Fernando VII: liberalismo frente a absolutismo. El proceso de independencia de las
colonias americanas
Tras la derrota del Imperio Napoleónico, los monarcas europeos vuelven a sus tronos restaurando el
absolutismo. En España, el regreso de Fernando VII “el Deseado”, aclamado como rey legítimo significó
la anulación del proceso constitucional que habían supuesto las cortes de Cádiz.
La primera etapa del reinado de Fernando VII tuvo lugar entre los años 1814 y 1820 y fue un periodo
absolutista. El rey aceptó la propuesta de los absolutistas recogida en El Manifiesto de los Persas y anuló
la Constitución de 1812, así como el resto de las leyes promulgadas por las Cortes de Cádiz. Inició una dura
represión contra los liberales, se disuelven las cortes y se vuelve a las Instituciones del Antiguo Régimen
restaurándose el sistema de privilegios y el Tribunal de Inquisición. Esta vuelta al absolutismo supuso
varios problemas como la inestabilidad en el gobierno, crisis de hacienda estatal y la oposición de los
liberales organizada en torno a sociedades secretas y pronunciamientos militares sin éxito.
La segunda etapa, conocida como Trienio Liberal (1820-1823), fue menos absolutista y algo más liberal.
Tras varios pronunciamientos fallidos durante el reinado de Fernando VII, en 1820 se da el
pronunciamiento de Riego en Cabezas de San Juan (Sevilla) que logró un amplio apoyo a favor de la
Constitución de 1812. El rey se vio obligado a aceptarla, con una política moderada, en la que se tuvieron
en cuenta derechos individuales, libertad de prensa… Además, se ponen en marcha políticas como la
supresión de la Inquisición, el restablecimiento de las leyes aprobadas en las cortes de Cádiz y de la
desamortización de 1813. También se suprime el mayorazgo y se crea el Primer Código Penal y el Primer
Reglamento General de Instrucción Pública.
Sin embargo, durante esta época, los liberales se vieron divididos en moderados, que defendían la
aplicación de las reformas de Cádiz, y exaltados, que defendían reformas más profundas y destacaron
Riego, Álvarez Mendizábal y Alcalá Galiano. Mientras tanto, el propio Fernando VII alentaba
conspiraciones absolutistas para hacer caer el liberalismo. A este objetivo se unieron las potencias
absolutistas europeas, enviando el ejército conocido como los “Cien Mil Hijios de san Luis” por ser, en su
mayoría, soldados franceses, que finalmente lograron expulsar a los liberales del gobierno.
La tercera etapa (1823-1833), conocida como la Década Ominosa, cuando se vuelven a restablecer todas
las instituciones del Antiguo Régimen excepto la Inquisición aunque políticamente se pone en marcha un
reformismo moderado. Este periodo se caracterizó por la represión de los liberales, que se exiliaron a
Gran Bretaña y Francia; las reformas con la moderada liberalización del comercio, y el Ministerio de
Fomento para fomentar el desarrollo económico. Por último, la aparición del carlismo. Se desarrolla con
el nacimiento de la futura Isabel II, que eliminaba a Carlos Mª Isidro del trono debido a la Pragmática
Sanción, decreto que anulaba la Ley Sálica. Esto señaló la debilidad del rey y una amenaza para los
absolutistas más radicales de la vuelta al liberalismo. En 1833 muere FVII y comienza la 1ª Guerra carlista.
En cuanto a la Independencia de las colonias americanas, fueron los criollos (descendientes de
españoles) quienes tomaron la iniciativa por su gran descontento por tener vedado el acceso a grandes
cargos político en las colonias y por sus limitaciones al libre comercio. La influencia de ideas ilustradas y la
crisis política por la invasión napoleónica también influyó. El ejército español sofocó las primeras
insurrecciones, pero, a partir de 1818 líderes como Simón Bolívar y José de san Martín lideraron la lucha. A
partir de pocas batallas decisivas, como la de Ayacucho (Perú, 1824) se logró la independencia. Para
entonces, España solo conservaba las colonias del Caribe, por lo que la independencia de las colonias
americanas supuso una fuerte pérdida de recursos económicos. Este período, el reinado de FVII y la
independencia de la América española, cierra el Antiguo Régimen.

