El viaje de David Verdaguer y Olivia Molina por 'La casa', la película de Álex Montoya basada en el cómic de Paco Roca, les ha transportado a su infancia y les ha hecho replantearse su posición como padres... y, sobre todo, como hijos. Hablamos con ellos de la nostalgia, de la importancia de decir "te quiero" y sobre si hay que dejar una copia de las llaves de casa al vecino, por si acaso.

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¿Tenéis un lugar como 'La casa'? Es decir, una casa de campo, o de pueblo, en la que pasarais buenos momentos de pequeños pero luego dejarais de ir... Un lugar de infancia que recordéis con nostalgia.

David Verdaguer: Yo lo tenía, pero no era una segunda residencia, era la casa de mis abuelos, que vivían en Banyoles. Bueno, mi yaya aún vive, vamos. Bueno, tendría que mirar el Whatsapp, pero creo que aún vive (se ríe con malicia juguetona). Cuando me llegó el guion de la peli, la estábamos vendiendo. La casa. Ella ahora está viviendo con mis padres, porque está muy mayor. Y es verdad que da mucha pena, porque me pasé muchos veranos allí, en Banyoles, en el patio, haciendo el bobo con mis abuelos, en la piscina... Como buen hijo único que soy, me lo pasé en grande en esa casa.

Olivia Molina: Yo también tengo una casa familiar. Pero yo tengo muchos hermanos y muchos primos, así que yo sí que tenía bullicio en casa. Yo soy ibicenca, y teníamos una casa en la montaña en la que todos íbamos cada verano y, por eso, cuando me llegó el guion, me conectó muchísimo con este tema de la infancia dorada, que cuando la estás atravesando no eres consciente, y cuando lo miras ya como adulta dices: "es que está todo ahí", ¿sabes? Es el inicio, la raíz. Aunque no tiene por qué ser una casa física, puede ser un lugar interno también, como ese sitio de retorno, ese lugar de familia que guardamos ahí dentro.

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A Contracorriente

Uno de los momentos más emotivos de la película y del cómic es cuando el protagonista se da cuenta de que su padre presumía de él, de lo que escribía. ¿Recordáis el primer momento en el que sentisteis que habíais hecho que vuestros padres se sintieran orgullosos con vuestro trabajo?

DV: Mi madre es la peor crítica del mundo porque yo podría salir a un escenario, hacerme caca y ella creería que es lo mejor que he hecho en mi vida, es precioso. Mi padre es mucho más crítico, pero estoy muy contento, porque mis padres al menos de carácter, o de generación, no lo sé, siempre me han dado apoyo en lo que me dedico y me han felicitado cuando he hecho las cosas bien. Y nos decimos “te quiero”, que parece una cosa muy obvia, pero en Cataluña no pasa tanto. Mi abuelo se murió sin haberle dicho que le quería a mi padre, ni mi padre a él, y eso es una cosa que me peta la cabeza.

OM: ¿Tú compensas con tu hija? En plan: decirle estas cosas...

DV: ¡Hombre, a saco!

OM: ¿No lo haces de más?

DV: ¡De más! "¡Te quiero! ¡Muy bien! ¡Qué bonito este dibujo!" Nuestra generación es al revés. Podrán criticarnos cosas, pero el “te quiero”...

OM: “Te quiero” y tal, sí, incluso al revés.

DV: "¡Para ya! ¡Te quiero, pero para ya!"

OM: "¡No me quieras tanto! ¡Critícame!" (risas) A mí también me han dicho mucho “te quiero”, pero claro, yo vengo de una familia de gente MUY BUENA (lo enfatiza), entonces claro, es diferente, y sí que me he sentido a veces como que tengo que hacer mucho esfuerzo, que tengo que luchar mucho siempre, pero porque ese es mi tema personal. Pero sí que me he sentido apreciada, por ejemplo, había paredes llenas de nuestros dibujos, y había toda esta cosa de la infancia, de valorar lo pequeñito, sí, pero luego ya una vez tomé la decisión de ser actriz... se complicó la cosa.

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David, vienes de ganar el Goya con ‘Saben aquell’, una historia que, entre otras cosas, era sobre un padre ausente, y ahora te metes en la piel de un hijo, en cierta manera, también ausente...

