El extraño (2022), de Chloe Okuno

Julia se muda con su marido rumano Francis a Bucarest, donde a él le han ofrecido un buen puesto de marketing en la oficina de su empresa en esa ciudad. Ella, actriz en paro y sin perspectivas, y desconocedora del idioma local, mata el tiempo y empieza a obsesionarse con un desconocido que entre sombras le observa desde la casa de enfrente. Porque cerca de ahí ha aparecido una mujer muerta violentamente, y se sospecha que es una de las víctimas de un asesino en serie. Y tiene la sensación de alguien la vigila y la sigue.

Lograda muestra de cine de terror y suspense, de atmósfera casi perfecta, escrita y dirigida por Chloe Okuno, quien reescribió un guión previo de Zack Ford situado previamente en Nueva York. Dificultades presupuestarias obligaron a rodar en la capital de Rumanía, lo que lejos de ser un problema acabó convirtiéndose en una ventaja, pues Bucarest con su aspecto viejuno se convierte en el marco inquietante ideal para la trama, incluso se juega con la figura de un muñequito de Drácula para ofrecer más subtexto amenazante.

La película es en apariencia de una sencillez extrema, tenemos una mujer que cree que está en peligro, que un “voyeur” la acecha; y su marido comprensivo está de su lado, avisa a la policía y demás, pero a la vez le vemos dubitativo, dudas que se pretende que el espectador comparta para que nos preguntemos si la vida de Julia está en juego, o más bien está perdiendo la cabeza. Hay evidentes guiños al cine de Alfred Hitchcock, por supuesto a La ventana indiscreta, y en el personaje del vecino que vive con su padre podríamos ver ecos del Anthony Perkins de Psicosis.

Pero por suerte la película no pretende convertirse en un encadenado de homenajes, sino crear zozobra, ya sea en el cine donde se proyecta Charada –vale, de acuerdo, otro homenaje, ¿por qué no?– y en que alguien se sienta a la espalda de la protagonista, y sobre todo en el pasaje del vagón de metro, de una intensidad abrumadora. Y se juega bien con elementos como los vecinos del inmueble de Julia, o los jefes de Francis, que comen en casa u organizan algún acto social.

Es verdad que la película no es perfecta, sobra especialmente la sordidez del club de voyeurismo sexual, y hay algunos titubeos en el tramo final, cuando hay que poner las cartas boca arriba cara al desenlace. Pero en líneas generales hay que señalar que Okuno sale airosa del desafío con creces, con sustos de buena ley y uso inteligente del sonido. El reparto está compuesto de desconocidos entre los que destacan Maika Monroe, la dama que está como pez fuera del agua, Karl Glusman, el marido que no sabe cómo acertar, y Burn Gorman, actor de expresivo rostro inquietante, que ya llamó la atención como el productor Charles Bluhdorn en la serie La oferta sobre el rodaje de El padrino.