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  1. El reinado de Fernando VII: liberalismo frente a absolutismo. El proceso de independencia de las colonias americanas

Tras la derrota del Imperio Napoleónico, los monarcas europeos vuelven a sus tronos restaurando el absolutismo. En España, el regreso de Fernando VII “el Deseado”, aclamado como rey legítimo significó la anulación del proceso constitucional que habían supuesto las cortes de Cádiz.

La primera etapa del reinado de Fernando VII tuvo lugar entre los años 1814 y 1820 y fue un periodo absolutista. El rey aceptó la propuesta de los absolutistas recogida en El Manifiesto de los Persas y anuló la Constitución de 1812, así como el resto de las leyes promulgadas por las Cortes de Cádiz. Inició una dura represión contra los liberales, se disuelven las cortes y se vuelve a las Instituciones del Antiguo Régimen restaurándose el sistema de privilegios y el Tribunal de Inquisición. Esta vuelta al absolutismo supuso varios problemas como la inestabilidad en el gobierno, crisis de hacienda estatal y la oposición de los liberales organizada en torno a sociedades secretas y pronunciamientos militares sin éxito.

La segunda etapa, conocida como Trienio Liberal (1820-1823), fue menos absolutista y algo más liberal. Tras varios pronunciamientos fallidos durante el reinado de Fernando VII, en 1820 se da el pronunciamiento de Riego en Cabezas de San Juan (Sevilla) que logró un amplio apoyo a favor de la Constitución de 1812. El rey se vio obligado a aceptarla, con una política moderada, en la que se tuvieron en cuenta derechos individuales, libertad de prensa... Además, se ponen en marcha políticas como la supresión de la Inquisición, el restablecimiento de las leyes aprobadas en las cortes de Cádiz y de la desamortización de 1813. También se suprime el mayorazgo y se crea el Primer Código Penal y el Primer Reglamento General de Instrucción Pública.

Sin embargo, durante esta época, los liberales se vieron divididos en moderados, que defendían la aplicación de las reformas de Cádiz, y exaltados, que defendían reformas más profundas y destacaron Riego, Álvarez Mendizábal y Alcalá Galiano. Mientras tanto, el propio Fernando VII alentaba conspiraciones absolutistas para hacer caer el liberalismo. A este objetivo se unieron las potencias absolutistas europeas, enviando el ejército conocido como los “Cien Mil Hijios de san Luis” por ser, en su mayoría, soldados franceses, que finalmente lograron expulsar a los liberales del gobierno.

La tercera etapa (1823-1833), conocida como la Década Ominosa, cuando se vuelven a restablecer todas las instituciones del Antiguo Régimen excepto la Inquisición aunque políticamente se pone en marcha un reformismo moderado. Este periodo se caracterizó por la represión de los liberales, que se exiliaron a Gran Bretaña y Francia; las reformas con la moderada liberalización del comercio, y el Ministerio de Fomento para fomentar el desarrollo económico. Por último, la aparición del carlismo. Se desarrolla con el nacimiento de la futura Isabel II, que eliminaba a Carlos Mª Isidro del trono debido a la Pragmática Sanción, decreto que anulaba la Ley Sálica. Esto señaló la debilidad del rey y una amenaza para los absolutistas más radicales de la vuelta al liberalismo. En 1833 muere FVII y comienza la 1ª Guerra carlista.

En cuanto a la Independencia de las colonias americanas, fueron los criollos (descendientes de españoles) quienes tomaron la iniciativa por su gran descontento por tener vedado el acceso a grandes cargos político en las colonias y por sus limitaciones al libre comercio. La influencia de ideas ilustradas y la crisis política por la invasión napoleónica también influyó. El ejército español sofocó las primeras insurrecciones, pero, a partir de 1818 líderes como Simón Bolívar y José de san Martín lideraron la lucha. A partir de pocas batallas decisivas, como la de Ayacucho (Perú, 1824) se logró la independencia. Para entonces, España solo conservaba las colonias del Caribe, por lo que la independencia de las colonias americanas supuso una fuerte pérdida de recursos económicos. Este período, el reinado de FVII y la independencia de la América española, cierra el Antiguo Régimen.