Ganadora del Óscar: estas son las mejores películas de Jodie Foster

Después de iniciar su carrera a los 2 años en anuncios de Coppertone, Jodie Foster puede presumir de una sobresaliente carrera en la que ha protagonizado más de 50 proyectos, ganó dos premios Oscar y es considerada una de las productoras y directoras más reconocidas de Hollywood.

Aquí enlistamos su filmografía a través de sus mejores películas.

Jodie Foster tenía solo 11 años cuando conoció al director Martin Scorsese, quien estaba buscando a una actriz para interpretar un papel secundario en la película Alice Doesn’t Live Here (1974). El impacto provocado por la joven actriz causó que el cineasta neoyorquino la convocara a su siguiente proyecto: Taxi Driver (1976).

Ahí, Foster interpretaría a “Iris”, una prostituta adolescente que se cruzaba en el camino de “Travis Bickle” (Robert DeNiro), un perturbado veterano de guerra que trabaja como taxista en Nueva York. La joven “Iris” es uno más de los objetos de obsesión de “Travis” quien se pone como misión rescatarla de su proxeneta y enviarla de regreso a casa de sus padres.

Aunque su papel causó amplia controversia debido a la edad de la joven actriz, Foster se lució y conquistó a los críticos y gremios, asegurándose una nominación al Oscar y el BAFTA a Mejor Actriz de Reparto.

Por si fuera poco, ese mismo año estrenó la película Bugsy Malone y la comedia Freaky Friday, de Disney, en la que demostraba que su talento no se limitaba solo al drama. Con el perdón de Judy Garland, había nacido una estrella.

En los años después de su trabajo en Taxi Driver, Foster diversificó su carrera involucrándose en títulos como Foxes (1980), Mesmerized (1986) –donde fungió como productora– y Five Corners (1987).

El más exitoso fue el drama Acusados (The Accused, 1988) en la que interpretó a una camarera que emprende acción legal contra los hombres que la violaron en un bar de Estados Unidos.

La cinta, dirigida por Jonathan Kaplan, fue sumamente apreciada y encumbró a Foster como una de las mejores actrices de su generación. A solo unos meses de haberse presentado en el Festival de Cine de Berlín, The Accused le dio el Oscar, Globo de Oro, BAFTA y el premio David di Donatello a la aún joven actriz.

Sin nada que probarle a nadie, Jodie Foster tomó las riendas de su carrera y se decidió por una anticipada adaptación de un polémico libro criminal: El silencio de los inocentes (The Silence of the Lambs), una de las primeras piezas literarias protagonizadas por el doctor “Hannibal Lecter”.

Con Jonathan Demme en la dirección y Anthony Hopkins en el papel del caníbal más famoso del cine, Foster se puso el uniforme de la detective “Clarice Starling”, quien tenía que acudir a aconsejarse con uno de los criminales más peligrosos de Estados Unidos en su carrera por detener a un asesino y secuestrador serial.

La película fue una de las películas más aclamadas de 1991 y también una de las más taquilleras. Además, le valió otro Oscar como Mejor Actriz a Foster y más de una docena de premios, incluyendo el BAFTA y el Globo de Oro.

Tres años después de su histórico triunfo en los Oscar, Jodie Foster volvió a la competencia por la estatuilla dorada con el filme Nell (1994), drama de Michael Apted en el que interpretó a una mujer que vive aislada en una cabaña después de haber perdido a su madre.

A lo largo de la cinta, dos científicos comienzan a investigar a la mujer, quien parece haber desarrollado su propio mundo y lenguaje. Coprotagonizada por Liam Neeson y Natasha Richardson, Nell tuvo una recepción modesta en los Estados Unidos por parte del público y la prensa, que no dejó de aclamar el trabajo de Foster.

En 1995, Jodie Foster recibió su última nominación al Oscar como Mejor Actriz por dicho filme. También compitió por el Globo de Oro y recibió el SAG Award, que entrega el Sindicato de Actores de Estados Unidos.

Después de una pausa de dos años que aprovechó para dirigir su primera película Home for the Holidays (1995), Jodie Foster regresó a la actuación con Contacto (Contact, 1997), adaptación de la novela homónima de Carl Sagan.

En el filme, Foster dio vida a “Ellie Arroway”, una científica del SETI que encuentra pruebas irrebatibles de la existencia de vida extraterrestre. Tras sus descubrimientos, la doctora es elegida por sus superiores para intentar establecer el primer contacto entre los humanos y seres fuera de este planeta.

Pese a sus múltiples demandas, la película de Robert Zemeckis fue un éxito en taquilla que dobló el costo de su producción solo en los Estados Unidos, también fue sumamente reconocida por la crítica. Hoy en día es considerada una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia del cine.

Jodie Foster terminó la década de los noventa, quizá la mejor década de su carrera, con su trabajo en el drama histórico Anna y el rey (Anna and the King, 1999), en donde interpretó a “Anna Leonowens”, una maestra inglesa que sostuvo una relación con el rey Mongkut (Chow Yun-Fat) de Siam.

La película, dirigida por Andy Tennant tuvo reseñas mixtas pero supo ganar a su público, estableciéndose como una de esas películas cuyas ganancias en video eran más notables que las de su recaudación en cines.

Foster terminaba una buena racha con una película que comprobaba su capacidad como imán de taquilla.

Ya instalada en el nuevo milenio, Jodie Foster se puso bajo las órdenes del director David Fincher en el thriller La habitación del pánico (Panic Room), entrenado en 2002.

En la cinta, la actriz ganadora del Oscar encarnó a una madre recién divorciada que descubría que la casa a la que acababa de mudarse con su hija (Kristen Stewart) había sido tomada por un trío de ladrones. Imposibilitada de hacer otra cosa, la madre decide tomar acción y recluirse con su primogénita en la habitación de pánico que el antiguo dueño de la casa había construido para una situación similar.

No es necesario mencionar que Panic Room se convirtió en un insólito éxito en taquilla que encabezó los listados en Estados Unidos y Canadá por dos semanas consecutivas.

Tras haber protagonizado la película Plan de vuelo (Flight Plan, 2005), Jodie Foster se lució en un papel más limitado como una corrupta abogada en el thriller El plan perfecto (Inside Man, 2006), de Spike Lee.

Aquí Foster dio vida a “Madeleine White”, una mixer y abogada que intenta recuperar el contenido de una caja de seguridad de un banco que está siendo robado por un grupo de criminales expertos.

La película de 129 minutos de duración es quizá uno de los últimos grandes proyectos de la carrera de Foster a principios de los años 2000.

Si bien en los últimos años, Foster se ha enfocado más en la dirección –como lo prueban las películas The Beaver (2010), Money Monster (2016) y las series House of Cards, Black Mirror y Tales from the Loop–, su carrera como actriz también ha tenido aciertos.

Quizá el más notable de ellos es Carnage, adaptación de Roman Polanski a la obra homónima de Yasmina Reza en donde la actriz fue una madre que intentaba conciliar con los padres (Christoph Waltz y Kate Winslet) del niño al que su hijo golpeó.

Desarrollándose con una notable tensión, la reunión solo lleva a los cuatro padres a involucrarse en conversaciones que despiertan sus lados más salvajes.

Carnage se estrenó en el Festival de Cine de Venecia en 2011 y es considerada una de las mejores adaptaciones cinematográficas a piezas teatrales de cámara en años recientes.