Paulo Freire, una pedagog�a de la esperanza

 

Paulo Freire

 

Pedagogo de los oprimidos y transmisor de la pedagog�a de la esperanza

 

Enrique Mart�nez-Salanova S�nchez

 

 

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Paulo Freire


Paulo Freire (1921-1997) fue uno de los mayores y m�s significativos pedagogos del siglo XX. Con su principio del di�logo, ense�� un nuevo camino para la relaci�n entre profesores y alumnos. Sus ideas influenciaron e influencian los procesos democr�ticos por todo el mundo. Fue el pedagogo de los oprimidos y en su trabajo transmiti� la pedagog�a de la esperanza. Influy� en las nuevas ideas liberadoras en Am�rica Latina y en la teolog�a de la liberaci�n, en las renovaciones pedag�gicas europeas y africanas, y su figura es referente constante en la pol�tica liberadora y en a educaci�n. Fue emigrante  y exilado por razones pol�ticas por causa de las dictaduras. Por mucho tiempo, su domicilio fue el Consejo Mundial de las Iglesias en Ginebra, Suiza.


Biograf�a de Paulo Freire


Naci� en Recife, Brasil, en 1921. En 1947, fue director del Departamento de Educaci�n y Cultura del Servicio Social de la Industria. Estudi� letras y se doctor� en 1959 en Filosof�a e Historia de la Educaci�n con la tesis Educaci�n y actualidad brasile�a, en la que se sientan las bases de su m�todo, seg�n el cual todo proceso educativo debe partir de la realidad que rodea a cada individuo.

En los a�os 50, perteneci� al primer Consejo Estatal de Educaci�n de Pernambuco. En 1961, fue nombrado director del Departamento de Extensi�n Cultural de la Universidad de Recife. En 1963 puso en pr�ctica su primer experiencia educativa de grupo, dentro de la Campa�a Nacional de Alfabetizaci�n, consiguiendo la alfabetizaci�n de 300 trabajadores rurales en mes y medio. Fue acusado por la oligarqu�a y por ciertos sectores de la Iglesia de agitador pol�tico.

Como consecuencia del golpe militar de 1964, debi� abandonar su actividad, calificada de subversiva, y busc� refugio en Chile, donde particip� en diversos planes del gobierno democristiano de Eduardo Frei, como el programa de educaci�n de adultos del Instituto Chileno para la Reforma Agraria (ICIRA). En Chile escribe Pedagog�a del oprimido, cuyo contenido desagrad al gobierno de Santiago.

Profesor de la Universidad de Harvard, colabor� con los grupos dedicados a la reforma educativa en los �mbitos rurales y urbanos. En 1970 se traslad� a Ginebra (Suiza), donde trabaj� en los programas de educaci�n del Consejo Mundial de las Iglesias.

Despu�s de diecis�is a�os de exilio, en 1980 volvi� a Brasil, impartiendo docencia en la Universidade Estadual de Campinas y en la Pontif�cia Universidade Cat�lica de S�o Paulo, ciudad esta �ltima de la que fue Secret�rio de Educa��o. En 1986, recibi� el premio internacional Paz y Educaci�n de la UNESCO. Fue investido doctor honoris causa por una veintena de universidades de todo el mundo.


El contexto en el que se inici� Paulo Freire


Pablo Freire conoci� desde ni�o la realidad del nordeste brasile�o, en el que hasta hac�a poco se viv�a en esclavitud y que por aquellos tiempos las clases rurales viv�an en relaciones laborales de opresi�n, marginadas del proceso social, pol�tico y econ�mico y sin participaci�n alguna en las decisiones importantes para el pa�s.

