El próximo 16 de mayo se celebra el Día mundial del Heavy Metal. Se trata de un tipo de música de acordes poderosos y sonidos vibrantes creada con guitarras, baterías y bajos eléctricos, del que su máximo exponente ha sido Ronnie James Rio. Este músico estadounidense, fallecido el 16 de mayo del año 2010, es reconocido como la voz del heavy metal. Este tipo de música se compone para ser escuchada a un volumen elevado. De hecho, las bandas de heavy metal son las que más decibelios tratan de proyectar en sus conciertos, habiéndose llegado a superar, en algunos de ellos, los 130 decibelios. Hoy, adelantándonos al día mundial del Heavy Metal, queremos explicar cómo afecta el Heavy Metal a la Salud Auditiva.

Cómo Afecta el Heavy Metal a la Salud Auditiva

Partimos de la base de que nuestros oídos no están diseñados para oír sonidos que superen los 80 decibelios. Por eso, por encima de este límite, los oídos comienzan a sufrir. Y ese sufrimiento deriva en problemas auditivos de diferente gravedad en función de la intensidad del sonido y del tiempo que dure esa exposición.

La audición se lleva a cabo a través de un proceso por el que las ondas sonoras penetran al oído a través del conducto auditivo, alcanzando el oído interno. Allí, las células ciliadas se encargan de transformar ese movimiento en señales eléctricas que son enviadas al cerebro a través del nervio auditivo. Finalmente es el sonido el que interpreta las señales llevándose a cabo la comprensión de los sonidos; la audición.

Los sonidos que superan los 80 decibelios afectan a las células ciliadas. Estas son muy delicadas y pueden sufrir como consecuencia de un ruido elevado. Si eso sucede, la audición se resiente. El daño puede producirse si el sonido es de corta duración pero muy intenso o tras la exposición continuada a un ruido algo menos elevado. En el primer caso hablamos de trauma acústico agudo. Puede estar provocado por un disparo o el estallido de un petardo. Asistir a conciertos donde la música es muy elevada, como los conciertos de metal, también puede provocar la aparición de un trauma acústico agudo.

Uno de los primeros síntomas de un trauma acústico agudo suele ser la pérdida de audición. También pueden aparecer acúfenos (un ruido o sonido que no procede de una fuente externa) y dolor de oídos. Aunque el trauma acústico agudo suele desaparecer después de unas horas, en ocasiones (especialmente si se han sufrido varios traumas) los daños pueden volverse permanentes.

Proteger la Salud Auditiva en los Conciertos

La mejor manera de evitar la pérdida auditiva y otras complicaciones derivadas de la exposición a un exceso de decibelios pasa por la prevención. Por eso, aunque se disfrute del volumen en los conciertos, es importante utilizar tapones. Los tapones no impiden la entrada de las ondas sonoras al interior del oído, pero sí lo protegen reduciendo el volumen.

Proteger la audición significa poder disfrutar durante más años del placer de asistir a conciertos.

Hay que recordar que el peligro para la audición también puede proceder de otras fuentes de sonido. Escuchar música con auriculares a un volumen elevado, y hacerlo durante varias horas al día, puede ser igual de peligroso para la salud auditiva. En este caso, es posible prevenir bajando el volumen del aparato reproductor.

Aunque hemos hablado de la música Heavy Metal, por estar cerca el día mundial de este tipo de música, es preciso aclarar (que no se nos enfaden los metaleros) que cualquier tipo de música, a un volumen elevado, puede provocar un trauma acústico y consecuencias graves para la audición.

La prevención pasa también por las revisiones auditivas periódicas, especialmente si notamos que nuestra audición ha cambiado y hemos dejado de oír algunos sonidos o tenemos problemas para escuchar en determinados ambientes. En Audiocentro, nuestros profesionales pueden llevar a cabo una revisión auditiva para conocer el estado de la audición y detectar cualquier complicación lo antes posible.

Y recuerda, cuando ante un trauma acústico, es preciso acudir a urgencias lo antes posible.