DV: Yo creo, y ahora lo puedo decir más tranquilamente, que Eugenio no era un buen padre. Era un padre ausente, que como muchos hombres en esa época relegaba el cuidado de sus hijos a la mujer, para él poder hacer su vida e irse de bolos y hacer su trabajo. Quería mucho a sus hijos, eso sí, pero no creo que fuera un buen padre, y en este caso lo bonito de esta peli es que el papel que interpreta Luis Callejo yo sí creo que es un buen padre. Un padre que hizo lo que pudo con lo que tuvo, que es lo que hacía la gente de esa generación. Lo que hacemos todos, de hecho. José (su personaje en 'La casa') era también un buen hijo en el fondo, pero hay una secuencia de la película que me gusta mucho y me toca, y me toca los cojones que me toque, porque José le dice a su hermano: "le hablaba mal, Vicente", y a veces a mí también me pasa. Yo tengo mucha paciencia con mi hija, pero no tengo tanta paciencia con mi madre y no puedo entender como la persona que tiene más paciencia conmigo, que es mi madre, y la que me ha juzgado menos, que yo ahora a día de hoy tenga tan poca paciencia con ella, algunas veces, ¿no? "Mamá, joder, no te he dicho tal", ¿no? Es como "que no, que te he dicho que no, que el martes no puedo". Yo a veces me sorprendo y eso no lo hago bien, y eso creo que después de la peli lo estoy cambiando.

OM: ¿Lo cuidas más?

DV: Lo cuido más.

OM: Qué bonito, que hayas cambiado en eso. Qué bonito.

DV: Porque, es curioso, la paciencia que tenemos con los niños y la poca tenemos con nuestros padres, ¿no?

OM: Qué bonito, sí, que a veces te das cuenta cuando ya, pues en este caso José, cuando ya ha perdido al padre, ¿no? Que ya está hecho.

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En 'La casa' se da una situación que yo creo que se está perdiendo, que es dejar las llaves de tu casa al vecino por si pasa cualquier imprevisto. ¿Vosotros dejáis las llaves al vecino?

OM: Yo soy muy confiada, y duermo sin cerrar la puerta. Es algo que de hecho me preocupa, con las ventanas abiertas y tal. No soy desconfiada, en general, y sí que voy dando llaves a la gente porque me parece que ayuda y que, oye, nunca se sabe, y todo el mundo es bienvenido en casa. También es verdad que me crié en una casa, la que comentaba antes de Ibiza, que no tenía barreras. Era completamente abierta y todos dormían con las puertas abiertas. Entrábamos y salíamos, y se me ha quedado esa cosa de confiar, de que no va a pasar nada. Pero tengo que ponerle cabeza a eso

DV: Yo no soy muy de llaves, no las tiene ni el portero. Tengo un piso de alquiler y las tienen mi pareja, mis padres, y yo. Y creo que ya nadie más. Yo sí que cierro.

OM: No, si haces bien. Yo estoy aprendiendo.

¿Cuánto tiempo podríais pasar en un pueblo como el de 'la casa', sin cobertura ni WiFi?

DV: Unos tres minutos. Como mucho. O sea, a ver, depende de si hay bares. No entiendo un sitio sin bares, sin cines, sin teatros... si no hay eso, yo me corto las venas.

OM: Yo aguantaría, me vendría hasta bien. Lo tomaría como una especie de regalo. Así que sí, aguantaría... un par de días, por lo menos.

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Fran Chico

Fran Chico es experto en cine y series, especializado en divulgación cultural y crítica cinematográfica. Es crítico reconocido en Rotten Tomatoes y en Filmaffinity. Aunque su género favorito es el terror, lo mismo te habla del nuevo taquillazo del UCM de Marvel que de una película de autor a reivindicar del circuito de festivales. No hay serie de Netflix, HBO Max, Amazon Prime Video o Disney+ que escape a su radar, profundizando en el catálogo de cada plataforma para recomendar y analizar sus mejores contenidos.

Fran lleva más de un año escribiendo en Fotogramas, pero sus inicios se remontan a hace casi dos décadas en foros y blogs de cine como Planeta Claqueta o Moviementarios. Fue fundador y parte del consejo de dirección de la publicación digital de críticas y análisis fílmico Revista Mutaciones y miembro de la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE), la organización que otorga los Premios Feroz, así como votante de los Blogos de Oro al cine independiente. Después de cursar el Máster de Crítica Cinematográfica de la Escuela de Cine de Madrid (ECAM) impartido por Caimán Cuadernos de Cine, ha colaborado y/o cubierto como prensa especializada durante más de 10 años festivales de cine como San Sebastián, Sitges y Filmadrid, entrevistando por el camino a directores, actores y actrices relevantes de la industria nacional de la talla de Penélope Cruz, Carlos Saura, Ana de Armas, José Luis Cuerda o José Sacristán e internacional como James Wan, Edgar Wright o Dario Argento. 

Sus conocimientos y su experiencia le han llevado a ser videoblogger de cine de Fnac España y director y presentador del podcast Holocausto Zinéfago, con más de 150 programas emitidos y disponibles en los que se mezclan el cine y el humor desde un punto de vista único y original.