Eugenio Derbez y Samara Weaving hacen una gran dupla en “El Valet”, comedia que, a pesar de ser un remake del filme francés del mismo nombre, cuenta con una identidad propia y sobresale gracias a su calidez y sabor latino.

Olivia Allan (Weaving) es una famosa estrella de cine que sostiene un amorío secreto con el multimillonario casado Vincent Royce (Max Greenfield). Pero su reputación sufre un duro golpe cuando ambos son fotografiados saliendo juntos de un hotel. De confirmarse el amorío, Vincent podría quedarse sin el dinero de su acaudalada esposa Kathryn (Betsy Brandt), mientras que Olivia podría enfrentar un enorme problema de relaciones públicas a días del estreno de una importante película protagonizada por ella. 

Sin embargo, en la foto paparazzi también aparece accidentalmente Antonio (Derbez), un hombre que trabaja como valet parking en Beverly Hills. En un esfuerzo por mantener el amorío en secreto, Olivia y Vincent proponen a Antonio fingir una relación con Olivia y así desvíar la atención de la prensa. 

Antonio es un hombre honesto que acepta la oferta para reunir dinero y pagar la deuda de su expareja, a quien está intentando recuperar. Vive con su madre Cecilia (Carmen Salinas) y tiene una relación muy estrecha con el resto de su familia, caso contrario a Olivia, quien pronto aprendemos es una actriz solitaria sin seres queridos a su alrededor y cuya relación más duradera es un amorío tóxico con un millonario hipócrita. Este contraste de personalidades da pie a una relación enriquecedora que tiene como base a la cultura latina, pues eventualmente el cálido recibimiento de la familia de Antonio — con tamales, primos chismosos y comentarios de “dale de comer porque se ve muy flaquita” incluidos — comienza a derretir el corazón de hielo de Olivia. 

Samara Weaving (“Ready or Not”) lo hace todo bien ejecutando esta transición de actriz blanca privilegiada y egoísta a mujer anhelando cariño. También clave es su química con Eugenio Derbez (“CODA”), quien entrega una de sus mejores actuaciones en años, brillando en particular durante las escenas emotivas. Juntos, Weaving y Derbez transmiten compasión y convincentes vibras de buenos amigos. 

La película cuenta con un buen balance cómico: tiene un humor muy latino, pero nunca es pesado. Derbez se mantiene a raya y no se apoya demasiado en su clásica expresividad exagerada, más bien maneja con mesura a su personaje de “pez fuera del agua” y utiliza su carisma para generar placenteras interacciones con los demás integrantes del elenco. La dinámica con sus colegas del valet parking, por ejemplo, produce una buena dosis de risas; aquí destaca el gran timing cómico de Armando Hernández y la desbordante energía de Amaury Nolasco.

Y claro, no podía faltar la gran personalidad de Carmen Salinas como la matriarca de la familia. La última actuación de esta legendaria actriz no pudo haber sido mejor: es atrevida, amorosa, jocosa, muy honesta y siempre transmite la vibra de madre latina luchona. Su personaje es un apapacho reconocible, es la mamá que se asegura de que toda persona bajo su techo esté bien alimentada, que no se pierde de las películas mexicanas en la tele y que está siempre orgullosa de su hijo. Y además, el guion la eleva más allá del cliché latino gracias a un divertidísimo amorío con el adorable vecino, el Sr. Kim, así como diálogos picosos en donde habla de su sexualidad sin tapujos. “El Valet” reconoce la trayectoria de Carmen Salinas y le da la despedida que merece.

El director Richard Wong, junto a los guionistas Rob Greenberg y Bob Fisher, elevan a esta comedia y la alejan de clichés con ayuda de buenos comentarios sociales en relación a cómo la clase obrera se siente invisible ante los ojos de la clase alta, así como el miedo que la población de color le tiene a la policía. El arco de Antonio transita por esos sentimientos: el hombre se siente menos porque la sociedad lo ha hecho sentir menos. El guion comunica efectivamente esta sensación de que, en Estados Unidos, el latino sigue siendo subestimado en cualquier medio y la gran ejecución de la película nos demuestra exactamente lo que Derbez dice en una de sus líneas: en esta raza hay carisma y pasión de sobra.

También en la historia encontramos dos subtramas, una dedicada a la gentrificación y otra a la amistad entre dos paparazzis solitarios. Ambas tienen buenas intenciones y desembocan en momentos satisfactorios, pero no están cocinadas al 100%. Asimismo, a pesar de la subversión de varios tropos cómicos, la película no puede escapar de algunos clichés, incluyendo el clásico “toma mi carro y ve por ella”.

“El Valet” no es un remake del montón, es una película con sabor latino que además de enternecer y sacar risas, funciona como un reconocimiento a todo inmigrante que luchó incansablemente por darle un buen futuro a sus hijos e hijas. Es una película con excelentes actuaciones y edición que hace un notable trabajo dándole luz a la cultura y valores latinos: desde la bandera de Cruz Azul y la cobija de tigre en el cuarto hasta Carmen Salinas diciéndole a Samara Weaving que coma porque “está muy flaquita”, la autenticidad y atención a detalle latino se agradecen.

“El Valet” se estrena el 20 de mayo en Star+ en Latinoamérica y Hulu en Estados Unidos.