La vocación personal en el plan de Dios - Exjesuitas en Tertulia
Home ¿En qué creo hoy? La vocación personal en el plan de Dios

La vocación personal en el plan de Dios

Por Horacio Martinez Herrera
57 vistas
Download PDF

Todo ser humano nació para ser libre, sabio, amoroso y creador. Pero Dios le da a cada persona unos talentos especiales para ser especialmente sabio o servidor de los demás o creador de desarrollo. 

Dios tiene un plan creador sobre el mundo y cada hombre tiene un papel específico que desempeñar en él. Dios, a través de las cualidades de cada uno y de los acontecimientos, le va mostrando esa misión especial en la vida. Dios no hace las personas en serie, sino que cada persona tiene una misión específica que realizar. 

Descubrir esa misión específica es necesario para convertirla en propósito de vida. Y este propósito debe concretarse con una estrategia de realización; es decir, convertirse en un proyecto de vida. No solo hay que descubrir qué quiere Dios de mí, sino también dónde, cuándo y cómo debo desarrollar esa misión. Con su razón y el conocimiento de la fe, el hombre descubre a Dios y el plan creador de Dios en la historia, porque Dios es el Señor de la historia que lo invita a realizar su voluntad en el aquí y en el ahora. Con la razón y la fe podemos discernir la llamada concreta de Dios para realizar su plan divino. 

¿Cuál es la vida que estamos destinados a vivir según el proyecto de Dios? Esta vocación te muestra el sentido de tu vida que debe concretarse como propósito de vida y ejecutarse como un proyecto de vida. Cuando se enfoca la vida al encuentro con Dios y a la realización de su plan de salvación para el mundo la persona tiene un punto de apoyo firme para enfrentar los retos de la vida. ¿Cómo puede haber personas tan ciegas que no ven el plan de Dios en su existencia? Ante todo, uno tiene que saber quién es y qué representa. La pregunta clave es qué clase de persona quiero ser y no qué ocupación deseo ejercer en el futuro. Descubrir el orden secreto de la realidad es introducirnos en la mente creadora de Dios. 

El propósito de la vida debe estar alineado con el plan de Dios, para que se obtenga toda la energía del universo en su realización. Así como la clave de la intervención de una empresa en lo social es que esté alineada con el objeto del negocio, mi propósito debe estar alineado con el plan de Dios. La espiritualidad actual se fundamenta en la fe que ve a Dios como el Señor de la Historia que está presente y actuando en ella. Alinear la vida con el plan de Dios según su vocación da a la vida una simplicidad y plenitud extraordinarias. Uno debe ir confiadamente por la vida realizando la misión que le confirió Dios. De los detalles se encarga su providencia. Y él no dejará de sorprendernos y maravillarnos. Esta es una fuente profunda de nuestra alegría.

El propósito de la vida espiritual de un cristiano podría formularse como traslucir la presencia amorosa de Dios al mundo. No soy yo el que sirve amorosamente a los demás, sino Dios a través de mí. Eso implica que el “yo” debe desaparecer para que brille Dios que se comunica al mundo a través de mí. Uno debe con su vida hacer visible a Dios. Dios es una presencia unificadora de cada momento de mi vida. El carácter integral y sintético de la espiritualidad actual exige una elucidación permanente de nuestra respuesta a Dios en el momento presente. Por eso, es necesario educar nuestra mirada sobre los acontecimientos para ver los imperativos que desde ellos nos hace Dios. La espiritualidad más que un “programa” es una luz y una energía para vivir. La espiritualidad cristiana nos da un ideal grandioso para vivir. 

Todo cristiano debe ser un místico inmanente, que por un lado se interesa por todos los valores y sucesos intramundanos y por otro busca descubrir la presencia de Dios en el mundo para ser un instrumento dócil de su providencia y manifestar en el mundo su bondad, su sabiduría y su belleza. Todo teólogo debería ser un ingeniero de las energías espirituales del mundo creado por Dios y recreado por Cristo a través de su Iglesia. 

Horacio Martínez Herrera

Mayo, 2024

2 Comentarios
1

También te gustara

2 Comentarios

Hernando+Bernal+A. 8 mayo, 2024 - 6:43 am

Horacio: Gracias por esa síntesis tan profunda que merece ser objeto de permanente meditación, reflexión e implementación. Saludos. Hernando

Respuesta
VICENTE ALCALA 8 mayo, 2024 - 4:43 pm

Gracias Horacio por afirmar y recordarnos esta verdad. Explicitaría que esta vocación personal se recibe y se realiza en comunidad, como expresas en la página 138 de “Proyecto cristiano de Vida feliz”. Tenemos que buscar y fortalecer la comunidad cercana que nos ayude a realizar nuestra vocación personal: “el hombre no está hecho para una realización solitaria sino para realizarse formando con las otras personas una comunidad interpersonal” afirmas en esa página referenciada.

Respuesta

Deja un comentario