Es ah� donde se introduce Paulo Freire, que intenta que sus coterr�neos rompan su pasividad y silencio, que reconozcan la fuerza de su unidad transformadora, que adquieran la capacidad cr�tica para relacionarse con la sociedad y que se liberen de sus ataduras, �nica posibilidad de cambio de la sociedad. Se inserta en las nuevas ideas revolucionarias que exist�an en Am�rica Latina en los a�os 60, imbuido del lenguaje de liberaci�n surgido de de las corrientes m�s avanzadas del catolicismo, que provocaron la teolog�a de la liberaci�n, y utilizando elementos de la dial�ctica marxista para la visi�n y comprensi�n de la historia.


La pedagog�a del oprimido, como pedagog�a humanista y liberadora tendr�, pues, dos momentos distintos aunque interrelacionados. El primero, en el cual los oprimidos van desvelando el mundo de la opresi�n y se van comprometiendo, en la praxis, con su transformaci�n, y, el segundo, en que, una vez transformada la realidad opresora, esta pedagog�a deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagog�a de los hombres en proceso de permanente liberaci�n  Paulo Freire


El pensamiento de Paulo Freire


Paulo Freire se ocup� de los hombres y mujeres no letrados, de aquellos llamados los desarrapados del mundo, de aquellos que no pod�an construirse un mundo de signos escritos y abrirse otros mundos, entre ellos, el mundo del conocimiento (sistematizado) y el mundo de la conciencia (cr�tica). Porque para Freire el conocimiento no se transmite, se est� construyendo:  el  acto  educativo  no  consiste  en  una transmisi�n de  conocimientos, es el goce de la construcci�n de un mundo com�n. Juan Manuel Fern�ndez Moreno (ILCE)


Deshumanizaci�n


La �deshumanizaci�n es la consecuencia de la opresi�n, y afecta a los oprimidos y a quienes oprimen.

 Los oprimidos, en reacci�n contra los opresores, a quienes idealizan, desean convertirse a su vez en opresores. Es una gran contradicci�n, que desaf�a al oprimido proponi�ndole una nueva f�rmula, transformarse en los restauradores de la libertad de ambos.  De esta forma, deber�a nacer un hombre nuevo que supere la contradicci�n: ni opresor ni oprimido: un hombre liber�ndose, humaniz�ndose.


Educaci�n Bancaria: el saber como un dep�sito


En la concepci�n bancaria, el sujeto de la educaci�n es el educador el cual conduce al educando en la memorizaci�n mec�nica de los contenidos. Los educandos son as� una especie de recipientes en los que se deposita el saber.  El �nico margen de acci�n posible para los estudiantes es el de archivar los conocimientos, convertidos en objetos del proceso, padeciendo pasivamente la acci�n del educador.

De este modo, a mayor pasividad, con mayor facilidad los oprimidos se adaptar�n al mundo y m�s lejos estar�n de transformar la realidad. La educaci�n bancaria es, por tanto, un instrumento de opresi�n.


 Educaci�n Problematizadora: di�logo liberador


La propuesta de Freire es la Educaci�n Problematizadora que niega el sistema unidireccional propuesto por la Educaci�n bancaria ya que da existencia a una comunicaci�n de ida y vuelta, y elimina la contradicci�n entre educadores y educandos. Ambos, educador y educandos, se educan entre s� mientras se establece un di�logo en el cual tiene lugar el proceso educativo. Con la �Educaci�n Problematizadora� se apunta claramente hacia la liberaci�n y la independencia, pues destruye la pasividad del educando y lo incita a la b�squeda de la transformaci�n de la realidad, en la que opresor y oprimido encontrar�n la liberaci�n humaniz�ndose.  


La dialogicidad: Esencia de la educaci�n como pr�ctica de libertad


El di�logo es un fen�meno humano por el cual se nos revela la palabra, de la que podemos decir que es el di�logo mismo. Por ello hay que buscar la palabra y sus elementos constitutivos. Descubrimos as� que no hay palabra verdadera que no sea una uni�n inquebrantable entre acci�n y reflexi�n y, por ende, que no sea praxis. De ah� que decir la palabra verdadera sea transformar el mundo.

