Elegido para la gloria
“La clave del éxito en Hollywood consiste en permanecer en el negocio el tiempo suficiente para que la gente finalmente pueda pronunciar tu nombre correctamente", comentó en una entrevista. Seguro que todo el mundo dice bien “Dennis Quaid”, actor que sin duda está en los primeros puestos de los mejores actores que nunca han conseguido una miserable nominación al Oscar.
Nacido el 9 de abril de 1954, en Houston, Texas, Dennis William Quaid –su nombre completo– procede de una familia de ascendencia irlandesa y cajún. Su hermano mayor, Randy Quaid, también se dedicaría a la interpretación, y pese a que se le conoce menos, consiguió que la Academia sí se acordara de él, brindándole una candidatura al Oscar al mejor secundario en 1974 por El último deber.
Por su parte, Dennis Quaid mostró desde temprana edad un interés por las artes escénicas. Tras abandonar la Universidad de Houston antes de graduarse, se trasladó a Los Ángeles para perseguir una carrera en la actuación, aprovechando que su hermano empezaba a triunfar, así que esperaba que se le abrieran a él también todas las puertas. No fue así, por lo que durante mucho tiempo tuvo que conformarse con participaciones en producciones teatrales menores y pequeños papeles en series televisivas. Ya nadie recuerda títulos como Nunca te prometí un jardín de rosas, pero empezó a despuntar como amigo de un joven atleta en El año de la victoria, donde consiguió que los espectadores empezaran a fijarse en su talento. Peter Yates le reclutó para El relevo, donde daba vida a Mike, uno de los cuatro amigos de clase obrera que pasan mucho tiempo nadando juntos en una pequeña localidad. “La actuación es un acto de empatía. Se trata de comprender y conectarse con los demás, independientemente de las circunstancias”, declaró en una entrevista.
Para el western Forajidos de leyenda, Walter Hill los escogió a él y a Randy para dar vida a los Miller, Ed y Clell. De la misma forma, confió en otros hermanos actores para famosos clanes de bandidos, en concreto David, Keith y Robert Carradine, en la piel de Cole, Jim y Bob Younger, y Stacy y James Keach, como Frank y Jesse James. En cualquier caso, Dennis Quaid acabó de consagrarse con Elegidos para la Gloria, donde interpretaba a Gordon Cooper, astronauta del programa espacial Mercury. Su actuación recibió elogios por capturar la intriga y el espíritu pionero de la exploración espacial. En 1978, Dennis Quaid contrajo matrimonio con la también actriz P.J. Soles, de la que se divorció cinco años más tarde.
Siguió como piloto de astronaves en Enemigo mío, demostrando su versatilidad al protagonizar una película de ciencia ficción, donde interpreta a un piloto humano que forja una improbable amistad con un extraterrestre. En la comedia fantástica El chip prodigioso también dio vida a un piloto de pruebas, esta vez reducido de tamaño para viajar por la sangre de un empleado de supermercado hipocondríaco, al que perseguirán espías industriales que pretenden hacerse con el chip que permite la miniaturización.
Durante el rodaje se enamoró de su compañera de reparto, Meg Ryan, con la que se casó en 1991, el Día de San Valentín, como no podía ser de otra manera, ya que por entonces ella se estaba convirtiendo en la reina de las comedias románticas. Tuvieron un hijo en común, el también actor Jack Henry Quaid, pero se separaron en 2001, tras los rumores de que ella le había sido infiel con Russell Crowe, su compañero de reparto en Prueba de vida. Esta situación sumió al actor en una terrible depresión y en la adicción a las drogas de la que solo se recuperó bajo tratamiento médico.
En el terreno profesional, el actor demostró su capacidad para dar vida a un personaje real con Gran bola de fuego, donde asumió el desafío de encarnar al legendario Jerry Lee Lewis, apodado el "Asesino", pionero del rock and roll capaz de incendiar el piano que tocaba, y que tras contraer matrimonio con su prima, conoció el final abrupto de su estrellato. En el alegato contra el racismo Bienvenido al paraíso, de Alan Parker, Dennis Quaid bordó a otro personaje real, joven sindicalista cuya mujer japonesa es internada en un campo de concentración tras la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. En Traffic, de Steven Soderbergh, interpretó a un abogado al que la mujer de un narcotraficante, encarnada por Catherine Zeta-Jones, pide que libre a su marido de la cárcel. También fue aclamado por su trabajo en Lejos del cielo, por dar vida al marido de Julianne Moore, que mantiene una aventura homosexual.
No le gusta la mayor parte de lo que se rueda actualmente, pero consigue escoger proyectos de altura. “Desde que yo empecé en los años 70, el negocio ha cambiado mucho. Las películas tan buenas que se hacían entonces, creo que hoy no se harían, o como mucho las haría el cine independiente”, me comentó en una entrevista, tras dar vida a un hombre maduro que se siente desplazado por la juventud en In Good Company. Pero él ha seguido triunfando a una edad madura. “Pasados los cincuenta, he seguido teniendo éxito, y como Hollywood desgraciadamente sólo cree en el dinero, resulta que estoy en mi mejor momento. Lo que me ha pasado en estos últimos cinco años me podía haber pasado a los treinta, y lo habría disfrutado más. De todas formas, la fama sólo sirve para que te den una mesa mejor en el restaurante”. Ha continuado rodando a buen ritmo títulos como American Underdog, Soul Surfer, Milagro azul, Midway o La canción de mi padre.
En 2004 se emparejó con la corredora de propiedades Kimberly Kathryn Buffington, con quien fue padre en 2007 de los mellizos Thomas Boone y Zoe Grace. Terminada esa relación, a los 67 años se casó con Laura Savoie, 39 años más joven, después de la pandemia del coronavirus.