La palabra inaut�ntica no puede transformar la realidad, pues privada de su dimensi�n activa, se transforma en palabrer�a, en mero verbalismo, palabra alienada y alienante, de la que no hay que esperar la denuncia del mundo, pues no posee compromiso al no haber acci�n. Sin embargo,  cuando la palabra hace exclusiva referencia  a la acci�n, se convierte en activismo, minimiza la reflexi�n, niega la praxis verdadera e imposibilita el di�logo.

Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acci�n, en la reflexi�n. El di�logo implica un encuentro de los hombres para la transformaci�n del mundo, por lo que se convierte en una exigencia existencial.

Y no podemos dejar de recordar que para Freire, la palabra tiene dos fases constitutivas indisolubles: acci�n y reflexi�n. Ambas en relaci�n dial�ctica establecen la praxis del proceso transformador. La reflexi�n sin acci�n, se reduce al verbalismo est�ril y la acci�n sin reflexi�n es activismo. La palabra verdadera es la praxis, porque los hombres deben actuar en el mundo para humanizarlo, transformarlo y liberarlo.

�La noche de los pobres�, de Diego Rivera


El m�todo de Paulo Freire


El m�todo de Freire es fundamentalmente un m�todo de cultura popular, que, a su vez, se traduce en una pol�tica popular: no hay cultura del pueblo sin pol�tica del pueblo. Por este motivo, su labor apunta principalmente a concienciar y a politizar. Freire no confunde los planos pol�tico y pedag�gico: ni se absorben, ni se contraponen. Lo que hace es distinguir su unidad bajo el argumento de que el hombre se hace historia y busca reencontrarse; es el movimiento en el que busca ser libre. �sta es la educaci�n que busca ser pr�ctica de la libertad.

La metodolog�a surge de la pr�ctica social para volver, despu�s de la reflexi�n, sobre la misma pr�ctica y transformarla. De esta manera, la metodolog�a est� determinada por el contexto de lucha en que se ubica la pr�ctica educativa: el marco de referencia est� definido por lo hist�rico y no puede ser r�gido ni universal, sino que tiene que ser construido por los hombres, en su calidad de sujetos cognoscentes, capaces de transformar su realidad.

La manera en que Freire concibe la metodolog�a quedan expresadas las principales variables que sirven de coordenadas al proceso educativo como acto pol�tico y como acto de conocimiento; �stas son: la capacidad creativa y transformadora del hombre; la capacidad de asombro, que cualquier persona tiene, sin importar la posici�n que ocupe en la estructura social; la naturaleza social del acto de conocimiento y la dimensi�n hist�rica de �ste.

Otras caracter�sticas del m�todo de Freire son su movilidad y capacidad de inclusi�n. Por ser una pedagog�a basada en la pr�ctica, �sta est� sometida constantemente al cambio, a la evoluci�n din�mica y reformulaci�n. Si el hombre es un ser inacabado, y este ser inacabado es el centro y motor de esta pedagog�a, es obvio que el m�todo tendr� que seguir su ritmo de dinamicidad y desarrollo como una constante reformulaci�n. 


La palabra y la imagen generadora


Las lecciones para los adultos se organizaban a partir de la palabras generadoras, por medio de diapositivas, fotograf�as, dibujos o carteles que generaban un di�logo. En Brasil pod�a comenzar por la palabra generadora tijolo (ladrillo), a partir de una imagen o fotograf�a de un ladrillo. En Chile, comenzaba por la palabra trabajo, y la imagen de alguien trabajando, seg�n el entorno, urbano o campesino en el que se encontrara el grupo de adultos y las experiencias vividas por ellos.

Los participantes de los c�rculos de cultura dialogaban entre s� y con quien dirig�a el debate, sobre los contenidos asociados a las diferentes figuras, y la repercusi�n en su propia vida. En ocasiones, cuando hab�a posibilidades, se trabajaba con pel�culas y grabaciones que se convert�an en generadoras de di�logo.


La alfabetizaci�n como camino de liberaci�n


Para Paulo Freire, el proceso de alfabetizaci�n tiene todos los ingredientes necesarios para la liberaci�n. �... el aprendizaje y profundizaci�n de la propia palabra, la palabra de aquellos que no les es permitido expresarse, la palabra de los oprimidos que s�lo a trav�s de ella pueden liberarse y enfrentar cr�ticamente el proceso dial�ctico de su historizaci�n (ser persona en la historia)�. El sujeto, paulatinamente aprende a ser autor, testigo de su propia historia; entonces es capaz de escribir su propia vida, consciente de su existencia y de que es protagonista de la historia.

Podemos entender la alfabetizaci�n como la conquista que hace el hombre de su palabra, lo que ciertamente conlleva la conciencia del derecho de decir la palabra.


Fases del m�todo para la alfabetizaci�n


En la alfabetizaci�n es necesario seguir el m�todo activo dialogal, cr�tico.

1� Fase: Levantamiento del universo vocabular (universo de las palabras habladas en el medio cultural del alfabetizando) de los grupos con los cuales se trabaja. Se extraen los vocablos de m�s ricas posibilidades fon�ticas y de mayor carga sem�ntica, con sentido existencial y emocional.

2� Fase: Elecci�n de las palabras seleccionadas del universo vocabular investigado.

3� Fase: Creaci�n de situaciones existenciales t�picas del grupo con el que se va a trabajar.

Las palabras utilizadas reciben el nombre de generadoras, ya que a trav�s de la combinaci�n de sus elementos b�sicos propician la formaci�n de otras. A partir de esas palabras se configuran las situaciones existenciales.

4� Fase: Elaboraci�n de gu�as (Flexibles) que auxilien a los coordinadores de debate en su trabajo.

5� Fase: Descomposici�n de las familias fon�ticas correspondientes a los vocablos generadores.

Se plasman las situaciones en l�minas, diapositivas o proyecciones que, de la experiencia vivida por el alfabetizando, pasan al mundo de los objetos.

De uno en uno, los educandos van todos haciendo palabras nuevas con las posibles combinaciones a su disposici�n. Este proceso va creando conocimientos de palabras que enriquece la posibilidad de decirse diciendo su mundo.



Algunas Frases c�lebres sobre la educaci�n (de wikipedia)


  1. Es necesario desarrollar una pedagog�a de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagog�a de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho

  2. Mi visi�n de la alfabetizaci�n va m�s all� del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensi�n cr�tica de la realidad social, pol�tica y econ�mica en la que est� el alfabetizado

  3. Ense�ar exige respeto a los saberes de los educandos

  4. Ense�ar exige la corporizaci�n de las palabras por el ejemplo

  5. Ense�ar exige respeto a la autonom�a del ser del educando

  6. Ense�ar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad

  7. Ense�ar exige saber escuchar

  8. Nadie es, si se proh�be que otros sean

  9. La Pedagog�a del oprimido, deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagog�a de los hombres en proceso de permanente liberaci�n

  10. No hay palabra verdadera que no sea uni�n inquebrantable entre acci�n y reflexi�n

  11. Decir la palabra verdadera es transformar al mundo

  12. Decir que los hombres son personas y como personas son libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmaci�n sea objetiva, es una farsa

  13. El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relaci�n permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos de su propia transformaci�n

  14. El estudio no se mide por el n�mero de p�ginas le�das en una noche, ni por la cantidad de libros le�dos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas

  15. Solo educadores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar y el acto de ser educados por los educandos

  16. Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre

  17. La cultura no es atributo exclusivo de la burgues�a. Los llamados "ignorantes" son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una "cultura del silencio"

  18. Alfabetizarse no es aprender a repetir palabras, sino a decir su palabra

  19. Defendemos el proceso revolucionario como una acci�n cultural dialogada conjuntamente con el acceso al poder en el esfuerzo serio y profundo de concienciaci�n

  20. La ciencia y la tecnolog�a, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la liberaci�n permanente de la Humanizaci�n del hombre.


Enrique Mart�nez-Salanova S�nchez